Marco legal sobre la libertad religiosa y su aplicación efectiva
Baréin es un reino situado en el Golfo Pérsico gobernado por la dinastía suní Al Jalifa. Su Constitución de 2002 proclama que la religión del Estado es el islam y que la ley islámica, sharía, «es la fuente principal de la legislación» (artículo 2). Asimismo, declara que «el Estado salvaguarda el legado árabe e islámico» (artículo 6). La Constitución garantiza el derecho a expresar y publicar opiniones, siempre que no infrinjan «las creencias fundamentales de la doctrina islámica». Según el artículo 18, «no habrá discriminación entre los ciudadanos por motivos de sexo, origen, lengua, religión o credo». La Carta Magna defiende que «la libertad de conciencia es absoluta. El Estado garantiza la inviolabilidad del culto y la libertad para realizar los ritos religiosos y celebrar procesiones y reuniones de acuerdo con las costumbres que se observan en el país» (artículo 22).
Baréin es parte en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, si bien la libertad de religión, los derechos de la familia y la igualdad entre hombres y mujeres no deben «afectar en modo alguno» a las prescripciones de la sharía.
La conversión desde el islam a otra religión no está explícitamente prohibida por la ley, pero, según una fuente de la Iglesia (que ha pedido que no se revele su nombre por razones de seguridad), sus consecuencias sociales y legales son terribles. Los conversos del islam pierden cualquier derecho de herencia y son expulsados de su familia. En este mismo sentido, no está permitido dirigir actividades misioneras hacia los musulmanes; si lo hace, el misionero se expone a graves consecuencias.
El Código Penal de Baréin castiga las faltas de respeto a las religiones reconocidas, imponiendo multas y penas de prisión «a cualquier persona que cometa una ofensa por cualquier medio de expresión contra una de las religiones o ramas reconocidas, o ridiculice sus ritos» (artículo 309). Se reserva la misma sanción a «cualquier persona que exprese en público un insulto contra un símbolo o una persona glorificada o considerada sagrada para los miembros de un grupo religioso concreto» (artículo 310). También se imponen penas de multa o prisión a «cualquier persona que perturbe deliberadamente el ritual religioso de un grupo reconocido, que interrumpa la celebración de una ceremonia o un encuentro religioso o [...] que destruya, dañe o profane un lugar de culto de un grupo reconocido, o un símbolo o cualquier objeto sujeto a inviolabilidad religiosa» (artículo 311).
Aunque Baréin es el único país del Golfo en el que la Ashura (décimo día del mes de muharram) es fiesta gubernamental, hasta 2019 no se permitió a los chiíes conmemorarla públicamente.
Para trabajar en el país, los grupos religiosos no musulmanes están obligados a inscribirse en el Registro del Ministerio de Trabajo y Desarrollo Social. En total, hay registrados unos 20 grupos religiosos no musulmanes, entre ellos algunas iglesias cristianas y un templo hindú.
Los ciudadanos bareiníes representan menos de la mitad de la población, y de estos ciudadanos el 99,8% son musulmanes. Aunque no hay cifras oficiales sobre la población chií, se calcula que supone entre el 55% y el 65% del total, y en números absolutos representan el doble de la población suní. Baréin, uno de los pocos países del Golfo que tiene ciudadanos no musulmanes, cuenta con un pequeño número de cristianos, judíos, bahaíes e hindúes con nacionalidad bareiní.
La mayor parte de los cristianos bareiníes descienden de inmigrantes que llegaron al país entre 1930 y 1960 a quienes se les acabó concediendo la nacionalidad; en su mayoría eran árabes cristianos originarios de Oriente Próximo, aunque también hay un pequeño grupo procedente de la India. Los cristianos, tanto nacionales como inmigrantes, alcanzan la cifra de 200 000; de ellos, 80 000 son católicos; aproximadamente el 80% de estos pertenecen al rito latino, mientras que el resto sigue ritos orientales.
Hay unas 19 Iglesias registradas. En 1905, unos misioneros estadounidenses construyeron la primera iglesia cristiana y la Iglesia Evangélica Nacional comenzó a ofrecer sus servicios un año después. Los católicos pueden acudir a tres iglesias: la catedral de Nuestra Señora de Arabia, situada en Awali, la iglesia del Sagrado Corazón de Manama (construida en 1939) y un templo más pequeño compartido con los anglicanos en Awali.
