Aid to the Church in Need (ACN) ha recibido un nuevo y conmovedor testimonio desde Gaza tras el ataque a la iglesia católica de la Sagrada Familia ocurrido el pasado 17 de julio que dejó tres muertos y más de diez heridos. El padre Gabriel Romanelli, párroco de la comunidad católica local, ha enviado un mensaje directo a la fundación ACN expresando su gratitud, su dolor y su fe inquebrantable en medio de la tragedia.
“Aquí estamos, después de estos días terribles de guerra y especialmente de estos bombardeos: 15 personas resultaron heridas, 3 de ellas murieron, y 2 siguen en estado grave”, dice el sacerdote en su video mensaje.
A pesar del sufrimiento, quiso hacer llegar su cercanía a quienes apoyan la misión de la Iglesia en Tierra Santa. “Primero quiero agradecer las oraciones y la cercanía de Aid to the Church in Need porque llenan nuestros corazones. Y más allá de eso, sé que ACN está llena de iniciativas para ayudar a los cristianos en Oriente Medio, particularmente en esta parte de Tierra Santa que son Cisjordania y Gaza”, señaló.
El sacerdote también subrayó la perseverancia de su comunidad, profundamente golpeada por los ataques, pero aún sostenida por la fe. «Estamos profundamente afectados por los hechos del jueves 17, pero seguimos en manos del Señor. Continuamos haciendo el bien, protegiendo a los niños, a los enfermos y a los heridos».
Con voz esperanzadora, concluye con un mensaje de gratitud: “Esperamos que llegue la paz. Es absolutamente necesario. Una vez más, muchas gracias por toda su ayuda espiritual, moral y material. Que Dios los bendiga y que la Virgen María proteja a los benefactores de ACN y a sus familias y seres queridos.”
Este testimonio llega en un momento clave. Desde ayer, domingo 27 de julio, se ha anunciado una tregua temporal para facilitar el acceso urgente de ayuda humanitaria a Gaza. Tras semanas de intensos bombardeos, esta pausa en las hostilidades permitirá la entrada de alimentos, medicinas y otros suministros esenciales para una población al borde del colapso humanitario.
La comunidad internacional, junto con organizaciones como ACN, insiste en la necesidad de una paz duradera y de la protección incondicional de los civiles sin distinción de credo.
En este mismo contexto, durante una rueda de prensa celebrada la semana pasada, el cardenal Pierbattista Pizzaballa, patriarca latino de Jerusalén, ya había advertido de las consecuencias de impedir el acceso a la ayuda humanitaria: “La ayuda no solo es necesaria, sino una cuestión de vida o muerte. Negarse a ella no es un retraso, sino una condena. Cada hora sin comida, agua, medicinas y refugio causa un daño profundo”.
Con claras palabras, el cardenal denunció la humillación que supone ver “hombres resistiendo al sol durante horas con la esperanza de una simple comida”. Y reconoció el valor de quienes arriesgan su vida para ayudar: “Apoyamos la labor de todos los agentes humanitarios –locales e internacionales, cristianos y musulmanes, religiosos y laicos– que lo arriesgan todo para llevar vida a este mar de devastación humana”.
Así mismo, el patriarca Pizzaballa recordó que la misión de la Iglesia es universal y no excluye a nadie: “Nuestra misión no es para un grupo específico, sino para todos”, afirmó, subrayando que hospitales, escuelas, parroquias y centros de acogida –como san Porfirio, la Sagrada Familia, el Hospital Árabe Al-Ahli y Cáritas– “son lugares de encuentro y convivencia para todos: cristianos, musulmanes, creyentes, incrédulos, refugiados, niños”.
A pesar del sufrimiento, el cardenal también ofreció un poderoso mensaje de esperanza y fe: “Cristo no está ausente de Gaza. Está allí, crucificado en los heridos, sepultado bajo los escombros y presente en cada acto de misericordia, en cada vela en la oscuridad, en cada mano tendida a los que sufren.”
Regina Lynch, presidenta ejecutiva de ACN, reafirmó la solidaridad de la fundación con los cristianos de Tierra Santa: “Desde ACN reiteramos nuestro compromiso firme con los cristianos de Tierra Santa y con todos los inocentes atrapados en medio del conflicto”. Añadió que, más allá del apoyo material, “nuestra misión es levantar la voz por quienes no pueden hacerlo y ser portadores de esperanza para quienes mantienen su fe en medio de tanto dolor”. ACN seguirá acompañando espiritualmente y con acciones concretas de ayuda pastoral y de emergencia a las comunidades cristianas más vulnerables de la región.
Por Maria Lozano.
