El 28 de mayo de 2019, la Asamblea General de la ONU aprobó una resolución que establece el 22 de agosto como el Día Internacional de Conmemoración de las Víctimas de Actos de Violencia Basados en la Religión y las Creencias. La proposición de conmemoración fue presentada por Polonia con el apoyo de Estados Unidos, Canadá, Brasil, Egipto, Irak, Jordania, Nigeria y Pakistán.
La fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada desde hace más de 70 años al servicio de los cristianos que sufren y son perseguidos, recibe con satisfacción esta resolución que sería un primer paso para llamar la atención sobre la tragedia – todavía poco reconocida – de la persecución religiosa especialmente contra los cristianos, hasta la fecha el mayor grupo religioso que sufre persecución por sus creencias religiosas. María Lozano entrevistó a Mark Riedemann, Director de Asuntos Públicos y Libertad Religiosa de ACN.
¿Sabe cuál fue el origen de esta propuesta? ¿Cómo nació la idea?
La iniciativa fue iniciada y llevada a cabo por Ewelina Ochab, abogada, autora y coautora de varios libros y artículos sobre la libertad religiosa. En septiembre de 2017, después de la conferencia internacional organizada por Ayuda a la Iglesia Necesitada en Roma sobre el proyecto de reconstrucción de las aldeas cristianas de las llanuras de Nínive, Ochab propuso llamar la atención mundial sobre las violaciones de la libertad religiosa y, más concretamente, sobre la persecución de los cristianos. Desde ACN apoyamos su iniciativa de promover una acción por parte de la comunidad internacional.
A lo largo del 2018 lanzó este llamamiento en por lo menos 17 conferencias a representantes de los EE. UU., del Reino Unido y de la UE. Recibió apoyo de algunos de ellos. A mediados de 2018, el Ministerio de Asuntos Exteriores del gobierno polaco confirmó también su respaldo a la iniciativa y los Estados Unidos incluyeron la propuesta en su declaración y plan de acción Potomac. Como me dijo Ochab: «Polonia presentó y procedió con los pasos necesarios en la Asamblea General de la ONU, obteniendo apoyo y trabajando en el borrador para asegurar el consenso. Fue un proceso largo con mucha gente involucrada, pero sin duda Ayuda a la Iglesia Necesitada fue la inspiración».
¿Es este un paso útil? ¿Cómo puede esto promover la libertad religiosa y prevenir la violencia por motivos religiosos?
Este no es sólo un paso útil, sino también crucial. Hasta la fecha, la respuesta de la comunidad internacional a la violencia por motivos religiosos, y a la persecución religiosa en general, puede calificarse de demasiado escasa y tardía. Esta resolución es un mensaje y un mandato claro —y cada 22 de agosto un recordatorio— de que los actos de violencia por motivos religiosos no pueden y no serán tolerados por la ONU, los estados miembros y la sociedad civil.
Esto implica que la protección de aquellos que sufren violencia por motivos religiosos es también un reconocimiento de la libertad religiosa: una aceptación de la realidad sociológica de la religión en la sociedad, el papel positivo de la religión en las sociedades para garantizar la pluralidad y promover el desarrollo económico y, como declaró el Papa Benedicto XVI, el derecho fundamental del individuo a buscar la Verdad, a buscar lo trascendente, a buscar a Dios.
¿Es esto una señal de que la violencia religiosa va a ser tomada más en serio a nivel internacional y por la ONU?
Trágicamente, las investigaciones de informes internacionales sobre la libertad religiosa, como los publicados por la Comisión de los Estados Unidos para la Libertad Religiosa Internacional (USCIRF), el Centro de Investigación Pew y el Informe de Ayuda a la Iglesia Necesitada, confirman un aumento sin precedentes de la violencia contra los creyentes religiosos de prácticamente todas las religiones en todos los continentes, siendo además los cristianos los que sufren la mayor persecución. Sólo en los últimos cinco años hemos sido testigos de dos casos de genocidio: perpetrados uno por Daesh contra cristianos y grupos religiosos minoritarios en Irak y Siria, y el otro contra musulmanes rohingya en Myanmar, por no hablar de las atrocidades sistemáticamente organizadas que se perpetran cada vez más contra (predominantemente) cristianos en África. Nuestro silencio es una vergüenza.
¿Qué otras medidas deben tomarse a nivel de las Naciones Unidas?
Los grupos religiosos están siendo erradicados de sus lugares de nacimiento. Antes de la invasión de 2003, los cristianos iraquíes eran 1,3 millones. Hoy en día hay, en el mejor de los casos, 300.000. La importancia es que este paso, este día, no sea tratado como un fin en sí mismo, sino como el comienzo de un proceso hacia un plan de acción coordinado internacionalmente (ONU y Estados miembros) que trabaje hacia la prevención, para poner fin a la persecución religiosa.
¿Cuáles serían los próximos pasos de ese plan de acción?
El establecimiento del 22 de agosto como un día para reconocer a aquellos que han sufrido violencia por motivos religiosos y enfocarse en el tema de la persecución religiosa es un paso importante, pero sólo un primer paso. Corresponde a los Estados y a la sociedad civil garantizar que esta acción simbólica se convierta en una acción significativa. El objetivo final es prevenir actos de persecución religiosa en el futuro. Esto no ocurrirá de la noche a la mañana, ya que en la actualidad se carece de la infraestructura necesaria. Una consideración importante es el establecimiento de una plataforma dedicada de la ONU a la que, por ejemplo, los representantes de los grupos perseguidos o de las ONG que trabajan con ellos, puedan participar y proporcionar información de primera mano sobre su situación y los retos a los que se enfrentan. Estos estudios de casos servirían de base para reconocer las tendencias de las persecuciones, los autores de tales atrocidades, cómo operan, cómo se financian y, al hacerlo, ayudar a desarrollar un plan de acción acorde para prevenir tales actos en el futuro, o evitar que se conviertan en atrocidades masivas como el genocidio. Otra medida que se ha de adoptar es abordar la actual impunidad de los actos de persecución religiosa. Las víctimas no reconocidas, por ejemplo, del genocidio de Daesh, deben disponer de un amplio recurso jurídico a la justicia. Las Naciones Unidas deberían trabajar para establecer un tribunal internacional que aborde la cuestión de la impunidad de los actos de violencia por motivos religiosos cometidos por grupos que van desde Boko Haram hasta Al-Shabaab y Daesh.
¿Cuál es por su parte la ayuda de Ayuda a la Iglesia Necesitada a los cristianos perseguidos?
Ayuda a la Iglesia Necesitada busca llamar la atención y proporcionar apoyo para ayudar a mantener viva la fe y la esperanza de aquellos cristianos que sufren y son perseguidos por su fe. Gracias a la generosidad de nuestros donantes, recaudamos más de 100 millones de euros el año pasado y financiamos más de 5.000 proyectos en unos 139 países. Nuestros donantes son la base sobre la que construimos puentes de fe, esperanza y caridad. Pero además del apoyo financiero es necesario crear conciencia del sufrimiento de estas comunidades cristianas, para que sus gritos no queden sin ser escuchados, ni su sufrimiento pase desapercibido.