Marco legal sobre libertad religiosa y su aplicación efectiva
Durante el período examinado, el Reino Unido ha firmado varios convenios internacionales sobre derechos humanos, como la Convención Europea de Derechos Humanos, que le obligan a cumplir una serie de compromisos sobre libertad religiosa y de creencias. Dicha Convención, que contempla el derecho a la libertad de pensamiento, conciencia y religión (artículo 9), está plenamente incorporada a la legislación británica. Según fuentes parlamentarias, el proyecto de ley de 2022 sobre la legislación europea (revocación y reforma) tendrá «implicaciones sobre los derechos humanos». Sin embargo, dado que se trata de un «proyecto de ley marco que otorga amplios poderes a los ministros», es muy difícil en este momento evaluar cuáles serán estas implicaciones y cómo podrían afectar a la libertad religiosa y de creencia.
La Iglesia de Inglaterra, establecida en la más poblada de las cuatro naciones, ha dominado la vida religiosa pública desde el siglo XVI y disfruta de algunos privilegios legales; por ejemplo, 26 obispos anglicanos se sientan en la Cámara de los Lores del Parlamento británico. También la Iglesia presbiteriana de Escocia está legalmente establecida. Sin embargo, en el censo de Inglaterra y Gales de 2021, el número de personas que se identifican como cristianas cayó por primera vez por debajo del 50%, hasta el 46,2% (aunque era sustancialmente mayor en Irlanda del Norte, donde el 79,7% se identificaba como cristiano). De hecho, la asistencia habitual a la iglesia descendió drásticamente a finales del siglo XX. En respuesta a los datos del censo, Stephen Cottrell, arzobispo anglicano de York, declaraba: «Hemos dejado atrás la época en que muchas personas se identificaban casi automáticamente como cristianas».
Salvo Escocia, donde se tienen que celebrar actos de «observancia religiosa» seis veces al año, todos los colegios públicos tienen que celebrar, por ley, una asamblea diaria. En Inglaterra, la mayor parte de las asambleas deben tener un «carácter cristiano en sentido amplio», pero algunas pueden reflejar otras tradiciones religiosas. Los padres tienen derecho a solicitar para sus hijos la exención de asistencia a estas actividades, y tanto en Inglaterra como en Gales los alumnos de los dos últimos años de colegio (Sixth Form, estudiantes entre 16 y 18 años que preparan sus exámenes de acceso a la universidad, A-Level o similares) pueden decidir ellos mismos no asistir.
Además, las escuelas públicas están obligadas por ley a ofrecer formación religiosa, en la que se estudia el cristianismo y otras religiones del mundo. En Inglaterra, los padres pueden retirar a sus hijos de las clases, y los alumnos mayores de 14 años pueden solicitar la exención por sí mismos. En 2022, el Gobierno galés suprimió el derecho de los padres y de los alumnos mayores a solicitar la exención, a pesar de que una evaluación de impacto realizada en enero de 2020 señalaba que la «decisión de no incluir en el nuevo plan de estudios el derecho a no participar en esas clases... tendrá un efecto negativo para algunos grupos religiosos».
Durante el período estudiado en este informe, el Gobierno del Reino Unido ha tomado medidas para apoyar la libertad de religión o creencias, acogiendo la Conferencia Ministerial Internacional sobre Libertad de Religión o Creencias de 2022, celebrada en Londres del 5 al 7 de julio, sobre el tema del «aumento de la acción mundial en materia de libertad de religión o creencias para todos». Se invitó a los Gobiernos nacionales representados en la conferencia a firmar conjuntamente una declaración general de la conferencia y siete declaraciones temáticas relacionadas con la libertad de religión o de creencias. La mayor parte de ellas fueron bien recibidas, pero en la «declaración sobre libertad de religión o creencia e igualdad de género» varios grupos pidieron que se modificara la cláusula por la que los firmantes se comprometían a impugnar las leyes que «restringen el disfrute pleno y en condiciones de igualdad de todos los derechos humanos de las mujeres y las niñas, incluidos la salud y los derechos sexuales y reproductivos y la autonomía corporal». Sin embargo, Humanists UK se opuso a su revisión, remitiendo una carta abierta a la entonces secretaria de Estado de Asuntos Exteriores, de la Commonwealth y de Desarrollo, Liz Truss, en la que la instaba a mantener el texto original, y situaba la cuestión en el contexto del debate que siguió a la anulación por el Tribunal Supremo de Estados Unidos del caso Roe contra Wade. Este episodio puso de manifiesto diferencias significativas (incluso neurálgicas) entre las distintas partes interesadas de la comunidad defensora de la libertad de religión y creencias, lo que plantea interrogantes sobre por qué se incluyó una cuestión tan polémica como la «salud y los derechos reproductivos» en una iniciativa destinada a conseguir un amplio apoyo.
