Marco legal sobre libertad religiosa y su aplicación efectiva
Desde su creación, el Reino de Jordania ha estado gobernado por la dinastía hachemita, originaria de La Meca y que dice ser descendiente directa del profeta Mahoma. En 1948, en la primera guerra árabe-israelí, Jordania (entonces llamada Transjordania) se anexionó Jerusalén Este y Cisjordania. Perdió esos territorios a manos de Israel en la Guerra de los Seis Días de 1967. Como consecuencia de ambos conflictos, Jordania acogió a cientos de miles de refugiados palestinos, que ahora constituyen gran parte de su población. Solo una minoría de jordanos pertenece a los grupos beduinos tradicionales que llevan siglos viviendo en la zona. En 1994, Jordania firmó un tratado de paz con Israel, que confirma los derechos del rey de Jordania como custodio de los Santos Lugares de Jerusalén Este.
En Jordania, las relaciones entre los musulmanes suníes y los cristianos suelen ser pacíficas. La comunidad cristiana elogia a la familia real por fomentar el espíritu de tolerancia. La Iglesia católica está presente a través de parroquias e instituciones como Cáritas Jordania. El país también ha acogido a trabajadores inmigrantes cristianos e hindúes, procedentes principalmente de Asia, que viven y trabajan temporalmente en el país.
La Constitución de 1952 proclama que «el islam es la religión del Estado» (artículo 2); establece que «los jordanos serán iguales ante la ley sin discriminación entre ellos en lo que se refiere a sus derechos y deberes, aunque sean de diferente raza, lengua o religión» (artículo 6). El Estado está obligado a «salvaguardar el libre ejercicio de los ritos de todas las religiones y credos de acuerdo con las costumbres que se observan en el Reino, siempre y cuando no sean contrarios al orden público y la moralidad» (artículo 14). Por otra parte, «es condición para la persona que ascienda al Trono ser musulmán, [...] y de padres musulmanes» (artículo 28.e).
El artículo 99 establece tribunales civiles, religiosos y especiales. Los tribunales religiosos se dividen en tribunales de sharía y tribunales de otras comunidades religiosas (artículo 104). Todos los asuntos relacionados con el estatuto personal de los musulmanes están regulados por la ley de sharía (ley islámica). Los cristianos están sometidos a sus respectivos tribunales eclesiásticos. En cuanto al matrimonio, una mujer musulmana no se puede casar con un hombre cristiano y si una mujer cristiana se convierte al islam, su marido cristiano también se tiene que convertir si quieren seguir casados; de otro modo, quedan automáticamente divorciados. Por otra parte, no existe el matrimonio civil.
La Constitución y otras leyes no prohíben explícitamente que los musulmanes se conviertan a otra fe; tampoco la ley civil establece sanciones por ello. Sin embargo, al conceder la primacía a la sharía, que prohíbe a los musulmanes convertirse a otra religión, el Gobierno prohíbe en la práctica tanto la conversión a otros credos, como el proselitismo de otras religiones entre musulmanes. Según la ley islámica, el hecho de que un musulmán adopte una religión distinta del islam tiene consecuencias. Por ejemplo, si alguien es condenado por apostasía, el tribunal islámico adjudicatario de las cuestiones de estatuto personal tiene la potestad de anular su matrimonio y denegarle el derecho a heredar de su cónyuge y de sus familiares musulmanes.
Jordania penaliza explícitamente la blasfemia. El artículo 273 del Código Penal de 1960 establece que cualquier persona que insulte a uno de los profetas será sancionado con una pena de prisión de entre uno y tres años.
Los cristianos tienen una cuota de representación en el Parlamento jordano y acceso a los cargos más altos del Gobierno y de las fuerzas armadas. La proporción de cristianos en el país lleva medio siglo reduciéndose, hasta situarse actualmente en torno al 1,3% de la población, frente al 20% de 1930.
La Ley de Consejos de Confesiones Cristianas de 2014 reconoce oficialmente 11 confesiones cristianas: las Iglesia ortodoxa griega, católica romana, católica griega (melquita), ortodoxa armenia, católica maronita, asiria, copta, anglicana, luterana, adventista del Séptimo Día y las Iglesias Pentecostales Unidas. Algunas Iglesias fueron reconocidas en 2018 como «asociaciones», a saber, la Iglesia evangélica libre, la Iglesia del Nazareno, las Asambleas de Dios, la Alianza Cristiana y Misionera, y la Iglesia baptista. Los Testigos de Jehová se encuentran entre las confesiones no reconocidas, pero estos grupos pueden practicar su fe, administrar colegios y gestionar centros sanitarios sin impedimentos. El Gobierno se refiere a los cristianos caldeos y siríacos que hay entre los refugiados iraquíes como «huéspedes».
