Es sabido que Iberoamérica está considerada el «continente católico». Sin embargo, el segundo país más pequeño de Sudamérica, Uruguay, ya cuenta con una larga historia secular. En el siglo XIX, cuando la religión fue confinada a la vida privada, el Gobierno lanzaba provocaciones directamente dirigidas contra la iglesia. Así, por ejemplo, precisamente en Viernes Santo, día de estricto ayuno y abstinencia, se organizaban barbacoas gratuitas para la población.
Desde 1917, la separación estricta de Iglesia y Estado está anclada en la Constitución, y los días festivos religiosos no aparecen en el calendario. Ni siquiera la mitad de los más de 3,3 millones de habitantes siguen siendo católicos.
Sin ayuda, la Iglesia difícilmente podría sobrevivir. Los requisitos estatales para el mantenimiento de los edificios eclesiales son extremadamente estrictos. La mayoría de los sacerdotes viven con lo mínimo, por lo que, para ellos, los estipendios de Misas suponen una gran ayuda.
La Diócesis de Tacuarembo se encuentra en el norte de la parte central del país y abarca un territorio de 24.800 kilómetros cuadrados. Veinte sacerdotes asisten allí a los 100.000 católicos distribuidos por 16 extensas parroquias con un total de 85 capillas y varias instituciones caritativas. El territorio no está densamente poblado y los creyentes viven bastante dispersos.
ACN quiere apoyar a estos 20 sacerdotes con estipendios de Misas por un total de 11.980 euros, lo cual equivale a casi 600 euros por sacerdote por un año completo. Los sacerdotes celebran las Santas Misas por las intenciones de los benefactores que donan los estipendios de Misas.
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