Incidentes y acontecimientos
Según la última evaluación del Pew Forum, en el Reino Unido las hostilidades sociales por motivos religiosos siguen siendo elevadas. De hecho, los datos gubernamentales respaldan ampliamente este análisis. Como reflejo de un crecimiento general de los delitos motivados por el odio en Inglaterra y Gales, las cifras del Ministerio del Interior señalaron que, entre abril de 2021 y marzo de 2022, los delitos motivados por el odio religioso aumentaron un 37%, hasta alcanzar los 8730 delitos. Esta cifra es superior a los 6383 del período estudiado en el informe anterior (abril de 2020 a marzo de 2021) y «ha sido el número más alto de delitos de odio religioso registrados desde que comenzó la serie cronológica en el año que finalizó en marzo de 2012». En Escocia, la tendencia ha sido diferente: en 2021-2022 se han denunciado 512 delitos con agravantes religiosos (que supone una caída del 16% respecto a 2020-2021) lo que representa la cifra más baja desde 2004-2005. El sectarismo sigue siendo un problema importante tanto en Escocia como en Irlanda del Norte. El Servicio de Policía de Irlanda del Norte informó de 856 delitos o incidentes sectarios en el período comprendido entre octubre de 2021 y septiembre de 2022, frente a los 802 de 2020-2021. El nivel de incidentes sectarios ha sido el más alto registrado para un período de 12 meses desde 2016. La policía señaló, además, 35 delitos por motivos religiosos en este último período, que no pudieron atribuirse al sectarismo, por debajo de los 54 del período anterior.
A)Judaísmo
La crisis de mayo de 2021 entre Israel y Palestina provocó «el período más intenso de odio antijudío visto en el Reino Unido en los últimos años», según los datos de la Community Security Trust. Durante la crisis en Oriente Medio, Hamás y la Yihad Islámica Palestina lanzaron más de 2900 ataques con mortero, en los que murieron 10 personas, entre ellas dos niños, a raíz de las protestas y el aumento de las tensiones en Jerusalén Este. En respuesta a estos ataques, las Fuerzas de Defensa de Israel llevaron a cabo 950 ataques aéreos sobre la franja de Gaza. Destruyeron total o parcialmente 40 escuelas y cuatro hospitales, entre otros edificios, y mataron a 181 personas, entre ellas 52 niños.
Los judíos británicos fueron utilizados como chivos expiatorios o como objetivo irracional a causa de las acciones de las Fuerzas de Defensa de Israel, por lo que la Community Security Trust registró 628 incidentes de odio durante el período comprendido entre el 8 de mayo y el 7 de junio de 2021, la cifra más alta de la que se tiene constancia para cualquier período de un mes. En 585 de ellos «se utilizaron lenguaje, imágenes o comportamientos relacionados con el conflicto en Israel y Gaza». Entre los incidentes ocurridos durante este período se cuentan una violenta agresión contra el rabino Rafi Goodwin, que sufrió heridas en la cabeza en un ataque cometido delante de la Sinagoga Unida de Chigwell y Hainault, y la persecución y embestida al coche de una mujer judía por parte de un vehículo con banderas palestinas en Hendon, al noroeste de Londres. 360 de los incidentes registrados se produjeron en el Gran Londres, como, por ejemplo, los gritos dirigidos en un autobús contra niñas judías a las que un alumno de otro colegio les espetó: «Palestina Libre y que jo**n a Israel» y «Estúpidas judías». Con casos como este, no es de extrañar que la Community Security Trust registrara 2255 incidentes antisemitas en 2021, la mayor cifra jamás registrada por la organización en un solo año natural.
