Un atentado con bomba contra la casa de cristiano católico, dueño de una tienda en el sur de Irak, ha sido condenado por el cardenal Louis Raphael Sako, patriarca de la Iglesia católica caldea con sede en Bagdad . En un comunicado ha dicho que este tipo de ataques han provocado un éxodo de cristianos en el pasado.
Según la policía, el domingo 28 de noviembre un motorista lanzó un explosivo casero contra la casa del católico caldeo en Amarah, capital de la provincia de Maysan.
En su declaración sobre el atentado, el cardenal Sako, dijo: «Afortunadamente, no hubo muertos ni heridos, pero el acto ‘ha desatado el terror en la familia y la comunidad cristiana’ porque trae a la memoria la violencia del pasado». Recordando el aumento de la violencia contra los cristianos del país desde la invasión liderada por los Estados Unidos en 2003, el Patriarca Sako afirmó que «el país se ha convertido en una jungla» y relacionó el incidente con la continua hemorragia de cristianos que ha sido provocada en parte por ataques como éste y por otras actividades extremistas. Afirmando que los cristianos de Irak han disminuido en más de un millón, dijo: «Nos preguntamos quién se preocupa por nosotros y por nuestro sufrimiento, ya que somos ciudadanos como las demás personas de este país».
El número de familias cristianas en la zona donde se produjo el atentado se ha reducido entre tanto a ocho, ya que en las dos últimas décadas los fieles emigraron al extranjero o se fueron a otras partes del país en busca de más seguridad.
Se cree que el ataque fue provocado por la negativa del dueño de la tienda a dejar de vender alcohol.
El patriarca Sako dijo: «El propietario de esta casa tiene una tienda de licores desde hace años, y parece que recibió muchas amenazas. Está claro que está relacionado ostensiblemente con la venta de licores, a pesar de que la persona tiene una licencia oficial».
El dirigente de la Iglesia caldea enumeró una serie de formas en las que los cristianos sufren discriminación en Irak: «Existe la confiscación de las propiedades de los cristianos, a pesar de los esfuerzos de algunas personas buenas; así como el acoso a los cristianos en sus trabajos, y la exclusión de puestos de trabajo, a pesar de la existencia de una ley para compensarles con los puestos de trabajo por los cristianos que se han jubilado o emigrado.» El patriarca añadió: «Espero que todo el mundo comprenda el continuo sufrimiento de los cristianos, y que los que quedan no se vean obligados a emigrar, De lo contrario, Irak perdería sus competencias y habilidades».