Marco legal sobre libertad religiosa y su aplicación efectiva
La República de Costa de Marfil alberga unos 60 grupos étnicos diferentes. La adscripción religiosa se distribuye entre las religiones animistas (que siguen teniendo muchos fieles), el islam y el cristianismo. Gran parte de la población del norte del país practica el islam, así como numerosos inmigrantes procedentes de los países vecinos. La organización que agrupa a los musulmanes marfileños es el Consejo Nacional Islámico de Costa de Marfil. La mayor parte de los cristianos vive en el sur. Las sedes de las archidiócesis católicas son Abiyán, Bouaké, Gagnoa, y Korhogo.
El país ha sufrido en su pasado más reciente cruentas luchas por el poder, siendo la peor de ellas la prolongada guerra civil que se libró entre 2002 y 2007. Las consecuencias del conflicto (desplazamiento forzoso y violencia) siguen patentes años después de su fin.
A pesar de la diversidad étnica y religiosa del país, cristianos y musulmanes siempre han convivido en paz. Por esta razón, la violencia se considera más bien un síntoma de los factores económicos (más del 45% de la población vive por debajo del umbral de pobreza) y de las divisiones políticas, que han sumido al país en una guerra civil en dos ocasiones durante las dos últimas décadas (2002-2007 y 2010-2011).
El 8 de noviembre de 2016 entró en vigor una nueva Constitución que fue modificada en 2020. Esta Constitución reconoce en el preámbulo «la diversidad étnica, cultural y religiosa» del país y apoya «la tolerancia política, étnica y religiosa». Establece que «el sector privado laico y las comunidades religiosas también pueden contribuir a la educación de los niños, en las condiciones que determine la ley» (artículo 10). «Toda persona tiene derecho de acceso en condiciones de igualdad al empleo público o privado», y se prohíbe la discriminación «por razones de sexo, etnia u opiniones políticas, religiosas o filosóficas» (artículo 14).
Se garantiza «la libertad de pensamiento y la libertad de expresión, y en particular, la libertad de conciencia, de convicciones filosóficas y religiosas o de culto», incluido «el derecho a expresar y difundir libremente las propias ideas», restringido únicamente por el respeto «a la ley, a los derechos de los demás, a la seguridad nacional y al orden público. Queda prohibida toda propaganda cuyo objetivo o resultado sea elevar a un grupo social por encima de otro, o fomentar el odio racial, tribal o religioso» (artículo 19).
Toda persona perseguida «a causa de sus convicciones políticas, religiosas, filosóficas o de su pertenencia étnica tiene derecho de asilo» (artículo 23). Se prohíben «los partidos y grupos políticos organizados según criterios regionales, religiosos, tribales, étnicos o raciales» (artículo 25). El artículo 49 establece que «la República de Costa de Marfil es una e indivisible, laica, democrática y social».
Incidentes y acontecimientos
Las relaciones entre musulmanes y cristianos, los dos grupos religiosos más importantes del país, siempre han sido buenas a nivel comunitario y entre sus representantes. Dado el papel que desempeña la religión en la sociedad marfileña, los líderes religiosos tienen gran influencia para eliminar las tensiones étnicas, religiosas, sociales y políticas.
De hecho, para un país con tantos grupos étnicos y comunidades religiosas, este es un requisito básico para la paz. Buen ejemplo de ello es la iniciativa emprendida el 19 de mayo de 2021 por una serie de grupos de estudiantes y jóvenes para «promover la hermandad entre cristianos y musulmanes [...] centrada en actividades deportivas».
El brote de la pandemia de la COVID-19 en 2020 proporcionó al Gobierno y a los representantes religiosos la oportunidad de trabajar juntos para mitigar sus efectos. Aun así, se registró un conflicto causado por la reclamación sobre unos terrenos relacionados con un lugar de culto que provocó un enfrentamiento entre grupos cristianos y musulmanes.
En mayo de 2021, los nigerianos que viven en Costa de Marfil fueron víctimas de ataques xenófobos tras la publicación de un vídeo falso en las redes sociales. El padre Donald Zagore, teólogo marfileño miembro de la Sociedad de Misiones Africanas, denunció esta desinformación, señalando que «la xenofobia es la negación de las enseñanzas dadas tanto por el Evangelio como por el Corán».
En 2021, Costa de Marfil sufrió cuatro atentados terroristas perpetrados por presuntos combatientes islamistas. El 29 de marzo, unos sesenta hombres armados atacaron dos puestos militares en Kafolo y Kolobougou, y mataron al menos a tres soldados. El 12 de abril, un artefacto explosivo casero alcanzó a un vehículo militar, y el 21 de abril, un grupo armado atacó una base militar cerca de Abiyán, hiriendo a un soldado. Un mes después, hombres armados, supuestamente yihadistas, llevaron a cabo un ataque cerca de la frontera con Burkina Faso, matando a un soldado marfileño.
Aunque ningún grupo ha reivindicado la autoría de los atentados, las especulaciones oficiales apuntan a que los autores son grupos islamistas con base en la vecina Burkina Faso. Bernard Emie, jefe de la inteligencia exterior francesa, confirmaba en febrero de 2021 que la rama de Al Qaeda en el Sahel tenía como objetivo Costa de Marfil y Benín. Afirmó: «Estos países son ahora objetivos. Los terroristas ya están financiando a hombres que se están extendiendo por Costa de Marfil y Benín».
Costa de Marfil ha seguido sufriendo enfrentamientos interétnicos durante 2021, una violencia vinculada a menudo a la propiedad de la tierra, especialmente en el sur del país; como resultado, las autoridades han tomado medidas de resolución de conflictos sobre los derechos de propiedad.
En julio de 2021, el clero marfileño celebró un congreso extraordinario para debatir las condiciones económicas a las que se enfrentan los sacerdotes en la actualidad, con el fin de encontrar formas de evitar las desigualdades existentes entre ellos.
Durante su Asamblea General, celebrada en enero de 2022, los obispos marfileños debatieron sobre la importancia de las próximas generaciones y la necesidad de un plan educativo global que busque «el servicio al desarrollo humano integral».
Futuro de la libertad religiosa
Las diversas comunidades religiosas de Costa de Marfil siempre han mantenido buenas relaciones entre sí. Las perspectivas para el país, por tanto, siguen siendo positivas, y deberían continuar así en el futuro próximo. Sin embargo, como demuestra la violencia de los atentados de 2021, el país está cada vez más amenazado por grupos yihadistas cuya actividad se está extendiendo por el África Occidental. Para contrarrestarla, las autoridades marfileñas están aumentando la inversión en escuelas, hospitales y puestos de trabajo en la región norte con ánimo de presentar alternativas a lo que ofrece el extremismo violento, pero será necesaria una estrategia regional para contener el avance del extremismo islamista.