Marco legal sobre libertad religiosa y su aplicación efectiva
La Constitución de Senegal ratifica la laicidad del Estado, estableciendo una clara separación entre el Estado y las organizaciones religiosas; asimismo sostiene el principio de igualdad «sin distinción de procedencia, raza, sexo [y] religión» (artículo 1) y penaliza todos los actos de discriminación racial, étnica o religiosa (artículo 5). La Constitución también prohíbe que los partidos políticos se identifiquen con una religión concreta (artículo 4) y garantiza el derecho de las comunidades religiosas a practicar su religión libremente, así como el derecho a gestionarse y organizarse a sí mismas (artículo 24).
El islam es la religión predominante en el país. La mayor parte de los senegaleses musulmanes son suníes, pertenecen a hermandades sufíes y se concentran en el norte del país, mientras que la mayoría de los cristianos, fundamentalmente católicos, viven en el sudoeste, aunque también hay algunos protestantes. Muchos musulmanes y cristianos mezclan sus costumbres con los ritos tradicionales africanos. La mayor parte de los seguidores de las religiones tradicionales africanas se encuentran en el sudeste del país.
La vida cotidiana en Senegal siempre se ha caracterizado por un espíritu de tolerancia. Se admite y está socialmente aceptada la conversión de una religión a otra. En cuestiones de derecho de familia (matrimonio, divorcio, paternidad, herencias, etc.), los musulmanes tienen derecho a elegir entre la sharía (ley islámica) y la ley civil. Los casos de derecho consuetudinario y civil suelen estar presididos por jueces de tribunales civiles, pero «los líderes religiosos resuelven de manera informal muchas disputas entre musulmanes, especialmente en las zonas rurales». No se prevé la creación de tribunales de sharía, pero la realidad sobre el terreno es diferente. Muchos senegaleses recurren a los imanes para resolver asuntos familiares como el matrimonio y el divorcio.
Todos los grupos religiosos deben registrarse ante las autoridades para obtener el reconocimiento legal como organización, siendo este un requisito necesario para cualquier organización confesional que desee realizar actividades económicas, abrir cuentas bancarias, poseer propiedades, recibir ayudas económicas privadas y disfrutar de ciertas exenciones fiscales.
Respecto a la formación religiosa, se permite que los colegios públicos proporcionen de forma opcional educación religiosa en los niveles elementales durante cuatro horas a la semana. Los padres pueden elegir entre el plan de estudios islámico o el cristiano. El Ministerio de Educación Nacional concede subvenciones a los colegios administrados por grupos religiosos siempre que cumplan con los estándares educativos nacionales. La mayoría de las subvenciones se conceden a escuelas cristianas que llevan mucho tiempo establecidas y gozan de prestigio por tener un alto nivel educativo.
El Ministerio del Interior y el Ministerio de Asuntos Exteriores exigen que los grupos religiosos locales y extranjeros presenten informes anuales de actividad que incluyan información sobre las operaciones financieras. La intención que subyace a esta norma es identificar la posible financiación de grupos terroristas. No ha salido a la luz ningún caso de actividad ilegal a este respecto durante el período estudiado en este informe.
Entre las fiestas religiosas oficiales figuran las festividades cristianas de Todos los Santos, Navidad y la Ascensión, y las musulmanas de Aíd al Fitr y Aíd al Adha.
Incidentes y acontecimientos
Senegal disfruta de un ambiente muy tolerante en materia de libertad religiosa. Solo se han observado incidentes menores.
En una entrevista realizada el 12 de octubre de 2022, el obispo Paul Abel Mamba, de la diócesis de Tambacounda, explicó la importancia de mantener buenas relaciones cotidianas con los musulmanes: «Nos esforzamos por fomentar el espíritu de diálogo en la vida cotidiana, que compartimos con nuestros hermanos de fe islámica. No es raro ver familias en las que conviven distintas confesiones; miembros que se adhieren a la fe tradicional, junto a musulmanes y cristianos. En este contexto, no solo compartimos la vida cotidiana, sino que también celebramos juntos las fiestas y lloramos juntos». Este espíritu de cooperación para la convivencia pacífica también es evidente entre los dirigentes de las comunidades religiosas, así como entre los líderes religiosos y el Estado, especialmente importante allí donde amenaza el extremismo. «Este compromiso es tanto más urgente en la zona del país fronteriza con Mali, donde actúan varios grupos yihadistas. Todos estamos atentos para que nuestra población no se contamine de este espíritu yihadista y violento», declaró el obispo.
A finales de 2021, antes de las elecciones locales, los líderes religiosos difundieron una declaración común en la que pedían «calma, contención y respeto». Estas declaraciones se produjeron en medio de las tensiones vividas en el período previo a las elecciones.
Dos asociaciones cristianas distribuyeron alimentos a los musulmanes que viajaban con motivo del Iftar y a los que no les fue posible romper el ayuno del Ramadán a tiempo. Marie Cardinale, responsable de la asociación La Main du Coeur, declaró: «Obsequiar a nuestros hermanos musulmanes y cristianos con una comida es más que un gesto, también transmite un mensaje: que aunque tenemos creencias diferentes es necesario que respetemos la fe del otro».
La práctica del confiage —enviar a los niños del campo a las ciudades para ganar dinero para la familia que queda en casa— a menudo tiene como resultado que las niñas se conviertan en criadas, o sean «obligadas a convertirse en trabajadoras sexuales desde los 13 años». El destino de los niños son las escuelas coránicas donde, según Human Rights Watch, viven más de 100 000 niños «sin una alimentación adecuada ni atención médica y son víctimas de explotación, violencia y abusos sexuales, obligados a mendigar en la calle». Al parecer, el Gobierno «colabora con líderes religiosos musulmanes para luchar contra los abusos a menores en algunas escuelas coránicas».
El 24 de febrero, el imán Serigne Lamine Sall se burló de la fe católica en una televisión privada senegalesa, Walfadjri TV, afirmando: «¿A quién podemos oír, cada domingo, decir que Dios tiene un hijo? Son católicos, no son creyentes». El 2 de marzo de 2022, líderes eclesiásticos de Senegal protestaron ante el Ministerio del Interior del país y el presidente del Consejo Nacional de Regulación de la Radiodifusión.
Aunque Senegal es uno de los países políticamente más estables de África occidental, en la región de Casamance, al sur del país, existe un conflicto que dura ya 40 años entre el ejército senegalés y el Movimiento de Fuerzas Democráticas de Casamance (MDFC). En diciembre de 2022, el P. Fulgence Coly, administrador apostólico de Ziguinchor, explicó que «los habitantes de esta zona sienten que el sur ha sido abandonado por el Gobierno, y muchos se trasladan al norte o se embarcan en la aventura de la emigración». La Iglesia trabaja con la población para mantener la paz. «Es importante que nosotros, como Iglesia, acompañemos a los jóvenes para que encuentren un empleo en lugar de dedicarse a la violencia. Queremos la paz, y sobre todo el regreso de todos los que han tenido que huir de sus comunidades», declaró el P. Coly. En el plano político, la Iglesia actúa como mediadora en las negociaciones de paz entre el Estado senegalés y el MDFC.
Futuro de la libertad religiosa
Senegal, con una fuerte presencia sufí, disfruta de una convivencia pacífica entre los diferentes grupos religiosos del país. Las tradiciones religiosas senegalesas afrontan a través del diálogo el reto de la presencia de grupos islamistas extremistas violentos en las naciones vecinas, con el posible riesgo de que se extiendan a Senegal.
Las perspectivas para el ejercicio de la libertad religiosa en Senegal siguen siendo positivas.