En su Vía Crucis, Benedicto XVI incluye en su meditación para la Quinta Estación (El Cireneo ayuda a Jesús a llevar la cruz) estas palabras: “Cada vez que nos acercamos con bondad a quien sufre, a quien es perseguido o está
indefenso, compartiendo su sufrimiento, ayudamos a llevar la misma cruz de Jesús”. En Burkina Faso podemos ayudar a llevar la cruz a 16 futuros sacerdotes ayudando a sus familias a sobrevivir. Porque estas familias de la Diócesis de Ouahigouya, en el norte del país, al igual que otros muchos cristianos, han tenido que huir de sus aldeas desde que los terroristas islamistas de Mali y Níger empezaran a asesinar, saquear y expulsar a la población de esta región de triple frontera.
La gente se ha quedado sin nada; han huido a las ciudades y malviven en escuelas y salas comunitarias. Antes las familias apoyaban a sus hijos en los seminarios, mientras que ahora no saben cómo sobrevivir de un día al otro. La diócesis no da abasto en esta situación, y todo ello supone una enorme carga psicológica para los 16 seminaristas. No – sotros estamos proporcionando ayuda humanitaria de emergencia a sus familias (8.000 euros), y así ayudamos doblemente. Los en total 61 seminaristas de la diócesis se mantienen firmes porque saben que los 130.000 católicos de la diócesis los necesitarán, especialmente en estos tiempos difíciles. En julio algunos de ellos serán ordenados sacerdotes.
Quieren cumplir con su servicio a Dios y al pueblo aunque les cueste la vida. Nuestra ayuda (30.000 euros) para la formación de los 61 futuros sacerdotes
nunca ha sido tan valiosa como hoy, ya que actualmente la diócesis afronta el problema de los desplazados. Benedicto XVI reza en la Quinta Estación: “Danos la gracia de reconocer como un don el poder compartir la cruz de los otros y experimentar que así caminamos contigo”.