Marco legal sobre libertad religiosa y su aplicación efectiva
La Constitución de Armenia garantiza que «toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, conciencia y religión. Este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o creencias y la libertad de manifestar dicha religión o creencias individual o colectivamente, en público y en privado, a través de la enseñanza, las ceremonias en templos y otros ritos de culto, o de cualquier otra forma». De acuerdo con esto, establece que «todo ciudadano cuyo servicio militar contradiga su religión o creencias tendrá derecho a sustituirlo por un servicio alternativo en la forma estipulada en la ley» (artículo 41.3).
Se establece que «la libertad para las actividades de las organizaciones religiosas estará garantizada en la República de Armenia» y que «las organizaciones religiosas estarán separadas del Estado» (artículo 17.1-2).
La legislación armenia no exige que los grupos religiosos se registren ante el Gobierno; sin embargo, tienen que hacerlo para poseer o alquilar propiedades, así como para realizar regularmente actividades religiosas y de otro tipo.
Aunque la Constitución armenia garantiza la libertad religiosa a todas las personas, también reconoce a la Iglesia apostólica armenia como Iglesia nacional. Destaca la «misión exclusiva» que esta Iglesia tiene «en la vida espiritual, el desarrollo de la cultura nacional y la preservación de la identidad nacional del pueblo de Armenia». Asimismo, estipula que «las relaciones entre la república de Armenia y la Iglesia apostólica armenia será regulada por ley».
La ley armenia permite a la Iglesia nacional designar representantes en diversas instituciones, como internados, hospitales, orfanatos, unidades militares y prisiones; otros grupos religiosos deben pedir permiso para acceder a dichas instituciones. Además, esta Iglesia tiene libertad para difundir su mensaje sin injerencia del Estado, y colabora en la elaboración de los libros de texto escolares, la formación del profesorado y el desarrollo de las asignaturas de Historia de la Iglesia Armenia. También puede proporcionar formación religiosa extracurricular en la escuela pública.
La Ley de la República de Armenia sobre Libertad de Conciencia y Organizaciones Religiosas de 1991 aclara el alcance de la protección constitucional de Armenia y enumera los derechos de libertad religiosa en el país. En ella se dispone que los grupos religiosos registrados pueden ejercer los siguientes derechos: «reunir a sus fieles en torno a ellos»; «satisfacer las necesidades religioso-espirituales de sus fieles»; «celebrar servicios, ritos y ceremonias religiosas»; «establecer grupos de enseñanza religiosa destinados a la formación de sus miembros»; «emprender estudios teológicos, religiosos, históricos y culturales»; «formar miembros del clero u otras personas con fines científicos y pedagógicos»; «obtener y utilizar objetos con significado religioso»; «hacer uso de los medios de comunicación conforme a la ley»; «establecer vínculos con organizaciones religiosas de otros países»; y «realizar labores benéficas» (artículo 3.7).
Sin embargo, la misma ley prohíbe todo proselitismo cuando no se ciñe a las actividades mencionadas así como la «caza de almas», que incluye «tanto el proselitismo como la conversión forzosa». No obstante, la ley no define qué es «proselitismo». También otorga un trato preferente a la Iglesia apostólica armenia.
Aunque la ley ordena que la educación sea laica y pública, el plan de estudios de la escuela pública de Armenia incluye una asignatura de «Historia de la Iglesia Armenia». Según la legislación vigente, la Iglesia apostólica armenia tiene derecho a participar en la elaboración del programa de la asignatura. Se trata de una asignatura obligatoria, a los alumnos no se les permite solicitar la exención y no se ofrecen alternativas a los que pertenecen a otras religiones o no tienen ninguna.
En marzo de 2018, el Consejo de Europa elevó estas preocupaciones en consonancia con sus esfuerzos por adaptar la legislación de Armenia, sus instituciones y sus prácticas a las normas de la Unión Europea en materia de derechos humanos. En su evaluación, el Consejo recomendó «garantizar que los privilegios de los que disfruta la Iglesia apostólica armenia estén objetivamente justificados y, por tanto, no sean discriminatorios».
A raíz de esa recomendación, a finales de 2022 el Consejo de Europa adoptó oficialmente el cuarto Plan de Acción para Armenia, que aspira a «seguir adecuando la legislación, las instituciones y la práctica a las normas europeas en materia de derechos humanos». Aunque el Plan aborda una amplia gama de derechos humanos, el Objetivo 10 anuncia un programa destinado específicamente a «empoderar y promover la inclusión social, económica y política de todos, independientemente de [...] la religión».
En junio de 2020, Armenia se unió a la Alianza Internacional para la Libertad de Religión.
