Líbano: Las protestas por sí solas no unen a un país dividido

El Arzobispo greco-católico de Zahlé, Mons. Issam John Darwish, habla sobre las consecuencias de la pandemia del coronavirus para el Líbano y su población.

Su Excelencia, el Líbano ya afrontaba grandes dificultades económicas antes de la crisis del coronavirus. ¿Está la pandemia derrumbe al país?

Dado que la pandemia del coronavirus ha sido capaz de golpear duramente a las economías de grandes países, cabe esperar un golpe aún más duro para el Líbano, pues este ya venía sufriendo los lastres del endeudamiento y la corrupción. Sin embargo, también hay que decir que el nuevo Gobierno está haciendo considerables esfuerzos por evitar que el país acabe doblegado.

El Líbano es un país con muchas religiones. Antes del coronavirus, todos salieron juntos a la calle para protestar contra el fracaso de la política. ¿Cree usted que la pandemia también ha fortalecido la solidaridad entre las personas, independientemente de su religión? Después de todo, la pandemia afecta a todas las personas por igual.

Este consenso entre diferentes grupos religiosos es mucho más que el resultado de la actual pandemia o de una crisis económica. El consenso y la solidaridad deben estar anclados en la cultura, y son convicciones éticas que deben ser aceptadas. Las protestas por sí solas no unen a un país dividido. Lo que une a un país es más bien una educación hacia la unidad y un modelo nacional que funcione. De lo contrario, el Líbano seguirá siendo escenario de experimentos frustrantes y de fracaso político.

¿Qué hace la Iglesia Católica para ayudar a la gente afectada por el coronavirus?

El Patriarca de la Iglesia Greco-Católica, Youssef Absi, ha pedido a todos los obispos que pongan a disposición de los fieles las tierras de cultivo de las diócesis para que puedan labrarlas. Nosotros, en nuestra diócesis, hemos puesto este año nuestras tierras a disposición de los cristianos para que las cultiven. Además, hemos empezado a equipar el hospital de Tel Chiha aquí en Zahlé con todo lo necesario para afrontar el Covid-19, y también colaboramos con el Hospital Universitario Americano de Beirut para formar a nuestro personal en la lucha contra la pandemia. Por último, aumentamos la distribución de kits de higiene para potenciar la prevención ante la pandemia.

El Arzobispo greco-católico de Zahlé, Mons. Issam John Darwish.
El Arzobispo greco-católico de Zahlé, Mons. Issam John Darwish.

ACN apoya el proyecto del Comedor de San Juan el Misericordioso, que proporciona comidas calientes a los necesitados. ¿Hubo que cambiar algo a causa de la pandemia?

El Comedor de San Juan el Misericordioso nunca ha dejado de proveer comida caliente a los necesitados. Pero es cierto que, debido a la pandemia, tuvimos que asegurarnos de que la gente pudiera obtener sus alimentos sin arriesgar su salud, y estas medidas siguen en vigor. El número de beneficiarios ha aumentado desde el comienzo de la pandemia y sigue creciendo a diario. Actualmente, se están distribuyendo más de 1.400 comidas al día.

No hay ningún país en el mundo que haya recibido más refugiados sirios per cápita que el Líbano. ¿Cómo es ahora la situación? ¿Están los libaneses empezando a cuestionar su solidaridad con los refugiados?

Sí, los libaneses han comenzado a cuestionar su solidaridad con los refugiados. Al principio del conflicto sirio, la mayoría de los libaneses eran reacios a aceptar el gran número de refugiados, pero el Gobierno libanés no pudo impedir su entrada en el país. El problema es que la situación se está agravando cada vez más, porque el número de refugiados ha llegado a ser muy crítico y porque durante la pandemia, el enorme número de refugiados, algunos de ellos indisciplinados, está amenazando la solidaridad y los recursos del país anfitrión.

¿Su diócesis ayuda a los refugiados enfermados de Covid-19?

Hasta ahora no hay personas contagiadas en Zahlé y alrededores, así que todas las personas que viven allí, sirios y libaneses, están a salvo. Pero, por supuesto, estamos tomando las precauciones necesarias para estar preparados para cualquier eventualidad. Aquí son cruciales el equipamiento del hospital y la formación del personal.

Desde el punto de vista pastoral: ¿Cuál es la principal lección que el coronavirus ha dado a la Iglesia?

Eso probablemente difiere de una iglesia a otra, pero tiendo a creer que la Providencia del Señor nos recuerda de esta forma sus mandamientos y su eterno amor y misericordia. Pero tal vez sea también un llamado a la humanidad a reconsiderar el enorme daño que la industria y el armamento causan al orden natural. Nosotros rogamos a Dios que purifique nuestra fe y que brinde a la humanidad la oportunidad de arrepentirse, para que pueda eliminar esta amenaza de la pandemia para siempre.

¿Cree usted que la crisis del coronavirus ha acercado a los cristianos a la Iglesia?

Los creyentes estaban y siguen estando cerca de la Iglesia: siempre nos pedían que reabriéramos las iglesias. Cada vez que rezábamos en la iglesia, como a los creyentes no se les permitía entrar en ella, venían y rezaban con nosotros desde fuera. Nuestros fieles creen firmemente que la Eucaristía los protege.

Oliver Maksan

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