«El día internacional para conmemorar a las víctimas de la violencia motivada por la religión recién declarado por la UNO es un paso importante para que en el futuro se escuche más la voz de los cristianos perseguidos» afirma Thomas Heine-Geldern, Presidente Ejecutivo de la Fundación Pontificia Aid to the Church in Need (ACN). Heine-Geldern se muestra contento de que este año por primera vez se celebre el 22 de agosto el Día Internacional en Conmemoración de las Víctimas de Actos de Violencia Basados en la Religión o la Creencia. En mayo, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la correspondiente resolución.
En septiembre de 2017, y después de una conferencia internacional organizada por la fundación ACN en Roma, la abogada y escritora Ewelina Ochab asumió la iniciativa para llamar la atención sobre las violaciones a la libertad religiosa – en particular, sobre la persecución de los cristianos – y de instar a la comunidad internacional para que se tomen medidas. Desde entonces, ha dado muchas conferencias y hablado en numerosas reuniones para formar una red de apoyo a la iniciativa. La propuesta de resolución fue finalmente presentada a la Asamblea General de las Naciones Unidas por Polonia y contó con el apoyo de Estados Unidos, Canadá, Brasil, Egipto, Irak, Jordania, Nigeria y Pakistán. «Fue un proceso largo con muchos participantes, pero ACN fue la inspiración», ha declarado Ochab.
«Por ser una organización que ha estado trabajando por los cristianos que sufren durante más de 70 años, en ACN estamos muy satisfechos de que las Naciones Unidas hayan reconocido esta jornada. Ha sido un paso que esperábamos desde hacía mucho tiempo», dice Heine-Geldern. «Si bien todas las comunidades religiosas sufren regularmente violaciones, los informes internacionales sobre la libertad religiosa confirman desafortunadamente que los cristianos son los más perseguidos». Tan solo en los últimos cinco años se han dado dos casos de genocidio de minorías religiosas: En Irak y en Siria las tropas del «Estado islámico» atacaron a cristianos y otros grupos religiosos y en Myanmar, lo hicieron con la minoría musulmana de los rohinyá. Además se están produciendo atrocidades sistemáticamente organizadas, de las que especialmente los cristianos en África son víctimas, expone Heine-Geldern.
El Presidente de ACN considera que el nuevo Día Internacional en Conmemoración de las Víctimas por motivo de la religión es un hito importante, si bien solo es un primer paso: «El 22 de agosto no puede ser un fin en sí mismo, sino que debe iniciar un proceso que lleve a las comunidades internacionales a un plan de acción coordinado para poner fin a la persecución religiosa y prevenirla en el futuro. En realidad, es deber de las Naciones Unidas, de los gobiernos y los actores políticos hacer cumplir el derecho humano a la libertad religiosa. A este día simbólico ahora le deben seguir acciones concretas». Un instrumento necesario es, entre otras cosas, el establecimiento de una plataforma de la ONU para promover el intercambio con representantes de los grupos religiosos perseguidos. Además, las Naciones Unidas deben trabajar para crear un Tribunal internacional que se ocupe de la cuestión de la impunidad de los actos de violencia basados en la religión cometidos por grupos como Boko Haram, Al-Shabaab o el EI.
Solo durante el año pasado, la Fundación Pontificia Aid to the Church in Need financió más de 5.000 proyectos en 139 países de todo el mundo con más de 100 millones de euros para ayudar a los cristianos necesitados.