Incidentes y acontecimientos
En enero de 2021, el patriarca latino Pierbattista Pizzaballa visitó Jordania por primera vez desde su nombramiento como representante de la Iglesia latina en Tierra Santa. El Patriarca presidió la tradicional peregrinación al lugar del Bautismo de Jesús en el río Jordán en presencia del secretario general del Ministerio de Turismo y Antigüedades de Jordania, Imad Hiyazin. Al día siguiente, fue recibido por el rey Abdulá II. Durante el encuentro virtual, el rey elogió los arraigados vínculos de Jordania con el papa Francisco y la Santa Sede.
En enero, el arzobispo griego ortodoxo Christophoros Atallá, en una carta dirigida al Consejo Judicial del país, calificó a las Iglesias evangélicas de «peligro» para la sociedad. Exigió que el estatuto de los miembros de las Iglesias evangélicas no reconocidas se remitiera al Consejo de Líderes Eclesiásticos, órgano consultivo del Gobierno, en lugar de a los tribunales civiles. En febrero de 2021, en respuesta a la carta del arzobispo, el presidente del Consejo Judicial de Jordania emitió un memorando por el que se inhabilitaba para recurrir a los tribunales civiles a todo cristiano que no tuviera un tribunal eclesiástico aprobado. En su lugar, los casos se remitirían al Consejo de Líderes Eclesiásticos, como exigía el arzobispo Atallá. Según los juristas, esto constituía una violación de una ley de 2014 que actualizaba el sistema de tribunales religiosos. En marzo de 2021, el Consejo Judicial se retractó de su orden.
En mayo, varios diputados jordanos hicieron declaraciones insultantes contra los judíos y el judaísmo. Durante una sesión en el Parlamento, la diputada Safaa Al-Momani calificó a los judíos de «asesinos de profetas», mientras que otra diputada, Salama al-Bluwi, definió a los judíos israelíes como «sionistas criminales, hijos de simios y cerdos».
En julio se aceptó la dimisión de Wafa Al-Jadra como miembro del Comité Real para la Modernización del Sistema Político. Había realizado unos comentarios sobre la práctica de sacrificio del Aíd al Adha, denominándola «matanza injustificada de ovejas» carente de piedad, que provocaron indignación en las redes sociales. Al Jadra ha comunicado que se le imputan seis cargos diferentes.
En julio, Zaid O. Nabulsi, abogado y activista político jordano, inició un debate sobre la apertura del país a los peregrinos chiíes, a quienes durante mucho tiempo se ha disuadido de visitar las tumbas de los familiares del profeta Mahoma. La tumba más destacada es la de Yafar al Tayar, primo y compañero de Mahoma y hermano de Alí, el primer líder chií, en Mazar, en la región de Karak. Según Nabulsi, ayudaría a fomentar el turismo religioso en Jordania, pero su propuesta fue rechazada. «No nos oponemos a que ningún turista visite Jordania desde cualquier parte del mundo, pero este tipo de turismo religioso no es nuestra prioridad», declaró Nayef al Fayez, ministro de Turismo y Antigüedades, a Religion News Service.
En agosto, el patriarca latino Pierbattista Pizzaballa nombró vicario patriarcal para Jordania a monseñor Yamal Jader Daibes.
En septiembre se celebró en Amán una conferencia titulada Los medios de comunicación contra el odio organizada por el Departamento de Medios de Comunicación del Consejo Musulmán de Ancianos, en colaboración con el Centro Católico de Investigación y Medios de Comunicación. En la declaración de clausura se reconoció que los organismos «comparten muchos objetivos, como nuestra creencia común en el papel que los medios de comunicación pueden desempeñar en la promoción de los valores de tolerancia, convivencia y paz, además de la lucha contra el odio, el racismo y la discriminación, y la formación de la opinión pública a favor de la estabilidad, el crecimiento y la cohesión social». La conferencia se celebró bajo el patrocinio del príncipe jordano Gazi bin Muhamad.
En octubre, un artículo afirmaba que las esposas bahaíes de jordanos no podían solicitar la nacionalidad. Las repercusiones negativas en la vida privada y laboral de las mujeres son numerosas. Jordania no reconoce la fe bahaí.
En noviembre, el Llamamiento Internacional para la Protección de los Santos Lugares, red mundial islamo-cristiana apoyada por el príncipe jordano Hasán bin Talal, emplazó a poner fin al «uso y abuso de las religiones como pretexto para la violencia, la exclusión y la discriminación». El texto «firmado por más de 40 simpatizantes musulmanes y cristianos» [...] «incluidos altos cargos de la comunidad de Oriente Próximo» manifestaba que «los atentados contra fieles que están rezando o celebrando el culto son la “mayor” de las atrocidades y de la violencia en materia religiosa».
En noviembre, el príncipe heredero de Jordania, Al Huséin, se reunió en El Cairo con el papa copto Tawadros II de Alejandría. El príncipe visitó una exposición organizada en la catedral por el Ministerio de Turismo y Antigüedades y la Oficina de Turismo de Jordania para fomentar el turismo religioso en el reino.
