«La oración fue mi fortaleza en prisión»- Conmovedor testimonio de una cristiana sudanesa en el lanzamiento internacional del Informe RFR 2025
Mariam Ibrahim fue arrestada por apostasía y adulterio porque la ley Sharia ordenaba que fuera musulmana, como su padre, a pesar de que había sido criada como cristiana practicante. Compartió su testimonio en el lanzamiento internacional del Informe de Libertad Religiosa 2025.
Más de 20 ponentes de diferentes regiones del mundo compartieron testimonios y análisis sobre el situación actual de la libertad religiosa, durante el lanzamiento internacional del Informe sobre la libertad religiosa en el mundo 2025, organizado por Aid to the Church in Need (ACN), el 21 de octubre, en Roma. Una de las intervenciones más conmovedoras fue la de Mariam Ibrahim (también conocida como Mariam Ishag), una mujer sudanesa condenada a muerte en 2014 por supuesta apostasía y a 100 latigazos por presunto adulterio, tras negarse a renunciar a su fe cristiana.

Aunque Mariam no pudo viajar a Roma debido a un problema de visa de última hora, envió su mensaje en video desde los Estados Unidos, donde reside actualmente con su familia. En su intervención, expresó su profunda gratitud a ACN «por todo el trabajo, la defensa y las oraciones realizadas durante todo el año en favor de la Iglesia perseguida».
«Trae mucha esperanza a mi corazón ver todo este trabajo y defensa de aquellos que sufren por su fe. Estoy profundamente agradecida con mis amigos de Aid to the Church in Need por no olvidar a los perseguidos», dijo.
Mariam recordó que su calvario comenzó en Sudán cuando, siendo hija de padre musulmán y madre cristiana, fue considerada automáticamente musulmana según la ley islámica. «Me acusaron por haber crecido como cristiana, por practicar mi fe y por casarme con un cristiano. Eso fue considerado un delito», explicó.
Durante su embarazo y encarcelamiento, vivió uno de los capítulos más duros de su vida:
“Pasé la Navidad de 2013 en prisión. Descubrí que estaba embarazada justo antes de ser encarcelada. Esa primera noche en la celda estaba aterrorizada y solo podía orar. Mi madre había fallecido, mi familia paterna me rechazaba y los medios de comunicación me llamaban ‘impura’, ‘infiel’ y ‘digna de la muerte'».
Uno de los momentos más sobrecogedores de su testimonio fue cuando relató cómo logró conservar su Biblia en prisión: «Tuve que cortar las páginas y esconderlas en mi cabello para poder leerlas en el baño. Ese era el único lugar donde podía abrirlas sin ser descubierta. Esa Biblia de la prisión la sigo llevando conmigo a donde quiera que vaya», dijo mostrándola.
Mariam destacó el poder de la oración y la importancia del acceso a la Palabra de Dios para quienes enfrentan persecución: «Cuando la gente me pregunta cómo rezar por los perseguidos, digo: pidan a Dios que les dé acceso a su Palabra. En muchos países, tener una Biblia es considerado un acto de terrorismo. Pero la Biblia no es una amenaza, es la historia de la salvación para todos los pueblos».

Su liberación fue posible gracias a la mediación del gobierno italiano y al apoyo de la comunidad internacional. Antes de salir de Sudán, Mariam y su familia se refugiaron durante un mes en la embajada de Estados Unidos en Jartum. «Estoy agradecida de que mis hijos estén a salvo, mi familia esté a salvo y ahora tengo una misión: usar mi voz para aquellos que todavía sufren por su fe», dijo durante el lanzamiento del Informe de Libertad Religiosa 2025.
«La persecución trae un dolor inimaginable, pero Dios siempre da fuerza. Rezo para que el trabajo de ACN siga creciendo, para que el mundo escuche nuestras historias y para que la Iglesia nunca deje de rezar por los que están en prisión», concluyó.
El Informe sobre la Libertad Religiosa en el Mundo 2025 de ACN revela que más de 5.400 millones de personas, casi dos tercios de la población mundial, viven en países con graves violaciones de la libertad religiosa. De los 196 países analizados entre enero de 2023 y diciembre de 2024, 62 registraron violaciones graves, 24 con persecución sistemática y 38 con discriminación generalizada basada en la fe.