Incidentes y acontecimientos
La historia reciente de Armenia ha estado marcada por la guerra de 2020 entre Armenia y Azerbaiyán por el control de Nagorno Karabaj, «región montañosa con mayoría de población armenia que se separó de Azerbaiyán hace más de tres décadas». En el momento de escribir estas líneas, Azerbaiyán y Armenia siguen disputándose el control del territorio. A pesar de los acuerdos de alto el fuego, las tensiones se han recrudecido con nuevos enfrentamientos y miles de muertos. En la actualidad, 36 000 armenios «siguen [...] desplazados internamente», 120 000 personas se enfrentan a graves riesgos humanitarios, y la lucha continúa.
El conflicto tiene profundas ramificaciones para algunos grupos religiosos. El bloqueo por Azerbaiyán del corredor de Lachin puso en peligro a los cristianos armenios que viven en Nagorno Karabaj, que sigue bajo el control nominal de Azerbaiyán. Además, las tensiones entre musulmanes y cristianos han seguido escalando en las regiones en conflicto y han provocado —además de atrocidades humanitarias— la destrucción de numerosas iglesias y otros lugares sagrados. El Tribunal Internacional de Justicia ha ordenado a Azerbaiyán que ponga fin al bloqueo.
Aunque Armenia tiene profundos vínculos históricos con el islam, según el último censo allí viven menos de mil musulmanes. La causa más importante es que el conflicto de Nagorno-Karabaj ha obligado a «gran número de azeríes musulmanes» a «huir del país». En el país actualmente solo funciona la Mezquita Azul de Ereván.
Armenia también tiene profundos vínculos históricos con el judaísmo, y su población judía ha disfrutado en general de libertad religiosa. Sin embargo, en la actualidad en Armenia solo viven unos 500 judíos, casi todos concentrados en Ereván, donde sigue activa la única sinagoga del país. Los niños pueden asistir a clases de educación judía y tienen un coro llamado «Keshet». Aunque preocupa la relación diplomática entre Armenia e Israel, en enero de 2020, la jefa de la comunidad judía de Armenia, Rima Varzhapetyan-Feller, declaró que estaba «segura de que en Armenia nunca ha habido ni puede haber manifestaciones de antisemitismo». En el momento de redactar este informe, la comunidad judía del país sigue pensando lo mismo.
En Armenia viven además unos 14 000 católicos romanos. A finales de 2021, la Iglesia abrió una segunda oficina de la Nunciatura Apostólica en Ereván para trabajar en colaboración con la sede de Tiflis (Georgia) de la misión diplomática del Vaticano en Georgia y Armenia. El Vaticano espera que esta iniciativa refuerce la «antigua y prolífica relación» entre Armenia y la Santa Sede «en beneficio de todos los armenios».
Armenia mantuvo detenido a Edward Manasyan, miembro destacado de la comunidad bahaí, entre diciembre de 2017 y julio de 2018, cuando le concedieron la libertad bajo fianza. El proceso por «caza de almas» continuó hasta 2022. A finales de 2021, el Tribunal de Casación desestimó el recurso de la comunidad bahaí contra otra decisión en la que se rechazaba su denuncia de que el Servicio de Seguridad Nacional había utilizado escuchas telefónicas ilegales contra Manasyan. La comunidad recurrió ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. El caso sigue pendiente.
Actualmente en Armenia viven unos 35 000 yazidíes, muchos de ellos refugiados iraquíes. El Gobierno armenio ha aportado desde enero de 2016, 100 000 dólares a ACNUR para colaborar en su reasentamiento desde Sinyar, en el norte de Irak, a Armenia. En el verano de 2022, el Gobierno aprobó una ayuda humanitaria adicional de 80 000 dólares. En este período se planteó un conflicto de libertad religiosa en esta comunidad al confundir el estudio de la historia nacional con el proselitismo, lo que hizo que algunos miembros de la comunidad yazidí «se quejaran de que se obligara a sus hijos a rezar en la escuela» y sugiriesen que «la historia de la Iglesia armenia debería ser una asignatura optativa en la enseñanza, para no vulnerar los derechos de los alumnos no cristianos».
Futuro de la libertad religiosa
En general, en Armenia el derecho a la libertad religiosa está garantizado y se cumple. Sin embargo, el trato preferente del Gobierno a la Iglesia apostólica armenia suscita preocupación, al igual que los efectos del conflicto territorial con Azerbaiyán, ya que cada vez que estallan, la estabilidad del país —y la de todos los derechos humanos— se ve afectada. A pesar de estos problemas, las perspectivas para el derecho a la libertad religiosa siguen siendo positivas.