Iraq: Dios no permita que se extienda la guerra

La población iraquí está aterrorizada ante la posibilidad de que la guerra en Tierra Santa se extienda por toda la región, ha asegurado el arzobispo católico caldeo Bashar Warda, que también ha lanzado un llamamiento a los gobiernos de todo el mundo para que trabajen por la paz.

Arzobispo Bashar Matti Warda (Arzobispo de la Arquidiócesis Católica Caldea de Erbil) en la Catedral de Myeondong
Arzobispo Bashar Matti Warda (Arzobispo de la Arquidiócesis Católica Caldea de Erbil) en la Catedral de Myeondong

Mons. Bashar Warda teme que una escalada del conflicto desencadene otra ola migratoria, lo cual tendría consecuencias devastadoras para una comunidad cristiana ya diezmada por la guerra y la extrema pobreza.

En declaraciones a Aid to the Church in Need (ACN), fundación pontificia para ayudar a los cristianos perseguidos, el arzobispo de Erbil (en la región semiautónoma del Kurdistán iraquí) señala: “La gente [en Iraq] tiene mucho miedo a que la violencia se extienda más allá de Gaza”.

“En nombre de todo el pueblo y, especialmente, de las minorías, que suelen ser las más castigadas, sobre todo en situaciones de conflicto, pido a Dios: no más guerra”. El arzobispo añade: “Pedimos a todos los líderes y a todos los que tienen influencia que calmen la situación […] Dios no quiera que esta guerra vaya más allá de lo que hemos visto últimamente. El ajuste de viejas cuentas pondría en peligro la cohesión social en toda la región, y es que la situación en Siria no está resuelta, como tampoco lo está en Iraq”.

El arzobispo Warda señala que su gente está en máxima alerta y que algunos aún no están seguros de si deben permanecer en el país después de la violencia y persecución perpetradas por el Estado Islámico, Al Qaeda y otras agrupaciones extremistas. El arzobispo afirma que “las heridas infligidas por el Estado Islámico aún no han cicatrizado”, y añade: “La violencia podría impulsar aún más la emigración, pues el miedo sigue presente. Y es que aquí la guerra no fue hace treinta años; fue hace menos de diez”.

Santa Misa en San Jorge de Teleskof, en la Llanura de Nínive
Santa Misa en San Jorge de Teleskof, en la Llanura de Nínive

Antes de 2002, Iraq albergaba más de 1,2 millones de cristianos, pero la persecución, la violencia y la pobreza han provocado una emigración masiva entre estos. Mons. Warda asegura que ahora sólo quedan unos 150.000 y explica: “Para nosotros, como Iglesia, si no tienes a tu gente a tu alrededor, ¿qué sentido tienen las estructuras? Nosotros no somos como una ONG; nosotros dependemos de la presencia de nuestra gente”.

El arzobispo agradece también a ACN y a otras organizaciones su ayuda pastoral y de emergencia, especialmente durante los años del conflicto que culminaron con la invasión del Estado Islámico de Mosul -la segunda ciudad de Iraq- y de la cercana Llanura de Nínive, desde antiguo, patria de cristianos.

En este sentido destaca sobre todo el apoyo de la fundación pontificia al programa de Becas Papa Francisco, del que se benefician actualmente estudiantes de la Universidad Católica de Erbil, una institución fundada por el arzobispo Warda.

El prelado ha concedido esta entrevista durante una visita a Londres, donde ha predicado en la Abadía de Westminster en la santa misa del Día de Todos los Santos dedicada a los mártires de la Iglesia.

En su homilía, el arzobispo ha recordado el sacrificio de tantos fieles durante los años de Al Qaeda, el Estado Islámico y demás terroristas, y ha alabado el heroísmo de los mártires, entre ellos, el de su íntimo amigo el padre Ragheed Ganni, que fue asesinado a tiros en junio de 2007 por negarse a cerrar su iglesia en Mosul.

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