Marco legal sobre libertad religiosa y su aplicación efectiva
Argelia es parte en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos desde 1989 y ha firmado el Protocolo Facultativo por el que se aceptan procedimientos de denuncia individual. El Preámbulo de la Constitución de 2020 declara que Argelia es «tierra de islam», y que este es un elemento fundamental de la identidad del país.
El islam es la religión del Estado (artículo 2) y se prohíbe cualquier revisión constitucional que menoscabe el islam como tal (artículo 223.4). La Constitución prohíbe a las instituciones del Estado comportarse de forma incompatible con el islam (artículo 11). El artículo 87 especifica que solo puede ser presidente un musulmán; para asumir el cargo, este debe jurar «por Dios Todopoderoso respetar y glorificar la religión islámica» (artículo 90).
Los partidos políticos no pueden fundarse sobre una base religiosa, ni utilizar propaganda partidista para socavar los valores y componentes básicos de la identidad nacional, entre ellos el islam (artículo 57, párrafo 2). La Constitución garantiza la libre práctica de la religión siempre y cuando se respete la ley; a su vez, el Estado asegurará «la protección de los lugares de culto contra toda influencia política o ideológica» (artículo 51). Sin embargo, la ordenanza n.° 06-03 de 28 de febrero de 2006 es más explícita en cuanto a los límites del ejercicio de la libertad religiosa, la cual debe practicarse «en el marco del respeto a las disposiciones de la Constitución, a la presente ordenanza, a las leyes y reglamentos en vigor, al orden público, a las buenas costumbres y a los derechos y libertades fundamentales de terceros» (artículo 54, párrafo 2).
La Constitución reconoce la libertad de prensa, en la que «está incluido, en particular, el derecho a difundir informaciones, ideas, imágenes y opiniones en el marco de la ley y del respeto a los principios morales y culturales y a los valores religiosos de la Nación» (artículo 54, párrafo 2). La difusión de cualquier discurso de odio discriminatorio está constitucionalmente prohibida (artículo 53, párrafo 3).
La religión oficial del país es el islam suní, según la escuela malikí, que profesa más del 98% de la población. Se considera que los ahmadíes (unos 1000 ciudadanos) son heréticos y están manipulados por potencias extranjeras. Los cristianos constituyen una ínfima minoría (129 356 ciudadanos) y viven sobre todo en la región de Cabilia, en el norte de Argelia.
Oficialmente, casi todos los cristianos son extranjeros, y muchos proceden del África subsahariana. Católicos y protestantes son las comunidades cristianas más numerosas, existiendo además algunas comunidades evangélicas, sobre todo en la región de Cabilia. También hay pequeñas comunidades bahaíes y budistas (4091 y 6578 personas respectivamente), así como practicantes de religiones étnicas chinas (14 032 personas). En el país viven más de 547 000 agnósticos. En Argelia solo quedan 57 judíos. Se calcula que en la época de la independencia de Francia, en 1962, había 130 000 ciudadanos judíos, pero el Código de Nacionalidad aprobado en 1963 privó a los no musulmanes de la nacionalidad argelina, y la mayor parte de ellos huyeron a otros países.
Todos los grupos religiosos se tienen que registrar en el Ministerio del Interior antes de realizar cualquier actividad y solo pueden reunirse en lugares autorizados por el Estado. La Ordenanza 06-03 de 2006 establece que los lugares de culto no musulmán deben recibir una autorización de la Comisión Nacional para el Culto No Musulmán (artículo 5, párr. 1), que no suele concederse, por lo que las iglesias se ven obligadas a funcionar de forma no oficial, quedando expuestas a intromisiones y cierres. El culto colectivo está permitido exclusivamente en edificios registrados para esta finalidad, que deben estar abiertos al público y ser identificables desde el exterior (artículos 7 y 8).
Los actos religiosos tienen que ser abiertos, están sometidos a una declaración previa y se pueden llevar a cabo únicamente en edificios registrados (artículo 13). El incumplimiento de cualquier norma relativa a los edificios de culto y de las restricciones que la Ordenanza 06-03 de 2006 impone a las prácticas religiosas se castiga con penas de 1 a 3 años de prisión y multas (de 100 000 a 300 000 dinares argelinos, aproximadamente entre 680 y 2050 euros) (artículo 14, párrafo 1). En el caso de extranjeros que infrinjan cualquier disposición de dicha Ordenanza, se les puede prohibir la entrada en el país indefinidamente, o por un período no inferior a 10 años (artículo 14).