Hay una pequeña comunidad judía; en su mayoría son descendientes de familias procedentes de Irak, Irán y la India que se establecieron en la isla-reino a principios del siglo XX. Tienen su propia sinagoga, recientemente restaurada, y su cementerio, y disfrutan de un elevado nivel social, político y económico. La comunidad judía tiene un representante en la Shura o Consejo Consultivo, la cámara alta designada de la Asamblea Nacional bicameral de Baréin, compuesta por 40 miembros. La comunidad estuvo representada en primer lugar por Ebrahim Daoud Nonu, y posteriormente por su sobrina, Houda Ezra Nonu, una mujer de negocios que fue la primera mujer no musulmana en dirigir una sociedad defensora de los derechos humanos, así como la primera legisladora judía de Baréin. La familia Nonu sigue muy activa tanto en Baréin como en Estados Unidos. Actualmente, Nancy Jaduri representa a la comunidad judía en el Consejo de la Shura. La comunidad se ha ampliado recientemente a raíz de los acuerdos de Abraham.
Incidentes y acontecimientos
Según el Departamento de Estado de Estados Unidos, en 2021 se investigó a 26 personas acusadas de menosprecio a las religiones; dos fueron condenadas por incitar al odio religioso y al sectarismo y una por blasfemia. A finales de 2021, otros 15 casos seguían bajo investigación.
En enero de 2021 se crearon dos consejos independientes para gestionar las donaciones suníes y yafaríes (chiíes). Estos consejos tienen autoridad sobre los activos de los fondos, incluidos los ingresos y los lugares de culto, y dependen del Ministerio de Justicia, Asuntos Islámicos y Donaciones. El clérigo chií exiliado en Irán, el jeque Isa Qassim, calificó esta decisión de «ilegítima» y «hostil» a la jurisprudencia yafarí.
Según la asociación Americanos a favor de la Democracia y los Derechos Humanos en Baréin, en enero de 2021 la familia del clérigo chií encarcelado Zuhair Yasim Ashur, también conocido como Sheij Zuhair Yasim Abbas, hizo pública una declaración en la que describía la tortura y el trato inhumano que sufre en prisión.
En febrero de 2021, se creó la Asociación de Comunidades Judías del Golfo, que incluye a Emiratos Árabes Unidos, Baréin, Kuwait, Omán, Catar y Arabia Saudí, y tiene su sede en Dubái. Su rabino principal es Elie Abadie y su presidente es Ebrahim Dawud Nonu, ciudadano bareiní.
En agosto de 2021, un grupo de presos de la cárcel de Yaw inició una huelga de hambre; los reclusos protestaban por las condiciones de la prisión, entre ellas la discriminación religiosa. Sin embargo, según el Gobierno, existen salas especiales para que los presos puedan practicar su culto y rezar sea cual sea su afiliación religiosa. Así lo confirmó el Instituto Nacional de Derechos Humanos, aunque se trata de un instituto criticado por su excesiva vinculación con el Gobierno.
Según un sitio de noticias iraní, el Gobierno adoptó fuertes medidas antes de las ceremonias de Ashura de agosto de 2021. Entre estas medidas se contaban importantes restricciones a las reuniones, prohibición del uso de las banderas negras que los chiíes izan cada año para expresar su dolor por el martirio del nieto del profeta Mahoma, y una intensificación de la presencia de las fuerzas de seguridad. Al parecer, en 2022 volvieron a producirse restricciones similares.
El 24 de agosto de 2021, algunos seguidores de los cantantes chiíes Mohamed al-Gallaf, Salih Sahwan, Hasan Noruz, Mahdi Sahwan y Sayed Ahmed al Alawi afirmaron en Twitter que las autoridades los habían citado por las canciones religiosas que habían interpretado durante la Ashura; igualmente fueron citados los clérigos Abdelmohsin al Yamri, Mohamed al Rayash, Hani al Bana y Aziz al Yadran por los sermones que habían pronunciado con la misma ocasión. Poco después todos fueron puestos en libertad sin cargos.
En el marco de los Acuerdos de Abraham (septiembre de 2020), Baréin normalizó sus lazos con Israel. La renovación y reapertura de la sinagoga de Manama, destruida en 1947, permitió a la minúscula comunidad judía celebrar su primer sabbat en la sinagoga en agosto de 2021, después de 74 años. En octubre de 2021 se celebró en Baréin la primera boda judía después de más de 50 años.
En agosto de 2021, el hijo del rey Hamad, el jeque Naser bin Hamad Al Jalifa, participó en la celebración del festival hindú de Onam.
En octubre de 2021, el presidente del Centro Global Rey Hamad para la Convivencia Pacífica, el jeque Jalid bin Jalifa al Jalifa, asistió a la conmemoración del centenario del fallecimiento de Abdul Baha, fundador de la fe bahaí.
Según diversas fuentes, las presiones sobre clérigos, activistas o ciudadanos chiíes han aumentado durante el período estudiado en este informe y, en algunos casos, ha habido detenciones; grupos de derechos humanos han criticado estas medidas contra los chiíes.
