Un proyecto financiado por ACN ha dado sus frutos en el suroeste de Nigeria, donde líderes cristianos y musulmanes trabajan juntos para promover la paz en el estado de Osun. Este proyecto dirigido por católicos está marcando la diferencia en un país conocido por sus conflictos interreligiosos y la persecución de los cristianos.
La diócesis de Osogbo, en el estado nigeriano de Osun, viene desarrollando un proyecto que reúne a líderes musulmanes y cristianos para calmar la tensión y evitar conflictos interreligiosos que ya han causado cientos, si no miles, de muertes en otras partes del país, concretamente en el Cinturón Medio y el norte.
“La diócesis tiene unos cinco millones de habitantes: unos tres millones de musulmanes y dos millones de cristianos. Los católicos son unos 600.000”, informa Mons. John Oyejola, obispo de la diócesis de Osogbo, en una visita a la sede de Aid to the Church in Need (ACN) en Alemania. El prelado especifica que, pese a ser una minoría, los católicos dirigen la mayoría de los proyectos e instituciones caritativos y de desarrollo social en la región.
Con esta situación demográfica, Mons. Oyejola considera esencial impulsar la armonía interreligiosa en aras de mantener la paz y permitir a la Iglesia llevar a cabo su misión. “No podemos predicar el cristianismo donde no hay paz, así que hagamos las paces con todo el mundo. Nosotros respetamos vuestra religión; por favor, respetad la nuestra”.
No obstante, lo ocurrido en Osogbo va mucho más allá del mero respeto mutuo, pues ha dado pie a una profunda amistad, asegura el padre Peter Akinkunmi, director diocesano para el diálogo interreligioso de la diócesis. El sacerdote realizó un curso de Estudios Árabes e Islámicos en Roma a petición del obispo, antes de regresar a Nigeria para dirigir este proyecto de diálogo interreligioso.
Emigración como reto del diálogo interreligioso
Según el padre Akinkunmi, las relaciones entre cristianos y musulmanes habían sido tradicionalmente muy buenas en el estado de Osun hasta hace unos 15 años, cuando el recrudecimiento de la persecución en el norte obligó a muchos suroccidentales a regresar a su tierra natal. “Las historias con las que regresaron, sus relatos y mentalidad empezaron a influir en nuestros jóvenes. Vieron a gente que volvía con las manos vacías, con la vida destrozada, y eso empezó a generar amargura”.
La situación se agravó cuando el gobierno local aprobó una ley que permitía a las niñas musulmanas llevar el hiyab en las escuelas cristianas. “Las comunidades musulmana y cristiana acudieron a los tribunales, y estos se pronunciaron a favor de los musulmanes. Esa fue la gota que colmó el vaso. Todos los puntos de unión entre los líderes cristianos y musulmanes se fueron al traste y dejaron de reunirse en los foros de diálogo”, explica el padre Akinkunmi.
Reconstruir la confianza
Cuando Mons. Oyejola asumió el cargo en 2016, las relaciones estaban congeladas, pero él tomó la iniciativa de retomarlas: Lo que empezó con mensajes de buena voluntad y visitas de cortesía al gran imán se convirtió en una buena amistad. Ambos líderes religiosos sabían que tenían que utilizar su influencia para impulsar el bienestar de toda la comunidad, así empezaron a consultarse recíprocamente y a abordar juntos temas importantes “para crear una nueva visión del liderazgo cristiano y musulmán, caminando juntos por el bien de todo el estado”, señala el padre Akinkunmi.
Pronto, este nuevo ambiente de diálogo empezó a dar sus frutos. “El periodo más delicado de nuestra vida como nación siempre han sido las elecciones, y el estado de Osun es muy especial porque elegimos al gobernador ocho meses antes de las elecciones generales y presidenciales, por lo que Osun suele ser el estado donde se registra la mayor tensión política en el país”.
“Con ayuda de ACN, organizamos un Foro para la Promoción de la Paz y la Solidaridad para que el obispo y el imán, junto con sus colaboradores, se sentaran a una mesa y examinaran juntos los acontecimientos en todo el estado. ¿Cuál es la situación? ¿Cómo nos estamos preparando para las elecciones?, para luego abordar también cuestiones que podrían amenazar la paz en la comunidad”.
El programa, financiado por ACN, también incluye una emisión semanal de radio en directo en la que diferentes líderes religiosos extraen información de las enseñanzas de su tradición religiosa en lo que respecta a la paz y la fraternidad interreligiosa, conferencias de prensa conjuntas en torno a las elecciones de líderes religiosos cristianos y musulmanes, así como de mujeres cristianas y musulmanas.
El resultado fue una sucesión de elecciones pacíficas. De la última salió un gobernador cristiano, lo que amenazó con causar un problema totalmente nuevo. “Un grupo llamado Muslim Rights Concern empezó a criticar al gobernador, acusándole de nombrar principalmente a cristianos e ignorar a la comunidad islámica. Cuestiones como esta aumentan el riesgo de reavivar el rencor. Sin embargo, la comunidad islámica local se pronunció distanciándose completamente de esas críticas y declarando que no reflejan las opiniones de los musulmanes del estado de Osun”.
El padre Akinkunmi recuerda otro caso en el que violentas protestas antigubernamentales por la inestabilidad monetaria y la escasez de combustible sacudieron el país. “Los líderes religiosos de las comunidades de base fueron convocados a encuentros y talleres para reflexionar sobre cómo gestionar la situación de forma que no desembocara en violencia. Como resultado, en los sermones de los viernes y los domingos se dedicó especial atención a exhortar a la gente a comportarse de forma pacífica y en el estado de Osun no hubo protestas”.
Un obispo jeque
La confianza entre las comunidades se ha hecho tan profunda que se invitó a representantes musulmanes a asistir al sínodo diocesano, y el gran imán concedió el título honorífico de jeque a Mons. Oyejola, explicando que en árabe el término significa ‘anciano sabio’.
“La continua colaboración entre el imán y el obispo, que hemos dado a conocer a los medios de comunicación a través de este proyecto, ha neutralizado la capacidad de los políticos de utilizar la religión para manipular a nuestro pueblo”, afirma el padre Akinkunmi, y el obispo Oyejola añade que las diócesis vecinas ya han empezado a imitar el modelo utilizado en Osogbo.
También otras instituciones en Osun han seguido su ejemplo. Antes de las recientes elecciones, las ramas locales de la Federación de Mujeres Musulmanas y del ala femenina de la Asociación Nacional Cristiana se unieron para presionar -con éxito- para que las mujeres embarazadas, las madres lactantes y las ancianas tuvieran prioridad en las colas para votar, y, más adelante, al analizar los casos de mujeres que necesitaban ayuda caritativa en sus respectivas comunidades, las cristianas decidieron apoyar a una solicitante musulmana porque su situación era más grave que la de las cristianas.
Los grandes frutos de este proyecto no habrían sido posibles sin el apoyo prestado por ACN. “Queremos mantener este proyecto en pie y asegurarnos de obtener más resultados, porque lo que necesitamos es paz”, subraya el obispo Oyejola, manifestando su gratitud a la fundación pontificia.