La Community Security Trust también registró 786 incidentes antisemitas durante los seis primeros meses de 2022. Los datos indican que los delitos de odio contra la comunidad judía siguen aumentando, ya que «se registraron más de 100 incidentes antisemitas cada mes entre enero y junio de 2022, continuando el patrón de unas cifras antisemitas históricamente altas en los últimos años». Durante el período estudiado se produjeron 49 amenazas directas contra miembros de la comunidad judía, entre ellas una contra una pareja que se dirigía a una estación de tren en Londres. Mientras caminaban, un hombre se les acercó y empezó a gritarles: «Odio a los jod*dos judíos con vuestras narices ganchudas, quiero daros una paliza». No le hicieron caso, pero los siguió. Al alcanzarles, «se llevó la mano al cinturón como si fuera a sacar un cuchillo», diciendo: «Os voy a rajar».
En abril de 2022, el secretario de Educación, Nadhim Zahawi, expresó su preocupación por el «antisemitismo sistémico» dentro de la Unión Nacional de Estudiantes. Estas declaraciones tuvieron lugar después de que la Unión de Estudiantes Judíos manifestara su preocupación cuando salió a la luz que en 2012 la presidenta electa de la Unión, Shaima Dallali, había tuiteado un grito de guerra islámico relacionado con una masacre histórica de judíos: «Jaybar, jaybar, oh judíos... El ejército de Mahoma volverá a Gaza». Dallali se disculpó por el tuit de una década atrás, afirmando: «No soy la misma persona que era». La Unión Nacional de Estudiantes puso en marcha una investigación independiente sobre el antisemitismo dentro de la organización, dirigida por la QC (Queen’s Counsel) Rebecca Tuck. En septiembre de 2022, Dallali fue suspendida tras la conclusión de la primera fase de la investigación. La Federación de Sociedades Islámicas Estudiantiles describió su suspensión como «una clara extensión de la islamofobia institucional en el sector educativo». En noviembre de 2022, la Unión rescindió el contrato de Dallali después de que la investigación descubriera «infracciones significativas de las políticas de la Unión Nacional de Estudiantes».
En ediciones anteriores del Informe Libertad Religiosa en el Mundo se descubrió que varios colegios judíos calificados como «sobresalientes» en años anteriores habían sido degradados a «inadecuados» y que, con frecuencia, el motivo por el que la Oficina de Normas de Educación, Servicios y Habilidades para los Niños (OFSTED) rebajaba la calificación de los colegios confesionales era que sus puntos de vista religiosos entran en conflicto con lo que a menudo se perciben como normas sociales actuales, especialmente en los ámbitos del género y la sexualidad. La OFSTED perdió una revisión judicial tras rebajar la calificación del King David High School de Crumpsall, Manchester, de «sobresaliente» a «inadecuado» en la inspección de 2019 alegando que la enseñanza a niños y niñas en cursos separados equivalía a una «discriminación». Sin embargo, en marzo de 2022, la OFSTED aplicó medidas especiales contra este colegio cuando un nuevo informe volvió a calificarlo como «inadecuado». Una vez más, entre las razones de la OFTSED figuran las preocupaciones relativas a la enseñanza separada de niños y niñas. Joshua Rowe, presidente del Consejo de Administración, afirmó que el nuevo informe de la OFTSED «presenta una imagen del colegio que resulta irreconocible para quienes lo conocen», y añadió: «Desde la primera mañana de la inspección, el mensaje tanto del personal como de los alumnos fue que los inspectores parecían decididos a encontrar fallos en lugar de llevar a cabo una inspección imparcial». Enfrentado a otro informe negativo de la OFSTED, tras una visita de dos días en julio de 2022, Jonathan Dover, presidente interino de la dirección, dijo que el colegio había «trabajado enormemente para satisfacer las demandas de la OFTSED».
