Marco legal sobre libertad religiosa y su aplicación efectiva
La libertad de religión es un derecho protegido en Austria mediante una combinación de leyes, tratados y convenios, junto con la Ley Constitucional Federal y la Ley Fundamental del Estado sobre los Derechos Generales de los Ciudadanos. La libertad religiosa incluye los derechos a unirse, o no, a cualquier Iglesia o comunidad religiosa, y a abandonarla. Se garantiza a todos los individuos el derecho a practicar la propia religión individual o colectivamente, mediante el culto, la enseñanza, la oración y la observancia de las costumbres religiosas.
El artículo 7 de la Constitución y el artículo 2 de la Ley Fundamental del Estado sobre los Derechos Generales de los Ciudadanos establecen que todos los ciudadanos son iguales ante la ley y se prohíben los privilegios basados en la religión. También están protegidas la libertad de expresión, creencia y conciencia. La ley permite realizar un servicio alternativo a los objetores de conciencia.
La ley penal prohíbe «perturbar la práctica de la religión» (artículo 189). Las penas por causar daños o robar en lugares dedicados al culto religioso o contra objetos sagrados son más severas (artículos 126 y 128).
La ley austriaca sobre blasfemia establece que «quien públicamente menosprecie o se burle de una persona o cosa que sea objeto de culto de una iglesia o sociedad religiosa nacional, o de una doctrina, [o cualquier otro] comportamiento» es penalmente responsable (artículo 188). En octubre de 2018, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos dictaminó sobre la compatibilidad de esta ley con el derecho a la libertad de expresión garantizada en el artículo 10 del Convenio para la Protección de los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales. En el caso de E. S. contra Austria, el demandante había sido condenado por sugerir que Mahoma, el profeta del islam, tenía «tendencias pedófilas» al «referirse al matrimonio que Mahoma contrajo con Aisha cuando esta tenía seis años, y consumó cuando ella cumplió nueve». El Tribunal europeo defendió que los tribunales austriacos «no se habían extralimitado en su (amplio) margen de apreciación» y estaban en «mejor posición para evaluar qué declaraciones podían perturbar la paz religiosa en su país».
El artículo 283 del Código Penal austriaco prohíbe la incitación pública al odio contra una persona o grupo (como las Iglesias y sociedades religiosas), así como el insulto contra una persona o grupo «con intención de menoscabar [su] dignidad humana». En enero de 2021 entró en vigor una nueva ley sobre «incitación al odio en línea», que obliga a las plataformas de internet a bloquear, si cumplen determinados criterios, los contenidos ilegales en un plazo determinado.
Austria es un Estado laico y su ordenamiento jurídico es neutral desde el punto de vista religioso. Por razones históricas, Austria mantiene una relación especial con la Iglesia católica romana, regulada por el Concordato de 1933 con la Santa Sede y por otras leyes, entre las que destacan unos acuerdos especiales sobre cuestiones educativas y económicas.
Conforme a la ley, los grupos religiosos se dividen en tres categorías (en orden decreciente de estatus): Iglesias y sociedades religiosas oficialmente reconocidas, comunidades confesionales religiosas y asociaciones. Las sociedades religiosas oficialmente reconocidas tienen derecho a celebrar actos de culto públicos, a la administración autónoma de sus asuntos internos, a fundar colegios privados (subvencionados por el Estado) y a impartir formación religiosa con financiación pública en la escuela, tanto privada como pública. El reconocimiento legal confiere a las Iglesias o comunidades religiosas el estatuto de persona jurídica y capacidad jurídica privada.
Para que un grupo reciba el reconocimiento como Iglesia o sociedad religiosa, debe estar reconocido como tal antes de 1998 o contar con un número de miembros igual o superior al 0,2% de la población, y existir desde hace 20 años (10 de ellos como grupo organizado y cinco como «comunidad confesional»).
Los grupos religiosos no reconocidos como sociedades pueden solicitar el reconocimiento como «comunidades confesionales», lo que les confiere cierto nivel de personalidad jurídica, pero sin los beneficios económicos, de inmigración y educativos de los que disponen las sociedades religiosas reconocidas. Estos grupos tienen que contar con un mínimo de 300 miembros y presentar sus estatutos y una descripción por escrito de su doctrina religiosa. La Oficina de Asuntos Religiosos de la Cancillería Federal determina si un grupo puede considerarse comunidad confesional o no.
