El obispo Matthew Kukah, de 70 años, cabeza de la diócesis de Sokoto del norte de Nigeria desde 2011, critica abiertamente al Gobierno de su país por su incapacidad de frenar la violencia y proteger a los cristianos de ataques mortales. En una entrevista con Aid to the Church in Need (ACN), el obispo Kukah reflexiona sobre las expectativas ante el nuevo Gobierno, que juró el cargo a finales de mayo.
¿Qué espera del nuevo Gobierno, especialmente en lo que respecta al trato a los cristianos? Algunos han expresado su optimismo por el hecho de que la esposa de Tinubu, el presidente entrante, sea cristiana, mientras que otros están preocupados por el vicepresidente Kashim Shettima. ¿Cuál es su punto de vista al respecto?
Algunos pueden considerar mis opiniones controvertidas, pero estas no se basan en sentimientos sino en hechos. En primer lugar, conozco a Tinubu desde hace más de veinte años y también conozco a Kashim Shettima porque he trabajado con él. Yo no quiero vivir en un país donde mis oportunidades dependan de si el presidente es musulmán o cristiano, los asesinatos se vienen produciendo desde hace mucho tiempo. El vicepresidente de Buhari, Yemi Osinbajo, era un pastor cristiano, pero ¿qué diferencia supuso? Nunca visitó ningún lugar donde mataran a cristianos.
Yo juzgo a las personas por su capacidad y competencia y por cómo valoran la justicia, la imparcialidad y la equidad, no creo que el nuevo presidente de Nigeria vaya a favorecer ni a cristianos ni a musulmanes. Muchos de los temores que la gente expresa son infundados. Yo he estado en Maiduguri, y ciertas cosas que Shettima hizo cuando era gobernador yo no las había visto antes. Así, cuando fuimos a la inauguración de la catedral de Maiduguri, me sorprendió ver allí a cinco o siete altos funcionarios cristianos, todos miembros de su gabinete. También contribuyó a la construcción y reconstrucción de mezquitas e iglesias destruidas por Boko Haram. ¿Qué más se le puede pedir?
¿Hay motivos para pensar que Tinubu será mejor que Buhari?
Lo que está claro es que el presidente saliente es uno de los peores que ha tenido el país. El presidente era musulmán, los principales dirigentes de la Asamblea Nacional eran musulmanes, casi todos los funcionarios de seguridad eran musulmanes y lo mismo con otros cargos importantes; es triste que mientras todo esto ocurría, los cristianos no alzaran la voz. El problema es que los cristianos no están organizados políticamente.
Por supuesto que me gustaría que un católico fuera presidente, pero este no gobernaría a los católicos sino a todos los ciudadanos de este país. Llevo suficiente tiempo viviendo en Nigeria para saber que algunas de las mejores oportunidades que hemos tenido como cristianos no nos las ha brindado un presidente cristiano. Así, por ejemplo, el Papa no vino bajo el gobierno de un cristiano, sino que visitó dos veces Nigeria por cortesía de dos líderes musulmanes (Alhaji Shehu Shagari en 1982 y el general Sani Abacha en 1998). Centrémonos, por tanto, en la capacidad para la equidad, la integridad y la construcción de una Nigeria mejor.
¿Qué papel cree que desempeñarán los cristianos en el nuevo Gobierno y cómo puede la comunidad eclesiástica apoyar esos esfuerzos?
Nadie nos puede sustituir a la hora de exigirle algo al Gobierno. Los cristianos debemos hacer algo más que hablar y quejarnos. El Gobierno de Buhari fue uno de los peores porque funcionaba con un sistema basado en el nepotismo. Irónicamente, en medio de todo esto, el norte de Nigeria sigue siendo la región más desgobernada de todo el país. Y lo que han sufrido los cristianos es una fracción de lo que han sufrido los norteños en términos de secuestros, asesinatos y destrucción.
Y dicho sea de paso, los cristianos no tienen motivos para hacerse las víctimas, pues siguen siendo los más formados de Nigeria y los que tienen más éxito en los negocios. Tienen un poder que no es político, pero es un poder que saben utilizar bien. Nuestro éxito trasciende nuestro número, incluso en Sokoto donde somos minoría. Así que la cuestión reside en elaborar una estrategia eficaz para ejercer influencia sobre las políticas que nos afectan negativamente.
¿Cuáles son los factores clave que afectan a mujeres y niñas en Nigeria, han empeorado estas condiciones en los últimos años? ¿Cómo puede la comunidad eclesiástica abordar estos problemas y apoyar a las mujeres y niñas del país?
En el norte de Nigeria, la educación de mujeres y niñas está mal vista debido a los matrimonios precoces y a la creencia de que las mujeres sólo deben casarse y tener hijos, pero nosotros sólo podemos ayudar a educar allí a más niñas si el Gobierno está dispuesto a cooperar con nosotros. Sin embargo, hasta ahora, los gobernadores del norte no tienen planes definidos de colaboración con la Iglesia por la forma en que se nos percibe y por la posible reacción negativa de los musulmanes.
Hoy en día, ya hay algunas mujeres y niñas más ilustradas que se dan cuenta de que su vida no tiene por qué acabar en la cocina. Nosotros las apoyamos animándolas a vivir sus vidas y a convertirse en mejores versiones de sí mismas. En Sokoto, la mayoría de las mujeres y niñas corren peligro de vivir experiencias horribles y traumáticas, como secuestros masivos, esclavitud sexual, violaciones y abusos. El Gobierno no muestra ningún interés por la mayoría de estos casos, es una verdadera lástima que los medios de comunicación no se hagan eco de estas historias. Aquí, la gente prefiere la cultura del silencio.
¿Qué han supuesto los programas financiados por ACN para usted, personalmente, y para su gente? ¿Han contribuido a cambiar la situación?
Mi gratitud a Aid to the Church in Need no conoce límites. Estoy profundamente agradecido por todo el apoyo que nos ha prestado hasta ahora, siempre consideraré a ACN parte de la familia de la diócesis de Sokoto. Gracias a la fundación pontificia, nuestra labor pastoral es más fácil; financia los estudios de algunos de nuestros seminaristas, y ha apoyado a nuestros sacerdotes mediante estipendios de misa. Además, cuando asistimos a algún retiro normalmente se espera que los sacerdotes paguen, pero la mayoría de las parroquias no pueden permitírselo. La fundación ACN interviene para salvar ese obstáculo. También hemos recibido ayuda en el ámbito de la infraestructura, como el techado de las iglesias. Por todo ello, nos sentimos bendecidos y agradecidos con ACN.