La educación también fue el tema clave cuando los judíos haredíes lucieron estrellas amarillas (del estilo de las que se veían obligados a llevar bajo el régimen nazi en Alemania) durante una manifestación ante la Conferencia Ministerial Internacional sobre Libertad de Religión o Creencias de 2022. Alrededor de 200 manifestantes expresaron su oposición al proyecto de ley de educación del Gobierno, que obligaría a las yeshivot (escuelas judías tradicionales centradas en la literatura rabínica) a impartir asignaturas laicas y a someterlas a la supervisión de la OFSTED. Aunque algunos sectores del judaísmo han criticado la falta de un plan de estudios moderno, las yeshivot siguen gozando de un amplio apoyo en la comunidad haredí. La manifestación pretendía poner de manifiesto la disparidad entre la celebración por parte del Gobierno británico de una reunión internacional sobre libertad religiosa y de creencias y la normativa a la que se enfrentan las yeshivot en virtud de la nueva ley. Defendiendo el uso de estrellas amarillas en la protesta, el rabino Chaim Sofer expresó los fuertes sentimientos que habían suscitado las propuestas: «La Alemania nazi quería destruir el cuerpo judío. El Gobierno británico quiere destruir las almas judías». Y añadió: «En 2022 no pueden construir cámaras de gas, pero odian el Talmud y nuestras tradiciones».
B)Islam
Mientras que el 23% de los delitos de odio por motivos religiosos en Inglaterra y Gales (2021-2022) tuvieron como objetivo a miembros de la comunidad judía, el 42% se cometieron contra musulmanes, con 3459 incidentes registrados. Los miembros de la fe islámica siguen sufriendo una alta incidencia de acoso, y un informe publicado en julio de 2022 por la Universidad de Kent y la organización benéfica Belong señalaba que el 73% de los musulmanes británicos declaraba haber sufrido algún tipo de discriminación. Destacando la interseccionalidad de los incidentes de discriminación, los investigadores descubrieron que el 85% de las mujeres musulmanas de entre 18 y 30 años declararon haber sido discriminadas.
Otro estudio reveló que el 42% de las mezquitas o centros islámicos encuestados habían sufrido ataques por motivos religiosos en los últimos tres años, siendo la forma más común de ataque el vandalismo. Quizás más preocupantes son los datos que mostraban que en el 17% de las mezquitas que habían sufrido ataques en ese período se había producido algún tipo de agresión física, incluido, en un caso, el apuñalamiento de un imán. Por poner solo un ejemplo de estas agresiones, en mayo de 2021, durante el Ramadán, cinco fieles del Centro Islámico de Ilford fueron atacados con huevos y piedras cuando salían del edificio a las 11 de la noche tras las oraciones del Tarawih. Los agresores, que pasaron por delante del edificio en un coche familiar plateado, atacaron a los fieles.
El sentimiento antislámico fue también un factor clave en el atentado con bomba incendiaria contra un puesto de control de inmigración de las fuerzas de seguridad aduaneras en Dover el 30 de octubre de 2022, que fue noticia nacional. Una hora antes del ataque, el autor, Andrew Leak, de 66 años, tuiteó: «Ahora nuestro objetivo son los niños musulmanes. Y sus repugnantes mujeres serán nuestro objetivo, madres y hermanas serán quemadas vivas». Leak ya había tuiteado anteriormente su apoyo a grupos de extrema derecha.
Además, en octubre de 2022, el Gobierno británico archivó sus planes de publicar una definición oficial de islamofobia. Se planteó por primera vez después de que el Gobierno rechazase en mayo de 2019 una definición de islamofobia elaborada por el All-Party Parliamentary Group on British Muslims (grupo mixto de parlamentarios) alegando que era demasiado vaga. El imán Qari Asim, miembro de la Excelentísima Orden del Imperio Británico y vicepresidente del Grupo de Trabajo contra el Odio a los Musulmanes del Gobierno británico, fue designado para dirigir el trabajo sobre una definición de islamofobia, pero el proyecto se estancó durante el mandato de Boris Johnson como primer ministro. El imán Asim declaró que no se le habían dado recursos ni mandato y afirmó que las cartas enviadas a los ministros habían quedado sin respuesta, incluida una dirigida a Michael Gove, secretario de Estado de Igualdad, Vivienda y Comunidades, en la que solicitaba una reunión. Gove despidió al imán en junio de este año cuando fue acusado de apoyar «una campaña para limitar la libertad de expresión» por su implicación en las protestas por las proyecciones cinematográficas de La dama del cielo. La película retrataba la vida de Fátima, la hija del profeta musulmán Mahoma, desde una perspectiva chií. El imán Asim afirmó que era una película «proclive a alimentar el extremismo y la tensión en las comunidades, lo que socavaría la cohesión de la sociedad británica».