La formación religiosa es obligatoria en la escuela hasta los 14 años y recibe financiación pública en proporción al número de niños que pertenecen a cada una de las sociedades religiosas reconocidas oficialmente. Algunos colegios ofrecen asignaturas de ética a los alumnos que optan por no asistir a la formación religiosa, pero tanto la enseñanza religiosa como la ética presentan los principios de los distintos grupos religiosos.
En diciembre de 2020 se revocó una ley que prohibía a los niños de Primaria llevar «indumentaria religiosa relacionada con prendas que cubren la cabeza». En dicha ley quedaban excluidos los tocados de los niños sijes y las kipás de los judíos, por lo que el tribunal dictaminó que «la prohibición selectiva... se aplica exclusivamente a las alumnas musulmanas y, por tanto, las diferencia de forma discriminatoria del resto de alumnos». En julio de 2022, el Tribunal Europeo dictó que las empresas privadas podían prohibir la vestimenta y los símbolos religiosos si se aplicaban a todos los empleados.
En enero de 2021, el Gobierno austriaco introdujo cambios en la «Ley del islam». Uno de dichos cambios fue la creación de un «Mapa del islam» y un Observatorio del Islam Político, que forman parte de una serie de medidas antiterroristas adoptadas tras el atentado de noviembre de 2020. Ambas iniciativas han sido condenadas por algunos colectivos, entre ellos grupos musulmanes que temen que el «Mapa del islam» pueda ser utilizado por extremistas para atacar sus lugares de culto. También se ha incluido entre estas medidas el registro de todos los imanes del país, así como la prohibición de símbolos asociados a organizaciones extremistas (incluidas las de extrema derecha y las islamistas).
Durante la pandemia de la COVID-19, el Gobierno austriaco reconoció el estatus especial de la religión, por lo que los cierres generales no se aplicaron a las prácticas religiosas. Las comunidades religiosas colaboraron con el Gobierno en el desarrollo de medidas de seguridad para poder seguir celebrando el culto público. Cada comunidad religiosa pudo aplicar sus propias medidas de seguridad; por ejemplo, la Iglesia católica suspendió el culto público durante la mayoría de los períodos de confinamiento. Sin embargo, el trato especial a la religión fue criticado por grupos laicos y artistas, que presentaron una demanda ante el Tribunal austriaco alegando que era discriminatorio hacia las artes. El 30 de junio de 2022, el Tribunal austriaco determinó que «era contrario a la igualdad eximir a cualquier forma de reunión religiosa de las restricciones propias de este confinamiento», confirmando así que el trato especial a la religión era discriminatorio. El profesor Kowatsch, de la Universidad de Viena, comentaba que esta sentencia era una clara señal de que en las sociedades laicas «siempre hay que estar tratando de que vuelva a admitirse el significado propio de la libertad religiosa».
Incidentes y acontecimientos
En 2020, se actualizó la base de datos de grabaciones policiales en línea de Austria para permitir que los agentes registraran los motivos de odio, entre ellos el de religión. Estos informes se envían a la Oficina de Instituciones Democráticas y Derechos Humanos (OIDDH) de la OSCE (Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa) para su Informe anual sobre Delitos de Odio.
En 2021, la policía austriaca informó de 169 delitos anticristianos. Los incidentes no se dividieron por tipo de delito. Entre los datos aportados por la sociedad civil para ese mismo año se cuentan 19 delitos de odio contra los cristianos, 17 de los cuales fueron delitos contra la propiedad y dos de ellos fueron de amenazas. Aunque antes de 2021 no se cuenta con datos policiales sobre delitos de odio anticristiano, en 2020 la sociedad civil también documentó 23 delitos de odio anticristiano, 19 contra la propiedad y tres de amenazas.