Difamar a cualquier persona «que pertenezca a un determinado grupo étnico, filosófico o religioso» se castiga con penas de entre un mes y un año de prisión y multas de 10 000 a 100 000 dinares (entre 68 y 680 euros), o solo con una de estas dos penas cuando su objetivo sea incitar al odio entre nacionales o residentes. En caso de insulto, la pena consiste en prisión de entre 5 días y 6 meses, y/o multa de 5000 a 50 000 dinares (entre 34 y 340 euros) (artículo 298 bis). Respecto a los delitos relacionados con la religión, el artículo 144 bis.2 del Código Penal establece que quien «ofenda al Profeta... y a los mensajeros de Dios o menosprecie el dogma o los preceptos del islam, ya sea por escrito, mediante obras de arte, oralmente o por cualquier otro medio» puede ser castigado con una pena de tres a cinco años de prisión y/o una multa de entre 50 000 y 100 000 dinares (entre 340 y 680 euros).
El proselitismo entre musulmanes por parte de no musulmanes constituye un delito. El artículo 11 de la Ordenanza 06-03 tipifica el proselitismo como delito en los siguientes términos: quien «incite, obligue o utilice medios de seducción con la intención de convertir a un musulmán a otra religión; o utilice con este fin centros de enseñanza, educación, salud, de carácter social y/o cultural, institutos de formación, o cualquier otro establecimiento, o cualquier otro medio económico» será castigado con penas de 3 a 5 años de prisión y multas de 500 000 a 1 millón de dinares (entre 3400 y 6800 euros). Las mismas penas se aplican a quien «elabore, almacene o distribuya documentos impresos o filmaciones audiovisuales o por cualquier otro medio o soporte que tengan por objeto quebrantar la fe de un musulmán».
La Ordenanza nº 06-03 también especifica que recaudar dinero o aceptar donativos sin la autorización de las autoridades legalmente habilitadas se castiga con penas de prisión de 1 a 3 años, y multas de 100 000 a 300 000 dinares, entre 680 y 2040 euros (artículo 12), disposición que se ha aplicado a las comunidades religiosas y a los creyentes no musulmanes. Cualquier persona jurídica que infrinja esta ley, tal y como establece la Ordenanza 06-03, puede ser sancionada con una multa y otras penas como la confiscación de bienes, la prohibición de actividades o incluso la disolución (artículo 15).
Según el Código de Familia, un varón musulmán puede casarse con una mujer no musulmana si esta pertenece a una confesión monoteísta. Las mujeres musulmanas no pueden casarse con varones no musulmanes a menos que el hombre se convierta al islam. Está permitido casarse con más de una esposa dentro de los límites que establece la sharía (artículo 8, párrafo 1). Los hijos nacidos de padre musulmán se consideran musulmanes, independientemente de la fe de la madre. En caso de divorcio, la persona que tenga derecho a la custodia legal (hadana) garantizará la educación del niño en la religión del padre (artículo 62).
La adopción (tabanni) está prohibida por la sharía y la ley argelina (artículo 46). Solo los musulmanes tienen derecho a la kafala (artículo 118), compromiso voluntario y de carácter benéfico de proporcionar manutención, educación y protección a un menor de edad del mismo modo que un padre lo haría con su hijo, pero no necesariamente con la transferencia de los derechos de sucesión o el cambio del apellido del niño. Un menor puede ser puesto bajo la administración de un tutor testamentario (que debe ser de confesión musulmana por ley) por su padre o abuelo si no tiene madre, o si se establece por cualquier medio legal la incapacidad de la madre (artículo 93). Según el Código Civil, los nombres de pila «deben sonar argelinos»; sin embargo, «se pueden establecer excepciones en el caso de niños nacidos de padres de fe no musulmana» (artículo 28). De acuerdo con el Código Civil, a falta de disposición legal, el juez decide según los principios de la ley islámica (artículo1, párrafo 2).
Incidentes y evolución
La deriva autoritaria del régimen que actualmente ostenta el poder político en el país ha llevado a la intensificación de la hostilidad contra los miembros de las minorías religiosas. En noviembre de 2021, Estados Unidos incluyó a Argelia en su «Lista de vigilancia especial» de las violaciones de la libertad religiosa, ya que su Gobierno cometía o toleraba «graves violaciones de la libertad religiosa», y se mantuvo en dicha lista en 2022. Esta persecución de las minorías religiosas está respaldada tanto por el Código Penal como por la Ordenanza n.º 06-03, que otorgan amplios poderes, permitiendo la represión del Gobierno argelino contra los cristianos y otras minorías religiosas. Los musulmanes convertidos al cristianismo están preocupados por la presión social y pueden resultar perjudicados a la hora de heredar bienes. Las autoridades deniegan sistemáticamente los visados a quienes van a visitar comunidades de Iglesias. Los cristianos se enfrentan a severas restricciones a la importación de literatura cristiana y otros materiales.
Durante este período, las autoridades argelinas han impedido el funcionamiento de iglesias cristianas y han acosado a miembros de la comunidad religiosa ahmadí. No es infrecuente que se denieguen autorizaciones para la construcción o renovación de iglesias cristianas por «no estar en conformidad» con la legislación vigente o, más en general, por «ejercicio de una religión no musulmana sin autorización», incluso en los casos en que se cumplen y respetan los requisitos de la Ordenanza n.º 06-03 de control de las religiones no musulmanas.