Anna Firth, diputada conservadora por Southend West, manifestó su preocupación por el hecho de que, a pesar de su promesa de 2014, el Ministerio de Educación no haya seguido adelante con los planes de proporcionar ayudas económicas compatibles con la sharía a estudiantes musulmanes de educación superior, como alternativa al actual sistema de préstamos estudiantiles. Firth se refirió a una encuesta según la cual 4000 estudiantes musulmanes no habían accedido a la educación superior debido a las condiciones de financiación.
C)Cristianismo
Aunque los cristianos de Inglaterra y Gales han sufrido menos delitos de odio por motivos religiosos que los miembros de las comunidades judía o musulmana, en el período 2021-2022 se han registrado 701 incidentes (el 8% del número total de delitos). En febrero de 2022, el reverendo Emyr Gwyn Evans denunció que unos jóvenes de Tumble (Carmarthenshire) habían lanzado huevos y otros objetos contra su casa. La policía remitió a dos de los culpables, que habían llamado al ministro protestante no conformista «golpeador de la Biblia», a un programa de prevención de la reincidencia.
Una investigación publicada en noviembre de 2021 registró 1731 incidentes de vandalismo o delitos de daños, incluidos incendios provocados, cometidos en iglesias del Reino Unido en un período de doce meses. Entre los ataques a iglesias durante el período cubierto por este Informe de Libertad Religiosa en el Mundo se encuentra el incendio de la cruz de madera situada a la entrada de la iglesia de Santa María en Riccall, North Yorkshire, el 24 de junio de 2022. La policía trató el incidente como un delito de odio, ya que parecía que habían atacado deliberadamente al símbolo religioso.
Hay cristianos que han experimentado problemas cuando las opiniones basadas en su visión religiosa del mundo entran en conflicto con lo que se perciben como normas sociales actuales. En este caso, es frecuente que las normas progresistas se consideren superiores a los derechos de los cristianos a expresar o articular sus puntos de vista. La controvertida cuestión de las zonas de seguridad en torno a las clínicas abortistas es una de ellas. En septiembre de 2022, el Partido Nacional Escocés remitió una advertencia por escrito a John Mason, diputado del Parlamento escocés por Glasgow Shettleston, por publicar en Twitter: «¿De verdad que estas pancartas son muy amables y ofrecen ayuda?» y «No veo nada de odio o acoso en estas pancartas», en respuesta a las pancartas que condenaban una vigilia ante una clínica abortista. En ese momento, el partido escocés estaba estudiando la posibilidad de presentar una ley que introdujera zonas de seguridad. Mason había declarado anteriormente que personalmente creía que el aborto «rara vez es esencial o vital». Los oponentes de este parlamentario cristiano le respondieron que, aunque tenía derecho a creer lo que quisiera, «verbalizar sus opiniones ha provocado gran angustia y trauma a muchas mujeres, además de que los profesionales médicos las han considerado desinformación».
El 6 de diciembre de 2022, fue detenida Isabel Vaughan-Spruce cerca de la clínica BPAS Robert en Kings Norton, Birmingham, y fue acusada de quebrantar una orden de protección del espacio público que había establecido una zona de seguridad. Un vídeo muestra que la policía se acerca a ella, que está parada cerca de la clínica, y le preguntan qué está haciendo. Afirmó que no estaba protestando, pero tras un nuevo interrogatorio de los agentes dijo que podría haber estado rezando mentalmente. La policía la detuvo. Todo rezo se define como «protesta» en la Orden de Protección del Espacio Público dictada por el Ayuntamiento de Birmingham. La Sra. Vaughan-Spruce fue acusada de «protestar y participar en un acto intimidatorio para los usuarios del servicio» a pesar de que la clínica estaba cerrada en ese momento.