En diciembre, el rey Abdalá II concedió una Orden al patriarca ortodoxo griego Teófilo III en reconocimiento al papel histórico y religioso del patriarcado en la preservación de los Santos Lugares, la consolidación de la presencia cristiana y la representación de la Custodia Hachemita.
En diciembre de 2021, el director de Seguridad Pública, el general de división Huséin al Hawatme, ordenó aumentar el despliegue de seguridad en las iglesias durante las fiestas cristianas en las zonas cristianas.
En febrero de 2022, se anunció que el rey Abdalá II y su esposa, la reina Rania, recibirían el «Premio Zayed a la Fraternidad Humana» en reconocimiento a su papel decisivo en la promoción del diálogo interreligioso en toda la región de Oriente Medio. El premio lo concedía el Comité Superior de la Fraternidad Humana, comité internacional independiente instituido para cumplir las aspiraciones del Documento sobre la Fraternidad Humana, firmado en febrero de 2019 por el papa Francisco y el gran imán de Al Azhar, el jeque Ahmed el Tayeb, en Abu Dabi.
En abril, el rey Abdalá II reafirmó la responsabilidad histórica de la familia real jordana en la protección de los Santos Lugares musulmanes y cristianos de Jerusalén .
En mayo, en el 76º Día de la Independencia de Jordania, distintas iglesias renovaron su lealtad a la dinastía hachemita.
En mayo, el presidente de la Corte Real Hachemita, Yusef al Isawi, participó en nombre del rey Abdalá II en la misa inaugural de monseñor Yamal Daibes, nuevo vicario patriarcal latino para Jordania.
En mayo, el rey Abdalá II y su esposa, la reina Rania, recibieron el premio «Camino a la Paz 2022» por su papel en la promoción de la armonía y el diálogo interconfesionales. El premio se entregó en una ceremonia celebrada en Nueva York. El presidente de la Fundación Path to Peace, el arzobispo Gabriele G. Caccia, nuncio apostólico y observador permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas, afirmó que el nuevo compromiso del rey de proteger los Santos Lugares de Tierra Santa demuestra que considera a los cristianos parte integrante de la historia y del tejido cultural del mundo árabe y de Oriente Próximo. Durante su estancia en Nueva York, el rey se reunió con representantes de las Iglesias católica, protestante y ortodoxa estadounidenses para hablar de la situación en Tierra Santa. Según los informes, también se reunió con afiliados de algunos grupos cristianos evangélicos que buscan el pleno reconocimiento en Jordania.
En julio, el cardenal Louis Raphaël Sako, patriarca de Babilonia de los caldeos en Irak, colocó la primera piedra de la iglesia de Santo Tomás en Amán, primer templo caldeo de Jordania. El patriarca Sako pidió al Gobierno jordano que reconociera a la Iglesia caldea como una de las Iglesias oficiales. Como se ha dicho, Jordania ha acogido a muchos cristianos caldeos de Irak como refugiados, refiriéndose a ellos como «huéspedes».
En septiembre, el rey Abdalá II dijo en un discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas que «el cristianismo en la Ciudad Santa está siendo atacado. Los derechos de las Iglesias de Jerusalén están amenazados. Esto no puede continuar».
En noviembre de 2022, el papa Francisco recibió en el Vaticano al rey Abdalá II y a la reina Rania. Ambos observaron «aprecio por las buenas relaciones bilaterales entre la Santa Sede y el Reino Hachemita»; en esa reunión, destacaron la necesidad de «preservar y alentar la presencia cristiana» en Oriente Medio; «seguir desarrollando el diálogo interreligioso y ecuménico»; promover «la estabilidad y la paz en Oriente Medio», especialmente en lo relativo a «la cuestión palestina y la cuestión de los refugiados», y «preservar el statu quo en los Santos Lugares de Jerusalén».
Futuro de la libertad religiosa
Jordania sigue siendo un Estado musulmán que garantiza la libertad de culto a la mayoría de sus ciudadanos, aunque no existe el pleno derecho a la libertad religiosa y la presión social sobre las personas que deciden abandonar el islam es implacable. Las iglesias registradas actúan libremente dentro de los límites impuestos por la ley y por una sociedad musulmana conservadora. La situación es más difícil para las comunidades no registradas, como los bahaíes. Los miembros de estas comunidades se enfrentan a múltiples dificultades en relación con su estatuto personal. El antisemitismo sigue siendo motivo de preocupación, como demuestran las declaraciones de algunos políticos.
El rey Abdalá II es muy elogiado como adalid del diálogo interreligioso y de la convivencia entre musulmanes y cristianos. Los líderes cristianos reconocen y alientan el papel del rey como custodio de los Santos Lugares de Jerusalén, tanto musulmanes como cristianos.
En general, la situación de la libertad religiosa durante el período estudiado en este informe no ha cambiado. Aunque la libertad de culto para la mayoría de los jordanos está garantizada dentro de unos límites conocidos, no hay indicios de una mejora sustancial hacia la plena libertad religiosa. La situación se mantiene sin cambios en el horizonte.