Violencia de los pastores nómadas fulani: llamamiento de los Obispos nigerianos de la Middle Belt a la fundación ACN
“No cometan el mismo error que se hizo con el genocidio en Ruanda. Que estaba a la vista de todos, pero ninguno lo paró. Y sabemos bien cómo terminó”. Declara a Aid to the Church in Need (ACN) Mons. Amove Avenya, obispo de Gboko, diócesis en el Estado de Benue con mayoría de población cristiana. Este mensaje es ya el noveno llamamiento de un obispo del llamado cinturón central de Nigeria (Middle Belt), que denuncia la preocupante tensión que se vive con los pastores islamistas fulani que en los últimos días ha protagonizado nuevos ataques en la zona de Jos -capital de Estado de Plateau- donde han muerto más de 100 personas.
Siempre ha habido conflictos porque el ganado de los pastores fulani ha pastado en la zona nigeriana de Middle Belt durante siglos y los campesinos locales -en su mayoría cristianos- se quejan porque sus cosechas suelen estar dañadas por los rebaños. Algo que en el pasado era un problema de índole económico o étnico, empieza a derivar en un conflicto también religioso. Según datos oficiales, desde principios de lo que va de año hubo 492 víctimas en el estado de Benue. «Son criminales y terroristas. Pero no hacen lo mismo en territorios de mayoría musulmana», añade Mons. Avenya. «Estamos convencidos de que es un acto de limpieza étnica contra los cristianos».
Tanto el obispo de Katsina Ala (Benue), Mons. Peter Iornzuul Adoboh, como el obispo de Lafia (Nassarawa), Mons. Matthew Ishaya Audu, creen que hay un claro objetivo “para islamizar Middle Belt». Un plan en el que se utiliza a los pastores fulani. «Quieren dañar a los cristianos», explica Mons. Audu «y el gobierno no hace nada para detenerles porque el presidente Buhari es también de la etnia de los fulani«. A esta sospecha de protección por parte del gobierno no se llega únicamente porque la policía federal no hace nada al respecto, sino también por el hecho de que los pastores fulani cuentan con armas cada vez más sofisticadas. «Hubo una época en la que estos pastores iban armados sólo con palos -explica Mons. Avenya- pero ahora llevan rifles AK 47. Armas muy caras que ellos no pueden pagar. ¿Quién se las proporciona? Y además en esa zona hay puestos de control cada dos kilómetros, ¿cómo es posible que estos hombres armados con sus manadas se vuelvan invisibles? «.
El pasado 22 de mayo todas las diócesis de Nigeria se unieron en una marcha de protesta para pedir al gobierno que protegiera a los cristianos. «Nuestros fieles son asesinados o viven continuamente como desplazados por la violencia -aseguran los obispos de Lafia y Katsina Ala- y en Occidente todavía se considera al problema de los fulani como algo interno. No hagan lo mismo que con Ruanda, ¡no esperen a intervenir cuando ya tenga lugar el genocidio!”