En diciembre de 2021, el Proyecto de Datos sobre Localización y Sucesos en Conflictos Armados (ACLED) publicó un informe en el que describía las conmemoraciones de la Ashura como «arraigadas a nivel comunitario y portadoras de un significado religioso, social y político», ya que la población chií es casi el doble que la suní; el informe subraya que «lo que está en el centro de la disputa entre el régimen suní y los ciudadanos chiíes es el potencial político de Ashura». Según ACLED, en 2021 se registraron en el país 84 actos de represión dirigidos contra rituales relacionados con esta festividad, los cuales representan casi la mitad del total de actos de represión registrados en Baréin entre enero y octubre de 2021.
En diciembre de 2021, se consagró la catedral de Nuestra Señora de Arabia. Se trata de la iglesia católica más grande de la península arábiga y la primera catedral nueva que se construye en la región en 60 años. Situada en Awali, a unos 20 kilómetros de Manama, en terrenos donados por el rey de Baréin, Hamad bin Isa al Jalifa, tiene capacidad para 2000 personas. Incluye una zona residencial para la curia episcopal, una hospedería e instalaciones educativas. Se pretende que sea la iglesia principal del Vicariato Apostólico del Norte de Arabia (AVONA), que incluye a Kuwait, Arabia Saudí y Catar. Ese mismo mes, el Gobierno concedió nuevos terrenos para construir un cementerio cristiano en Salmabad. A finales de 2021, el municipio de Awali aún no había aprobado la construcción de otras tres iglesias cristianas propuestas.
El 13 de diciembre, la revista Vice publicó un artículo en el que se exponía que el Gobierno se mostraba reacio a reconstruir 38 mezquitas chiíes destruidas durante la revuelta de 2011. El Gobierno bareiní respondió a la publicación explicando que «las 30 estructuras sin licencia [...] utilizadas con fines religiosos a las que se refiere su investigación han sido regularizadas y reconstruidas conforme a las normas de otros lugares de culto musulmanes en Baréin (más de 1456 mezquitas y 625 maatams), excepto tres que siguen en estudio».
En noviembre de 2022, el papa Francisco visitó Baréin. Durante la histórica visita, considerada como un paso muy positivo para el diálogo interreligioso, el Papa habló de la importancia de que la libertad de religión se ponga en práctica para que «sea plena y no se limite a la libertad de culto; para que la misma dignidad y la igualdad de oportunidades sean reconocidas concretamente a cada grupo y a cada persona; para que no haya discriminaciones y los derechos humanos fundamentales no sean violados, sino promovidos». El papa Francisco insistió además en que «no basta con conceder permisos y reconocer la libertad de culto, es necesario alcanzar la verdadera libertad religiosa».
Unos días antes de la visita, Houda Nonu, sobrina del rabino Ebrahim Dawood Nonu y exembajadora de Baréin en Estados Unidos, elogió «el compromiso de los bareiníes con la coexistencia». Tras la visita, se anunció un comunicado sobre el lanzamiento oficial de la «Declaración de Baréin», que promueve el diálogo interreligioso y la paz entre las religiones. Está previsto que el acto se celebre en Roma en febrero de 2023.
En marzo de 2023, tres miembros de la Sociedad Al-Taydid —Yalal al Qasab, Mohammed Reda y Reda Rayab, condenados por «ridiculizar» los textos religiosos reconocidos en Baréin, es decir, el Corán y la Biblia— fueron encarcelados por participar en un debate sobre el islam. La Sociedad Al Taydid es una sociedad religiosa y cultural chií que defiende el debate abierto sobre cuestiones islámicas. Las ONG criticaron la condena y pidieron su liberación; los analistas afirman que esta sentencia se ha aplicado porque los condenados piden reformas.
Ese mismo mes, el Instituto Internacional de la Paz (IPI MENA), con sede en Baréin, organizó una mesa redonda interconfesional sobre «Solidaridad interconfesional y retos globales para la paz». En ella participaron una docena de líderes o representantes religiosos.
En mayo de 2023 se celebró en Manama la Segunda Conferencia Baréin-UE sobre Libertad Religiosa y de Creencias. La primera conferencia se había celebrado en mayo-junio de 2022.
Futuro de la libertad religiosa
En general, las minorías religiosas no chiíes disfrutan de cierto grado de libertad de religión y creencia.
No puede decirse lo mismo de los chiíes, que numéricamente son más numerosos que cualquier otra comunidad religiosa de Baréin. Aunque se han logrado mejoras, las organizaciones defensoras de los derechos, tanto gubernamentales como no gubernamentales, siguen criticando la continua presión sobre esta comunidad religiosa. Dado que las afiliaciones religiosas y políticas suelen estar estrechamente vinculadas, es difícil considerar que la única causa de los incidentes denunciados en este informe sea la identidad religiosa.
Hay motivos para la esperanza tras la mejora de las relaciones entre Arabia Saudí e Irán, hecho que podría suponer una influencia positiva para la situación de los chiíes del país. De momento, y ante la continua discriminación que sufren los chiíes, las perspectivas para la libertad religiosa siguen siendo malas.