Marco legal sobre libertad religiosa y su aplicación efectiva
Los georgianos profesan cuatro religiones principales: La ortodoxia georgiana, el cristianismo apostólico armenio, el catolicismo y el islam. El país es mayoritariamente ortodoxo georgiano (83% de la población), una de las Iglesias cristianas más antiguas del mundo. Las demás religiones en orden de importancia son el islam (10%), el cristianismo apostólico armenio (3%) y el catolicismo (0,5%). El judaísmo también tiene una pequeña presencia en Georgia; hay entre 2600 y 6000 fieles judíos, la mayoría de los cuales vive en la capital del país, Tiflis.
La Constitución (revisada en 2018) de Georgia consagra la libertad de religión: «Todo individuo tiene libertad de creencia, religión y conciencia. Estos derechos solo se pueden restringir conforme a la ley para garantizar la seguridad pública, proteger la salud o los derechos de los demás, cuando sea necesario en una sociedad democrática. Nadie será perseguido a causa de su creencia, religión o conciencia, ni será coaccionado para que exprese su opinión al respecto» (artículo 16.1-3).
La Constitución garantiza además a todas las personas igual protección ante la ley y prohíbe la discriminación basada en una serie de características, como «la raza, el color, el sexo, el origen, la etnia, el idioma, la religión, las opiniones políticas o cualesquiera otras, la filiación social, la propiedad o titularidad, el lugar de residencia, o por cualquier otro motivo». Establece además que, «de acuerdo con los principios y normas universalmente reconocidos por la ley internacional y la legislación de Georgia, los ciudadanos de Georgia, con independencia de su filiación étnica o religiosa o su idioma, tendrán derecho a mantener y desarrollar su cultura y a utilizar su lengua materna en público y en privado, sin discriminación alguna» (artículo 11.1-2).
En Osetia del Sur y Abjasia, la Iglesia ortodoxa georgiana (IOG) y la Iglesia ortodoxa rusa (IOR) reconocen oficialmente a la Iglesia ortodoxa georgiana como el órgano canónico con jurisdicción en la zona. La Constitución reconoce «el papel destacado de la Iglesia ortodoxa apostólica autocéfala de Georgia en la historia del país y su independencia del Estado» (artículo 8). Las leyes y políticas confieren privilegios exclusivos a la Iglesia ortodoxa georgiana, incluyendo exenciones de varios requisitos que se aplican a otros grupos religiosos, como los impuestos sobre la construcción de edificios religiosos y los impuestos sobre la propiedad.
En 2005, se aprobó la Ley de Georgia sobre Educación General. Dicha ley garantiza la libertad de asociación religiosa en las escuelas públicas (artículo 3) e impide la utilización de los centros de enseñanza general con fines de «adoctrinamiento» religioso, proselitismo o asimilación forzosa (artículo 13). A su vez, prohíbe la propagación del odio por motivos religiosos y protege a alumnos, padres y profesores de este tipo de comportamientos (artículo 8). El artículo 13 también exige que las escuelas faciliten el respeto mutuo entre miembros de diferentes grupos confesionales. La ley prohíbe la colocación de símbolos religiosos en el recinto escolar con fines no académicos, y establece que los alumnos tendrán derecho a estudiar religión o realizar rituales religiosos «fuera del horario escolar» (artículo 18). Por último, establece que todos los profesores deben recibir el mismo trato, independientemente de su confesión religiosa (artículo 21). Aunque la ley exige neutralidad entre religiones, hay pruebas de la promoción de la teología de la Iglesia ortodoxa georgiana en las asignaturas de religión y en las oraciones ortodoxas georgianas pronunciadas en las aulas.