El Observatorio de la Intolerancia contra los Cristianos informó de que durante el período estudiado en este informe se han producido 29 incidentes anticristianos en Austria, entre agresiones y amenazas, asaltos, robos, incendios provocados y vandalismo contra iglesias y estatuas cristianas ubicadas en lugares públicos. Como ejemplo de los incidentes denunciados, se cuentan las pintadas realizadas en el exterior del apartamento de un hombre católico y en varios edificios católicos próvida, en las que se leía: «Abortad a los Fundamentalistas» y frases similares. Iglesias católicas, ortodoxas y evangélicas de Graz, Mautern, Villach y Viena, entre otras ciudades, fueron objeto de actos vandálicos, pintadas con frases como «Que j***n a Jesús» o «Satanás», o sufrieron daños materiales en general y amenazas. La iglesia de San Carlos de Viena ha sido objeto de repetidos actos de vandalismo, al menos cinco veces, durante el período que abarca este informe. En Viena, en junio de 2021, la policía detuvo a un hombre que presuntamente había torturado a seis monjes en 2018. También en Viena, en septiembre de 2021, un hombre propinó una brutal paliza a un sacristán que estaba rezando en la iglesia. La organización también documentó robos en iglesias y actos de vandalismo contra los bienes de los cristianos.
En 2021, la policía austriaca informó de 301 delitos antimusulmanes, sin clasificar los incidentes por tipo de delito. Entre los datos aportados por la sociedad civil para el mismo año se cuentan 40 delitos contra musulmanes: 22 delitos contra la propiedad, cuatro de amenazas y 14 agresiones violentas. En comparación, en 2020, la policía austriaca solo había informado de 16 delitos antimusulmanes, mientras que la sociedad civil había documentado 84 delitos de odio contra este grupo religioso: 71 delitos contra la propiedad, cinco de amenazas y ocho agresiones físicas.
En el verano de 2021, el Tribunal Regional Superior de Graz estimó varias denuncias presentadas contra las redadas pertenecientes a la «Operación Luxor». Esta operación tenía como objetivo desmantelar organizaciones terroristas islamistas, pero también fue muy criticada por dirigirse contra ciudadanos musulmanes sin pruebas suficientes. El último caso, archivado en enero de 2023, iba dirigido contra un académico musulmán cuya casa fue objeto de una redada policial en noviembre de 2020.
En junio de 2022, el Observatorio del Islam Político publicó su primer informe, entre cuyas conclusiones destaca la presencia de textos extremistas en bibliotecas y de discursos extremistas en servicios religiosos. Se encontraron libros con lenguaje antisemita en una editorial vinculada a un partido y movimiento turcos. Parte de estos libros en turco estaban escritos por conocidos autores islamistas, pero otros incluían discursos y escritos de Joseph Goebbels.
También en junio, una encuesta del Consejo Asesor de Derechos Humanos de Graz mostró que los musulmanes seguían sufriendo discriminación en Graz. El informe mencionaba que las diferencias culturales provocan prejuicios y acciones antimusulmanas en los centros educativos.
Según la Asociación de Documentación Contra el Racismo y la Islamofobia (ZARA), los ataques racistas y antimusulmanes en público afectan más a las mujeres. ZARA también publicó incidentes de vandalismo antimusulmán, como pintadas islamófobas en un banco de un parque de Viena.
En junio de 2022 un desconocido realizó pintadas con lemas racistas como «Vuelve a tu país» y otros símbolos en una mezquita de Wiener Neustadt. En octubre de 2022, en un sitio web que informa sobre noticias relacionadas con el islam se afirmó que en Austria se habían producido varios ataques contra lugares religiosos. Por ello, la Islamische Glaubensgemeinschaft in Österreich (IGGÖ) organizó una serie de talleres sobre cómo mejorar la seguridad y reaccionar ante las amenazas contra las mezquitas.
Tras años de amenazas del Gobierno austriaco de cerrar el Centro Internacional Rey Abdulá bin Abdulaziz para el Diálogo Interreligioso e Intercultural (KAICIID), financiado por Arabia Saudí, debido a las violaciones de derechos humanos en ese país, se informó de que en 2020 el Centro se iba a trasladar a Ginebra. Finalmente, en mayo de 2022, el centro cerró sus puertas en Austria y se trasladó a Lisboa.