Varios predicadores callejeros detenidos en Inglaterra han sido exonerados tras ser arrestados. En octubre de 2022, la Policía Metropolitana de Londres pidió disculpas y pagó 10 000 libras en concepto de indemnización tras detener injustamente a la predicadora cristiana conversa del islam Hatun Tash en dos ocasiones distintas. Cuando la detuvieron el 23 de mayo de 2021 en el Speakers’ Corner de Hyde Park, un grupo de musulmanes estaba acosándola. Los agentes de policía pidieron a los hombres y a la Sra. Tash que se marcharan. Ella se negó y la detuvieron por alteración del orden público; la acusación se basó en el artículo 4 de la Ley de Orden Público. En noviembre de 2022, se retiraron los cargos que pesaban sobre John Dunn por infringir el artículo 5 de la Ley de Orden Público. Se le imputó el delito de haber dicho a una pareja de lesbianas que «la Biblia dice que los homosexuales no heredarán el reino de Dios» (cf. 1 Corintios 6,9-10) cuando predicaba en Swindon. La Fiscalía de la Corona alegó que había infringido la Ley de Orden Público al haber «ofendido» y «molestado» a las mujeres, pero su equipo jurídico subrayó que la ley establece un listón más alto, ya que solo penaliza a las personas que utilicen «palabras o comportamientos amenazadores o abusivos, o comportamientos desordenados... al alcance de la vista o el oído de una persona a la que puedan causar acoso, alarma o angustia». La Fiscalía de la Corona indicó además: «Hay referencias en la Biblia que sencillamente ya no son apropiadas en la sociedad moderna y que se considerarían ofensivas si se dijeran en público». Respondiendo en nombre del Gobierno de Su Majestad, Lord Stewart de Dirleton afirmó que, tras una revisión, la Fiscalía de la Corona había reconocido que la declaración relativa a la Biblia había sido «inapropiada».
Los cristianos que han tenido problemas en el sector sanitario generalmente han conseguido hacer valer sus derechos. En diciembre de 2021, un tribunal laboral determinó que el NHS (Servicio Nacional de Salud) había despedido de forma improcedente a la enfermera católica Mary Onuoha, de 61 años, por negarse a quitarse en el trabajo una crucecita que llevaba al cuello. Del mismo modo, en noviembre de 2022, Derek Timms, capellán laico de 73 años, recibió una disculpa pública del centro de cuidados paliativos Marie Curie de Solihull, donde era voluntario, después de que un nuevo director de capellanía, el ministro metodista Dee Yeadon, le diese instrucciones para que se abstuviera de llevar una insignia con una cruz de 1,27 cm alegando que podría crear una barrera entre él y los pacientes, y que de lo contrario no podría seguir siendo voluntario.
Futuro de la libertad religiosa
Los crecientes niveles de hostilidad social contra los miembros de grupos religiosos son muy preocupantes, ya que en el Reino Unido se ha recogido el mayor número de delitos de odio por motivos religiosos desde que hay registros. Siendo así, parece haber pocos motivos para esperar que en los próximos años se invierta esta tendencia en el país.
Hay una serie de incidentes en los que se puede observar la mentalidad de batalla cultural, según la cual un bando exige que el otro capitule ante sus valores y normas. Esto parece estar calando cada vez más en la sociedad y tiñendo las relaciones con los grupos religiosos. Esta situación no solo conduce a respuestas enérgicas por parte de las autoridades, sino que podría decirse que fomenta una mentalidad polarizadora en la que los grupos religiosos son vistos como «el otro bando», lo que a su vez conduce a agresiones y ataques contra miembros de comunidades religiosas. Sin embargo, los tribunales han defendido los derechos de los creyentes en aquellas situaciones en las que las autoridades han tomado medidas para restringirlos.
Aunque se han observado algunos signos positivos, como la reunión ministerial sobre libertad de religión y creencia, en ocasiones el Gobierno y los órganos oficiales del Reino Unido han demostrado ser analfabetos religiosos. Así lo pone de manifiesto el trato dado por la OFSTED a los colegios judíos tradicionales, y es difícil considerar que no sean vulneraciones de la libertad religiosa algunos de los problemas a los que se enfrentan los colegios de esta comunidad, como el King David High School de Manchester.
Se necesitan estrategias para mejorar la alfabetización religiosa en un amplio abanico de autoridades del Reino Unido, y fomentar una auténtica cohesión comunitaria para abordar algunos de los problemas señalados anteriormente. Sin tales iniciativas, las perspectivas para la libertad religiosa no pueden ser del todo positivas.