Nigeria: Unos 200 cristianos asesinados en un ataque nocturno.

Los desplazados internos fueron quemados vivos, asesinados a tiros y macheteados.

Unos 200 cristianos fueron masacrados en Nigeria durante un ataque contra un alojamiento temporal habilitado para desplazados internos que habían  abandonado sus casas debido a los asedios de pastores fulanis. Durante el ataque, que tuvo lugar la noche del viernes 13 de junio en el Estado de Benue (Nigeria), los atacantes prendieron fuego al edificio en la plaza del mercado de Yelewata, en la zona del gobierno local de Gouma, cerca de Makurdi, donde dormían los desplazados, y atacaron con machetes a los que intentaban escapar. Los militantes irrumpieron al grito de «Allahu Akhbar» («Dios es grande») antes de comenzar a matar aleatoriamente a las personas.

Según testimonios directos recogidos por la fundación Aid to the Church in Need (ACN), esa misma noche la policía había repelido a los atacantes cuando intentaban asaltar la iglesia de San José de Yelewata, donde dormían unos 700 desplazados internos. Entonces, los atacantes se dirigieron hacia la plaza del mercado donde utilizaron combustible para prender fuego a las puertas de los alojamientos en los que dormían unos 500 desplazados, después abriron fuego.

Las informaciones iniciales apuntaron que durante las tres horas que duró la matanza fallecieron al menos 100 personas. La “Fundación para la Justicia, el Desarrollo y la Paz” (FJDP) de la diócesis de Makurdi actualizó los datos y estima en 200 el número de las víctimas. Se trata de la peor masacre que ha tenido lugar en la región, donde el repentino aumento de ataques junto a otras señales lleva a sospechar que se trata de acciones coordinadas para obligar a toda la comunidad a abandonar la región.

Según el sacerdote, Yelewata había acogido a miles de desplazados internos debido a los repetidos ataques de los fulani contra las comunidades de Benue, pues al encontrarse en la carretera principal a Abuja se consideraba una ciudad relativamente segura. Ahora está desierta y muchos se han refugiado en las cercanas Daudu y Abagena, donde los líderes de la Iglesia están trabajando para ayudarles.

Quemados vivos y cadáveres irreconocibles.

En declaraciones a ACN, menos de 12 horas después de la matanza, el párroco de Yelewata, el padre Ukuma Jonathan Angbianbee, describió cómo él y otros desplazados internos escaparon de la muerte, tirándose al suelo en la casa parroquial cuando comenzaron los disparos: «Cuando escuchamos los disparos y vimos a los militantes, pusimos nuestras vidas en manos de Dios. Esta mañana, doy gracias a Dios por seguir vivo».

El padre Jonathan describió su visita a la plaza del mercado: «Lo que vi fue verdaderamente espantoso. La gente había sido masacrada. Los cadáveres estaban esparcidos por todas partes».

Según el informe del FJDP, realizado después de visitar el lugar de la masacre, “era una monstruosidad, nadie debería tener que ver algo así». El FJDP agregó: «Algunos [cuerpos] estaban quemados hasta quedar irreconocibles: bebés, niños, madres y padres simplemente aniquilados».

El padre Jonathan asegura que algunos estaban tan quemados que será difícil identificarlos.

Según testigos de la masacre, el ataque habría estado atentamente coordinado y los atacantes podrían ser identificados como pastores fulanis, ya que los militantes accedían a la ciudad desde múltiples ángulos y utilizaron la cobertura de las fuertes lluvias para organizar el asalto. Según el sacerdote, «no hay duda de quién llevó a cabo el ataque. Definitivamente eran fulanis. Gritaban “Alahu Akhbar».

El padre Jonathan y otros sacerdotes de la diócesis de Makurdi criticaron la respuesta de las fuerzas de seguridad al ataque, ya que los agentes de policía que impidieron que los extremistas asaltaran la iglesia estaban mal equipados y no pudieron evitar el ataque al mercado cercano.

En el ángelus de este domingo 15 de junio, el papa León XIV dijo que rezaba por los «brutalmente asesinados» en «la terrible masacre», la mayoría de ellos desplazados internos «acogidos por la misión católica local». El papa ofreció su oración por «la seguridad, la justicia y la paz» en Nigeria y añadió que pensaba especialmente en las «comunidades cristianas rurales del estado de Benue que han sido víctimas implacables de la violencia».

El ataque del viernes 13 por la noche se produce en medio de un aumento de ataques en el Estado de Benue, que se centran en la región de Makurdi, donde el 95% de la población son católicos. En otros ataques recientes, más de 100 personas han sido asesinadas y más de 5.000 personas se han visto obligadas a abandonar sus casas en las áreas de gobierno local de Gwer West, en la diócesis de Makurdi.

Los líderes de la Iglesia local han pedido repetidamente ayuda internacional, afirmando que habría un plan yihadista en marcha para apoderarse de las tierras y llevar a cabo una limpieza étnica de la presencia cristiana en la región.

ACN condena esta nueva masacre contra la comunidad cristiana en Nigeria y pide oraciones por el fin de la violencia que sufren los cristianos en este país africano.

 

Por John Pontifex.

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