Con gran tristeza y consternación, la Fundación Pontificia Internacional Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) ha recibido la noticia del asesinato del seminarista, Michael Nnadi. El joven de 18 años había sido secuestrado por desconocidos del seminario «Buen Pastor» en la ciudad de Kaduna, en el norte de Nigeria, junto con otros tres estudiantes el 8 de enero de 2020. Mientras sus tres compañeros fueron liberados, el cuerpo sin vida de Michael Nandi fue encontrado en una carretera el sábado (01.02.2020).
“Con enorme pesar, deseo informarles que nuestro querido Michael ha sido asesinado por los bandidos en una fecha que no podemos determinar. Él y la esposa de un médico fueron separados arbitrariamente del resto del grupo y asesinados”, escribió a ACN Mons. Matthew Kukah, obispo de la diócesis de Sokoto, de donde era originario el seminarista. Según los medios locales, la segunda persona asesinada es la esposa de un médico con sede en Kaduna, secuestrada por hombres armados el 24 de enero junto con sus dos hijos.
«Estoy apesadumbrado por semejante despliegue de maldad. La noticia del brutal asesinato de este joven inocente me aflige profundamente «, dijo el presidente ejecutivo de ACN, Dr. Thomas Heine Geldern. La comunidad católica local muestra una fe admirable y gran confianza en Dios, lo cual según el presidente de ACN se aprecia en la oración final del mensaje que envió el obispo Kukah: “El Señor sabe mejor. Mantengámonos fuertes”. Heine Geldern ve como tarea y misión de ACN acompañar y orar por la Iglesia de Nigeria en el Via Crucis que está sufriendo.
“Pero al mismo tiempo, el mundo tiene que despertarse. El gobierno nigeriano se enfrenta a un gran desafío: el nivel de inseguridad es comparable al que tenía el país durante la guerra civil. Es inaudito. Nigeria es una nación multirreligiosa y multiétnica. La seguridad debe estar garantizada para todos», concluye Heine-Geldern en un llamado a la comunidad internacional.
«Su único crimen fue el deseo de servir a Dios»
Uno de los educadores del seminario de Kaduna, que no quiere ser nombrado, dijo a ACN: “Michael era un seminarista joven y talentoso. Creció con su abuela porque era huérfano. Hace solo unas semanas, después de un año de preparación espiritual, se vistió solemnemente la sotana. Parece que su único crimen fue el deseo de servir a Dios. Las fuerzas de seguridad y el gobierno no han sabido protegerlo. Descansa en paz, Michael”.
El 31 de enero habían sido liberados dos de los seminaristas secuestrados. Michael era el último en cautividad porque los secuestradores habían arrojado a la carretera ya a uno de los estudiantes con graves problemas de salud hace dos semanas. Los secuestros se han convertido en un arma común de delincuentes y terroristas en el estado de Kaduna. Según el Consejo de Relaciones Exteriores (CFR), una organización independiente y no partidista de Estados Unidos, 114 personas han sido secuestradas en este Estado solo en enero de 2020. Kaduna encabeza la lista de secuestros en Nigeria.