[vc_row][vc_column][vc_column_text]Después de más de tres meses, las Fuerzas Armadas de Filipinas (AFP) finalmente han retomado y liberado la Catedral de Santa María en la ciudad de Marawi.
La catedral fue profanada y destruida por terroristas seguidores del Estado Islámico el pasado 23 de mayo de 2017. Las Fuerzas Armadas de Filipinas tuvieron que vaciar la iglesia de artefactos explosivos improvisados. La AFP también ha emitido algunas imágenes de cómo ha quedado la catedral.
En dicho vídeo se veían las paredes de la catedral cubiertas de balas y fragmentos de iconos destruidos y otros adornos de la iglesia esparcidos por el suelo. El altar de la catedral estaba completamente destrozado y una figura decapitada es la única estatua que queda en pie dentro del edificio.
Además de la catedral, los soldados filipinos también fueron capaces de liberar la Gran Mezquita, el mayor lugar de culto para los musulmanes que viven en la ciudad de Marawi. Aunque no estaba tan devastada como la catedral católica, el Ejército reveló que los terroristas cavaron agujeros y túneles debajo del lugar sagrado e hicieron orificios en las paredes de la mezquita desde los que disparaban a las fuerzas gubernamentales.
Durante los últimos tres meses, el Ejército ha llevado a cabo grandes bombardeos sobre la ciudad de Marawi, pero deliberadamente se abstuvo de bombardear las mezquitas como señal de respeto a los maranaos, la etnia musulmana que desde hace siglos considera la ciudad de Marawi su hogar. Sin embargo, esta decisión fue aprovechada por los terroristas, que convirtieron las mezquitas en fortalezas contra el Ejército filipino.
Según Norodin Alonto Lucman, uno de los jefes tribales maranaos, los musulmanes tienen prohibido utilizar las mezquitas como base de actividades dañinas para musulmanes y no musulmanes.
«Esto sólo demuestra cómo estas personas no respetan ninguna religión, ya sea la cristiana o la musulmana», dijo el Teniente General Carlito Gálvez, Jr., jefe del Comando de Mindanao Occidental de las AFP.
Clérigos musulmanes han denunciado la profanación de la catedral a pesar de las amenazas de los terroristas de ejecutar a los musulmanes que critiquen al Estado Islámico.
El pasado 25 de agosto de 2017 el periódico local The Philippine Star informó de que los policías y soldados musulmanes habían podido rezar en la Masjid Saad Huzam Almusairi, otra mezquita que también habían logrado liberar de la ocupación del grupo Maute. Ésta constituyó la primera ceremonia de Jumaah en la Masjid Saad desde el 23 de mayo.
El asambleísta Zia Alonto Adiong, portavoz del comité provincial de gestión de la crisis en Marawi, dependiente de la oficina del gobernador en Lanao del Sur, dijo que los policías y soldados cristianos ayudaron a limpiar el lugar de adoración y a proteger su entorno.
«Eso de nuevo fue una indicación tácita de que el conflicto aquí no es un conflicto entre musulmanes y cristianos. Son estos dos grupos los que están trabajando juntos para restaurar la ley y el orden en la ciudad de Marawi», indicó Adiong.
Mientras tanto, en una entrevista con ACN a principios de este mes, el Obispo Marawi, Mons. Edwin de la Peña, reveló que su prelatura está comenzando a elaborar planes para la reconstrucción y los esfuerzos de rehabilitación en Marawi.
Cuando se le preguntó si ya había planes concretos para reconstruir la catedral, Mons. de la Peña respondió: «Más que la catedral, lo más importante es restaurar la comunidad cristiana y sus buenas relaciones con los musulmanes que viven en Marawi».
El 8 de agosto de 2017 Aid to the Church in Need donó 30.000 dólares que se utilizaron para distribuir botiquines sanitarios a 1.500 desplazados internos procedentes de la ciudad de Marawi.
Mons. de la Peña agradeció a ACN esta donación, pero pidió a todos los cristianos que siguieran apoyando a la prelatura de Marawi y a la diócesis de Iligan para que puedan ayudar a los desplazados internos de la ciudad de Marawi. El obispo también expresó su esperanza de que los cristianos se dieran cuenta de que Cristo también está presente en el sufrimiento de los no cristianos.
«Cuando hacemos misión, no distinguimos si las personas a quienes ayudamos son cristianas o no. Y así espero que no consideremos más nuestra afiliación religiosa y que ayudemos porque precisamente el Señor nos está diciendo que existe la necesidad, que ahí está tu hermano y tu hermana. Ayudamos porque hay necesidad y donde hay necesidad, ahí es donde Dios nos está llamando», afirmó Mons. de la Peña.
Los terroristas seguidores de ISIS, que han bajado de sus 200 miembros originales, fuertemente armados, a un número estimado de entre 30 y 45, todavía controlan una superficie aproximadamente de 600 metros cuadrados en Marawi. Siguen teniendo cerca de 56 rehenes cristianos, incluido el Vicario General de la prelatura de Marawi, el P. Teresito «Chito» Suganob.
Por ACN con informaciones de The Philippine Star y GMA News[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]