La Agencia Estatal de Asuntos Religiosos es una entidad pública creada para aplicar las políticas de Georgia en materia religiosa. La misión de la Agencia es utilizar los fondos asignados por el presupuesto del Estado —a partir de 2014, 4,5 millones de GEL (unos 5 millones de dólares estadounidenses)— para compensar los daños materiales y morales infligidos a diferentes grupos religiosos durante el período soviético. La Agencia también está «interesada en cuestiones de educación y propiedad». Entre sus principales responsabilidades está investigar la situación religiosa existente e informar al Gobierno, preparar recomendaciones y actos jurídicos para su consideración por el Gobierno, y servir como órgano consultivo e intermediario para el Gobierno en las disputas que surjan entre asociaciones religiosas. La Agencia Estatal de Asuntos Religiosos también puede emitir recomendaciones no vinculantes sobre la construcción de edificios religiosos, la determinación de su ubicación y la cesión de dichos inmuebles a organizaciones religiosas. Desde 2015, la Agencia ha pedido que se elabore una nueva ley religiosa en Georgia, pero se ha enfrentado a la resistencia de varias comunidades religiosas que han subrayado que no es necesaria ninguna regulación adicional.
Los grupos religiosos se pueden registrar en la Agencia Nacional del Registro Público como personas jurídicas de derecho público o como organizaciones sin ánimo de lucro. Esto les proporciona beneficios, como el reconocimiento legal, exención parcial de impuestos y el derecho a abrir cuentas bancarias y poseer propiedades. Los grupos no registrados pueden realizar actividades religiosas, pero carecen de los beneficios de los que disfrutan los grupos registrados.
En las prisiones georgianas hay muchas capillas de la Iglesia ortodoxa georgiana, pero no hay zonas asignadas al culto no confesional. En general, los musulmanes y otros grupos religiosos minoritarios pueden practicar su religión y acceder a servicios de asesoramiento religioso, aunque estos servicios en las prisiones solo están disponibles previa solicitud. Independientemente de su religión, los presos están exentos de trabajar durante las fiestas religiosas.
Incidentes y acontecimientos
El desarrollo sociopolítico y económico de Georgia ha estado marcado por «guerras civiles, conflictos territoriales y un fuerte declive económico». El panorama político actual está polarizado, «dominado por dos partidos antagónicos» que afianzan los problemas socioeconómicos actuales del país. La «escasa confianza en las instituciones democráticas» contrasta con los altos niveles de confianza en la Iglesia ortodoxa georgiana, que sigue siendo la organización más importante de la sociedad civil «que reclama la prerrogativa en la definición de los valores nacionales».
Esta posición preferente también se refleja en el panorama religioso. Por ejemplo, para los musulmanes y otras confesiones cristianas distintas de la Iglesia ortodoxa georgiana, sigue siendo un reto la posibilidad de recibir propiedades nacionalizadas durante la época soviética. Durante el período estudiado en este informe, esta dificultad se sumó a la concesión a la Iglesia ortodoxa por parte de las autoridades del «derecho exclusivo a recibir propiedades estatales (principalmente bosques) adyacentes a iglesias y monasterios». En el ámbito de la legislación fiscal, muchos grupos religiosos minoritarios también siguieron denunciando la falta de un marco legislativo claro en materia de exenciones y restituciones; los grupos religiosos minoritarios han seguido presionando para que se realice una reforma fiscal y una ley más amplia sobre religión que defina qué grupos pueden acogerse a beneficios fiscales.
Las relaciones interconfesionales en Georgia suelen ser positivas. En mayo de 2021, la ciudad de Dmanisi, hogar de una población mixta georgiano-azerbaiyana, fue testigo de violentos enfrentamientos étnicos. «La respuesta oportuna y coordinada de la Iglesia ortodoxa georgiana y de los líderes musulmanes a la violencia manifestó que se daban cuenta de la necesidad de diálogo para tratar de atenuar una crisis potencialmente peligrosa».
El 2 de mayo de 2021, el patriarca de la Iglesia ortodoxa de Georgia, Ilia II, abordó en su epístola anual de Pascua, festividad que celebró en la catedral de la Santísima Trinidad de Tiflis, el posthumanismo secular, afirmando que «el pensamiento ateo contemporáneo se prepara para crear una realidad diferente, e intenta revisar los principios fundamentales de la existencia humana»; añadió que «se han borrado las identidades tradicionales que definen al ser humano: “hombre” y “mujer”, “valores familiares”».