En agosto de 2022, el cardenal católico Christoph Schönborn condenó públicamente los ataques contra las comunidades judía y musulmana. Durante ese mismo mes, en tres distritos vieneses se cometieron distintos ataques contra mezquitas, pintaron mensajes amenazadores o de odio en las paredes y se ocasionaron daños materiales. Además, tres jóvenes arrancaron una bandera de la comunidad religiosa judía de Seestadt y subieron el vídeo a las redes sociales.
Según el informe de la OSCE sobre delitos motivados por el odio, en 2021 la policía denunció 301 delitos antisemitas. Los incidentes no se catalogaron por tipo de delito. La sociedad civil informó de 11 delitos de odio antisemita, entre ellos nueve ataques a la propiedad y dos amenazas. En 2020 las cifras oficiales expusieron 36 delitos de odio antisemita, pero la sociedad civil informó de 95 delitos de odio antisemita, de los cuales 56 eran delitos contra la propiedad, 24 de amenazas y 15 fueron ataques contra personas.
La Comunidad Judía de Viena y el Foro contra el Antisemitismo informaron de que los incidentes antisemitas habían aumentado drásticamente (un 65%) en 2021, con 965 incidentes. Se trata de la cifra más alta registrada desde que se empezó a informar. Los incidentes fueron 12 ataques físicos, 22 delitos de amenazas y 95 delitos contra la propiedad, entre otros.
Entre los incidentes ocurridos durante el período de referencia figuran los siguientes casos: en Viena seis jóvenes arrojaron piedras y otros objetos contra una sinagoga. En otra ocasión, unos adolescentes amenazaron a un grupo grande de niños judíos de un parque al grito de «Palestina libre» mientras ondeaban una bandera turca. En octubre de 2021, en Viena, un hombre insultó a un judío diciéndole: «Judíos de mierda, os voy a descuartizar, perros». Otro judío encontró las palabras «Quemad a todos los judíos» escritas en la fachada de su apartamento en noviembre de 2021. Además de amenazas físicas e insultos, en distintas ciudades austriacas se registraron varios casos de vandalismo y pintadas, en algunas de ellas de estrellas de David o cruces gamadas. La organización también registró publicaciones y comentarios de odio en internet.
El Observatorio del Antisemitismo de Viena registró un aumento del antisemitismo relacionado con el coronavirus durante 2021. Según su informe, la oposición a la vacunación y las medidas aplicadas a causa de la pandemia dieron lugar a teorías conspiratorias que relativizaban la Shoá o tenían una clara postura antisemita. A raíz de estos informes y de un aumento constante de los delitos antisemitas, el Gobierno anunció en marzo de 2022 nuevas medidas dirigidas a mejorar la educación para contrarrestar el antisemitismo.
Futuro de la libertad religiosa
La actualización en 2020 de la base de datos de registro de la policía austriaca, que permite a los agentes registrar los motivos de odio, entre ellos el de religión, ha permitido obtener una imagen más clara de los incidentes ocurridos durante el período estudiado en este informe. Un fuerte aumento de los delitos de odio antisemita y numerosos incidentes contra musulmanes y cristianos revelan una creciente intolerancia contra las religiones mayoritarias y minoritarias. La naturaleza de los incidentes también pone de manifiesto el odio por motivos étnicos e interreligiosos.
Los cambios introducidos por el Gobierno austriaco en la «Ley del Islam» que, entre otras medidas antiterroristas, incluye la introducción de un «Mapa del islam» y el Observatorio del Islam Político, han sido controvertidos y criticados por algunos grupos religiosos.
Algunos indicadores jurídicos negativos, entre ellos la sentencia del Tribunal austriaco que consideró discriminatorio el trato especial dado a la religión durante la pandemia en comparación con las artes, podrían sembrar una grave confusión a nivel judicial al equiparar un derecho humano fundamental con el disfrute de actividades de ocio o artísticas.
A pesar de algunas tensiones sociales crecientes, durante el período estudiado en este informe, el Gobierno ha puesto en marcha medidas concretas y órganos de investigación para ofrecer una mejor protección a los fieles, lo que constituye una tendencia positiva no solo para Austria, sino para toda la región.