Marco legal sobre libertad religiosa y su aplicación efectiva
La Constitución de 2010 establece que Madagascar es un Estado laico (artículo 1). El concepto de neutralidad del Estado respecto a las religiones se presenta como la base de la separación entre el Estado y la religión (artículo 2). Ningún funcionario del Gobierno puede participar en la gestión de un organismo religioso. La libertad de religión está garantizada en los artículos 6 y 10.
Los grupos religiosos se tienen que registrar en el Ministerio del Interior. Se pueden solicitar exenciones de impuestos para grupos religiosos en el caso de donaciones del extranjero. Según la legislación malgache, para registrarse legalmente como entidad religiosa, los grupos tienen que contar al menos con cien miembros y un consejo elegido con un máximo de nueve miembros, todos ellos ciudadanos malgaches. Hay unos 373 grupos religiosos oficialmente registrados.
La formación religiosa no está incluida en el plan de estudios de la escuela pública.
Una modificación de la ley de Madagascar sobre nacionalidad realizada en 2017 permite que las mujeres transmitan su nacionalidad a sus hijos, independientemente de su estado civil. En junio de 2021, el Parlamento del país decidió aplazar una enmienda a la ley de nacionalidad de 2017 que habría concedido el derecho a solicitar la nacionalización a casi 15 000 residentes musulmanes. Líderes musulmanes criticaron el aplazamiento de la ley afirmando que afectaba desproporcionadamente a la comunidad musulmana al impedir que los descendientes de inmigrantes musulmanes reciban la ciudadanía.
Aunque Madagascar se considera un Estado laico, la política y la religión siguen mezclándose al existir «iglesias y grupos religiosos, como el Consejo de Iglesias Cristianas de Madagascar, que desempeñan un importante papel en la política». Esto se manifiesta a través de la participación del Consejo de Iglesias Cristianas a la hora de pedir cuentas al Gobierno en cuestiones de transparencia y de exigir al Estado que se centre en las «necesidades reales» de la población.
A pesar de la separación entre Iglesia y Estado, en el período estudiado, el presidente Andry Rajoelina «hizo pública su fe religiosa y utilizó expresiones religiosas en sus discursos».
Incidentes y acontecimientos
Según un cálculo del Banco Mundial de 2022, la tasa de pobreza alcanzó en el país un nivel sin precedentes: el 81% de la población vive con menos de 2,15 dólares estadounidenses diarios por persona, y una tercera parte de esa población se ve «privada del consumo, la alfabetización, los bienes familiares básicos y el acceso a servicios públicos, como la atención sanitaria y la electricidad».
El 12 de febrero de 2021, el padre Pedro Opeka, misionero vicentino fundador de la «Ciudad de la Amistad», fue preseleccionado para el Premio Nobel de la Paz en reconocimiento a su movimiento de solidaridad para ayudar a quienes viven en un vertedero a las afueras de la capital malgache, Antananarivo. El misionero argentino ha construido «aldeas, escuelas, bancos de alimentos, pequeñas empresas e incluso un hospital» para atender a los pobres.
El 1 de mayo de 2021, el papa Francisco celebró en un videomensaje la inauguración de la nueva concatedral de Miandrivazo. El Papa destacó la labor social, educativa y religiosa realizada por la comunidad.
El 29 de julio de 2021, tras el atentado contra el presidente Andry Rajoelina, el cardenal Désiré Tsarahazana, arzobispo de Toamasina, declaró que la Iglesia católica se opone firmemente a «cualquier forma de desestabilización y de toma del poder por la fuerza».
Durante el período estudiado en este informe, los obispos católicos afirmaron que el papel de la Iglesia ante la política es proporcionar orientación espiritual, así como aconsejar a los líderes sobre el comportamiento adecuado para mantener la paz y la estabilidad sociales. Sin embargo, los obispos declararon, al contrario de lo que se difundió en las redes sociales, que «la Iglesia católica no participa en política y no apoya a ningún candidato a primer ministro». Estas declaraciones se produjeron tras la detención de Paul Rafanoharana, que afirmaba ser asesor de la archidiócesis y al que se relacionó con el plan de asesinato del presidente malgache frustrado en julio.
La Iglesia católica mundial expresó su preocupación por la persistente sequía y la creciente hambruna en Madagascar, con un llamamiento especial de los obispos católicos alemanes. Al agravarse la hambruna, muchas familias se trasladaron a las ciudades. Ante esta situación, los sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús (dehonianos) se han involucrado de forma directa, proporcionando asistencia médica y alimentaria.
Tras el ciclón Batsirai que asoló Madagascar en febrero de 2022, el Simposio de las Conferencias Episcopales de África y Madagascar emitió una declaración conjunta en la que expresaba su solidaridad con el pueblo de Dios en el país. La Iglesia luterana malgache expresó su solidaridad con las víctimas.
En una entrevista concedida el 15 de julio de 2022, el cardenal Désiré Tsarahazana, arzobispo de Toamasina, indicó que el número de musulmanes sigue aumentando, «incrementándose también la construcción de mezquitas en varios lugares». Aunque afirmaba que la «relación entre cristianos y musulmanes es buena, no hay violencia, no hay odio, convivimos», manifestó su preocupación ante la posibilidad de que «vengan [extremistas] de otros lugares, como ha sucedido en otros países africanos, donde se han producido casos de violencia contra los cristianos».
El 9 de noviembre de 2022, el misionero salesiano Mons. Rosario Vella, obispo de Moramanga, manifestó su preocupación por el permanente problema de la corrupción: «Hay corrupción a todos los niveles, ya no se sabe quién es víctima o quién es cómplice de este sistema. La gente, en muchos sentidos, ya no confía en nadie». En vista de ello, la Iglesia se convierte en el último recurso. «Muchos solo confían en las obras de la Iglesia. En Madagascar, muchos perciben la parroquia como el único refugio para todos y para todo».
Futuro de la libertad religiosa
Durante el período estudiado en este informe no se han registrado incidentes relevantes en relación con la libertad de religión. Respecto a los musulmanes de Madagascar, que, según las fuentes, constituyen entre el 15 y el 25 por ciento de la población, la mayoría de ellos suníes, sigue sin resolverse la cuestión de los niños apátridas y el acceso a la ciudadanía malgache. Las Iglesias cristianas, especialmente la católica, siguen desempeñando un papel importante en la educación y la asistencia social, ayudando a las víctimas de catástrofes naturales y hambrunas. Aunque las Iglesias no participan directamente en la política, la religión desempeña un papel importante en la vida política del país. Las perspectivas para la libertad religiosa son positivas.