En junio de 2021, el Gobierno georgiano levantó gran parte de las restricciones por la COVID-19, pero dejó en vigor algunas limitaciones a las grandes reuniones sociales. Antes de la derogación de estas restricciones, líderes religiosos minoritarios y representantes de ONG que promueven la libertad religiosa alegaron que las normas del toque de queda de la COVID-19 no se aplicaban con equidad. Argumentaron que el Gobierno concedía amplias excepciones a la Iglesia ortodoxa georgiana para celebrar sus festividades, entre ellas Navidad y Semana Santa, mientras exigía a los grupos religiosos minoritarios que solicitaran a la Agencia Estatal de Asuntos Religiosos dichas excepciones acompañando la solicitud con listas de asistentes. Un grupo de organizaciones religiosas, entre las que se cuentan musulmanes georgianos, cristianos evangélicos, la Sociedad de Amigos, la Iglesia católica y el Ejército de Salvación, alegaron que este proceso de solicitud era discriminatorio y recogía datos personales de forma injustificada.
Se ha acusado a agentes estatales de interferir en diversos organismos religiosos del país a pesar de la protección constitucional de la libertad de religión. Por ejemplo, en agosto de 2021, Nika Gvaramia, directora general de Mtavari Arkhi TV, canal de televisión favorable a la oposición, afirmó que los servicios de seguridad del Estado georgiano estaban espiando a miembros del clero. Entre los miembros del clero supuestamente sometidos a vigilancia se encontraban dirigentes religiosos de la Iglesia ortodoxa georgiana, y la vigilancia general incluía las interacciones con dirigentes políticos, periodistas y diplomáticos. El Gobierno negó la legitimidad de los documentos, mientras que ONG, periodistas y líderes religiosos defendieron su veracidad. Los líderes religiosos manifestaron su preocupación ante la posibilidad de que la vigilancia comprometa la libre expresión de la religión en Georgia.
En septiembre de 2021, el Gobierno georgiano permitió a los Testigos de Jehová registrarse como entidad jurídica al mismo nivel legal que otros grupos religiosos reconocidos. Aunque el Gobierno concedió este registro, las autoridades denegaron la inscripción a otras seis organizaciones religiosas basándose en la «inexistencia de motivos legales previstos por la legislación».
La situación de la libertad religiosa sigue siendo difícil para los musulmanes. Por ejemplo, los musulmanes de la ciudad de Batumi llevan desde 2017 esperando el permiso para construir una segunda mezquita, ya que la primera se consideraba demasiado pequeña. La solicitud ha sido denegada en repetidas ocasiones. El 13 de abril de 2021, el Tribunal de Apelaciones de Kutaisi confirmó una sentencia del Tribunal Municipal de Batumi de 2019 que anulaba la negativa del Ayuntamiento de Batumi a permitir la construcción de una mezquita por considerarla ilegal y discriminatoria por motivos religiosos. El Centro de Justicia Social, ONG georgiana, declaró: «Se trata de una decisión muy importante de los tribunales nacionales, que han reconocido que llevan años realizando una práctica discriminatoria que viola la libertad de religión de la comunidad musulmana; esta decisión crea las condiciones legales previas para la restauración de sus derechos y su dignidad».
En abril de 2022, las comunidades judías denunciaron un repunte de la incitación al odio y de los delitos motivados por el odio (especialmente los cometidos en las redes sociales) en concreto contra la familia de un activista judío asesinado en 2018. Los líderes de la comunidad judía también denunciaron repetidos actos de vandalismo en cementerios y otras propiedades, así como mensajes antisemitas repetidos por clérigos de la Iglesia ortodoxa georgiana, por ejemplo, cuando se amparaban en que estaban citando a líderes ortodoxos rusos para afirmar que el presidente de Ucrania era judío.
En junio de 2022, el Vaticano y Georgia celebraron 30 años de relaciones diplomáticas con un concierto del Coro de la Catedral de Tiflis, que tuvo lugar en la Capilla Sixtina.
Futuro de la libertad religiosa
La Constitución georgiana garantiza la libertad religiosa en Georgia. Sin embargo, los privilegios legales especiales de la Iglesia ortodoxa georgiana y su dominio cultural influyen en el alcance de la libertad religiosa. Por el contrario, otras religiones sufren discriminación, no reciben los mismos beneficios y, en algunos casos, sufren intolerancia. En general, las perspectivas para la libertad religiosa siguen siendo positivas.