Los habitantes del “país de los mil volcanes” conviven desde siempre con la peligrosa posibilidad de que la Tierra se abra o explote en cualquier momento. En sentido figurado, esto también podría decirse de la situación política y social de Nicaragua. Las consecuencias de los recortes de las pensiones anunciados en 2018 siguieron sintiéndose en 2019: miles de personas salieron a la calle a protestar. Tampoco faltaron los estallidos de violencia, en los cuales varios cientos de personas han sido asesinadas en los últimos dos años. ACN no interfiere en asuntos políticos, pero nuestra fundación apoya a la Iglesia de Nicaragua en su papel de mediadora entre las partes en conflicto.
Nicaragua es el país más pobre de Latinoamérica tras Haití. Con frecuencia, la Iglesia es la única institución que intercede en favor de los más pobres. Su valiente compromiso con ellos y con los débiles da a muchas personas una nueva esperanza para mejorar sus condiciones de vida. Durante la desastrosa crisis acaecida de abril a julio de 2018, la Iglesia también ofreció refugio contra la violencia a miles de jóvenes. ACN conoce el papel social que la Iglesia tiene en Nicaragua como complemento a su misión pastoral y seguirá apoyándola, por ejemplo, con la formación de sacerdotes. Los seminarios cuentan actualmente con numerosos seminaristas, pero no les es posible facilitar alimentos suficientes y el material de aprendizaje necesario, a los jóvenes candidatos al sacerdocio. ACN les ayuda a hacerlo.
Además de ofrecer ayuda a los seminarios, también apoyamos las actividades pastorales de la Iglesia local, financiando la construcción de casas parroquiales o la compra de nuevos vehículos, entre otras cosas. En total, para la Iglesia en Nicaragua se aprobaron unas 40 solicitudes de ayuda, con un volumen de casi medio millón de euros.
Conocemos el papel social de la Iglesia en Nicaragua
El padre Francisco Tigerino, rector del seminario interdiocesano nacional Nuestra Señora de Fátima, está muy agradecido por la solidaridad de los benefactores de ACN: “Lo que más me impresiona es que nos ayudan personas de la otra parte del mundo a las que seguramente nunca conoceremos. Lo hacen porque todos formamos parte de la Iglesia, y también por amor al Reino de Dios. Con su ayuda y con ayuda de Dios seguiremos formando a las personas y llevando adelante el trabajo de la Iglesia”.