Cardinal Urosa: “Las elecciones del 20 de mayo son un atropello a los derechos políticos de los ciudadanos venezolanos”

Según el último informe de Caritas Venezuela la inflación alimentaria superó el 1.300% en el 2017. Así mismo el Fondo Monetario Internacional estima que la inflación en el país será de 13.000%, la más alta del mundo en 2018. El 1 de mayo el salario mínimo subió de 1,3 millones de bolívares a 2,5 millones; esto significa un 95% de aumento. Es el noveno aumento de sueldo desde enero de 2017 y el tercero en el transcurso de este año. A esta situación económica se suma la crisis política: el Gobierno ha convocado elecciones presidenciales en el país para el 20 de Mayo.

En su último comunicado la Conferencia de Obispos de Venezuela afirma que la realización de las elecciones está deslegitimada porque “tal como están concebidas, sin las suficientes garantías que identifican todo proceso electoral libre, confiable, transparente, con innumerables inhabilitaciones de posibles candidatos, lejos de aportar una solución a la crisis que vive el país, pueden agravarla y conducirlo a una catástrofe humanitaria sin precedentes”.

La fundación pontificia Aid to the Church in Need entrevista al Cardenal Jorge Urosa, arzobispo de Caracas con vistas a las próximas elecciones.

 

Cardenal Jorge Urosa, arzobispo de Caracas

 

Las elecciones estaban previstas para Octubre o Diciembre del 2018 y fueron adelantadas para Mayo, la oposición todavía muy dispersa criticó la falta de tiempo para organizar la campaña y ha llamado a la abstención.
En mi opinión – como ya he dicho varias veces en los últimos meses – el adelanto de las elecciones presidenciales para el 20 de mayo es un atropello a los derechos políticos de los ciudadanos venezolanos. Nosotros tenemos derecho a elegir con libertad, con condiciones adecuadas. Con viabilidad y posibilidades democráticas. Es como jugar un partido de futbol y un equipo convoca el partido diez días antes de lo previsto y no da tiempo a los mejores jugadores del otro equipo a acudir. Las elecciones deberían organizarse en el último trimestre del año como se prevé en la Constitución.

En estos momentos parece que la oposición no está muy activa. No hay una movilización real ante de las elecciones. Parece que Venezuela está en shock.  ¿Es así?
El año pasado 140 personas murieron durante la represión de las marchas. A veces victimas que no tenían siquiera que ver con las protestas. Yo vi un video de una mujer que iba por la calle, no estaba en las marchas, se alejaba de la multitud de hecho y ‘pum’ un disparo y cae fulminada. A mí eso me sacudió. Siento que eso es terrible. Estamos en shock. Pareciera que el mal está campando… y que no importara ya que se mueran niños o que alguien se rinda y a pesar de todo sea asesinado. La gente ante tanto sufrimiento y sin una respuesta está descorazonada.

El comunicado de prensa de la Conferencia Episcopal habla también de una deslegitimación de las elecciones…
Estas elecciones no van a solucionar el problema de la emergencia social y por eso están deslegitimadas. Esas elecciones deberían posponerse, porque realmente no son legales ni son democráticas.

 

Venezuela

 

¿Es la Iglesia la única entidad en Venezuela que levanta la voz?
No. Hay muchos sectores de grupos que no están de acuerdo, que están tomando la palabra: los grupos políticos la Asamblea Nacional… pero los primeros están muy fragmentados y debilitados y todos están muy amenazados. La Iglesia no es la única, para nada, pero quizá tenemos más impacto porque la confianza en el episcopado en la sociedad venezolana es muy fuerte. No sólo ahora, eso ya desde hace muchos años… 

También hay opiniones que dicen que las elecciones fueron adelantadas porque la situación económica del país no da para más… ¿Es esa una de las razones?
Yo eso no lo sé; lo que sé es que la realidad venezolana es deplorable: la escasez de medicamentos e insumos médicos es algo gravísimo, incluida la atención en los hospitales, la falta de comida y el alto costo de los alimentos, el problema de transporte, la falta de dinero en efectivo… Un kilo de carne cuesta el salario mínimo. O un litro de leche en polvo…  ¿quién se lo puede permitir?  ¿Cómo puede ser que en un país no haya dinero? Eso mata cualquier economía. Desde la Conferencia Episcopal Venezolana  hemos levantado nuestra voz para denunciar esa emergencia social o crisis humanitaria que existe en el país. Falta de luz y agua. Nadie se ha preocupado por sostener las estructuras y la manutención de los sistemas. Es la miseria. Es terrible ver el país en la ruina.

 

Venezuela
La falta de transporte se convirtió en un problema

 

Venezuela se está desangrando. Caritas Internacional hablaba de más de cuatro millones que han salido del país… ¡Eso sería más del 10% de la población!
Hay un éxodo porque no hay futuro. Hay gente que se va caminando, por la frontera con Cúcuta. La situación es dramática. En estos momentos prácticamente todas las familias venezolanas tienen a alguien fuera del país. El éxodo también afecta a la Iglesia, por ejemplo aquí de la diócesis de Caracas ya son cuatro diáconos permanentes también se han ido, por motivos familiares. También hay muchas congregaciones que están sacando a sus religiosas del país por falta de medios para alimentarles o cuidados médicos.

¿Que sería necesario para sacar a Venezuela de la estacada?
La situación es difícil de cambiar: ¿cómo puede haber cambio cuando el gobierno ha ocupado todos los espacios de los poderes públicos? No hay a quien acudir. Está la Asamblea Nacional pero está prácticamente inhabilitada, así como se han invalidado a los partidos políticos. Por otra parte se podría decir que existe una “hipoteca” de Venezuela en el juego geo-político internacional, el país fue eliminando la cooperación con unos países y creando alianzas estratégicas con otros. Por ejemplo para la explotación de la minería y del petróleo. En el sur de Venezuela hay minas de diamantes, oro y coltán… Es el famoso Dorado. Por cierto la agresión al medioambiente y la explotación incontrolada es otro tema preocupante. Hoy en día se puede decir que cualquier conflicto en Venezuela no es un conflicto sólo entre venezolanos. El país está dentro del juego geopolítico y económico internacional. Eso lo hace todavía más difícil. Pero no debemos dejar de orar por nuestro país y anhelar una solución pacífica.

La fundación pontificia ACN propone una campaña urgente de oración y apoyo a Venezuela: “Ofrece una Misa por Venezuela”

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