Las autoridades argelinas restauraron una iglesia histórica en Mostaganem, pero se ordenó el cese de actividades de otras 20 iglesias, 13 de las cuales fueron totalmente clausuradas. Se han cerrado quince iglesias pertenecientes a la Église Protestante d’Algérie (EPA) en todo el país, entre ellas una iglesia histórica en Orán que había abierto sus puertas en 1920. Además, el ejecutivo ha ejercido un obstruccionismo deliberado para impedir la ejecución de las sentencias favorables a las minorías religiosas. La explicación habitual que dan las autoridades argelinas para cerrar iglesias es que así se impide el proselitismo y la evangelización. En noviembre de 2021, las autoridades acusaron de «culto no autorizado» al presidente y pastor de la Église Protestante d’Algérie, Salahedin Chalah, y a otros cuatro cristianos protestantes. Parece ser que en marzo de 2022 condenaron al pastor Chalah a 18 meses de prisión, y a seis meses a una de las personas acusadas con él.
El 12 de diciembre de 2021 fueron detenidos doce cristianos, entre ellos tres mujeres y un portavoz visitante francés, acusados de «culto no musulmán no autorizado». El visitante francés pagó la multa y tuvo que abandonar el país, mientras que a las otras once personas se les impuso una pena de prisión suspendida de seis meses y una multa de 200 000 dinares (1360 euros). En la apelación, el 28 de abril de 2022 un tribunal mantuvo la pena de prisión suspendida, pero redujo la multa a 100 000 dinares (680 euros).
Las celebraciones navideñas son motivo de preocupación debido a la hostilidad de los fundamentalistas islámicos, que las consideran censurables por considerarlas ajenas y extrañas a su cultura. Por ejemplo, el director de la emisora estatal Radio Constantina fue despedido por haber emitido la canción «Ayed ellayl» («Santa noche»), de la famosa cantante Fayruz, cuya letra dice: «Jesús visitó la noche... Jesús coloreó la noche». Si los cristianos van de día a un restaurante durante el mes de Ramadán, la policía puede confiscarles el carné por «violar la santidad del ayuno islámico».
La pandemia de la COVID-19 hizo aún más patente esta realidad de discriminación. Las iglesias cristianas, por ejemplo, se enfrentaron a restricciones más estrictas que las mezquitas. Además, después de haber ordenado cerrar todos los lugares de culto al principio de la pandemia, el Gobierno fue reabriendo gradualmente las mezquitas e incluso las iglesias católicas, pero no las iglesias protestantes.
En cuanto a las comunidades ahmadíes, en julio de 2021, expertos en derechos humanos de la ONU manifestaron su profunda preocupación por la falta de atención a las graves violaciones de los derechos humanos perpetradas contra la comunidad musulmana ahmadí en todo el mundo, incluida Argelia. El 6 de junio de 2022, el Tribunal de Primera Instancia de Bugía acusó a 18 personas identificadas como ahmadíes de «participación en grupo no autorizado» y de «denigrar el islam», conforme al artículo 46 de la Ley de Asociaciones y al artículo 144 bis.2 del Código Penal argelino, respectivamente. Tres de ellos (Reduan Fufa, Cherif Mohamed Ali y Jiredin Ahman) fueron condenados a un año de prisión y el resto del grupo a seis meses de prisión, además de imponerles multas. Tras apelar, los 18 individuos fueron exonerados de sus cargos y puestos en libertad.
En Argelia se aplica la legislación sobre blasfemia, que afecta desproporcionadamente a las minorías religiosas. El 22 de marzo de 2021, un juez de Orán confirmó la condena de cinco años de prisión para Hamid Sudad, cristiano condenado por publicar una caricatura del profeta del islam en su cuenta de Facebook en 2018. En abril de 2021 Said Djabelkhir, reputado islamólogo, fue condenado a tres años de prisión por «ofender» al islam en comentarios publicados en Facebook, pero apeló y el 1 de febrero de 2023 fue puesto en libertad. En mayo de 2021, los servicios de lucha contra la ciberdelincuencia de la wilaya (departamento) de Bumerdés, en el norte de Argelia, detuvieron a un varón de 33 años, cuya identidad no ha trascendido, por publicar en las redes sociales «falsificaciones de versículos coránicos y hadices».
Sliman Buhafs salió de prisión en 2018, tras cumplir casi dos años de condena por violar las leyes argelinas contra la blasfemia. Viéndose nuevamente perseguido, en octubre de 2018 marchó a Túnez donde encontró asilo. Sin embargo, durante su estancia en este lugar continuaron las amenazas contra su vida, por teléfono y en las redes sociales. En agosto de 2021 le secuestraron en Túnez y fue devuelto a Argelia, donde le condenaron a tres años de prisión acusado de pertenecer a una «organización terrorista», de obtener fondos extranjeros para ella y de «menoscabar la unidad nacional». La médica, periodista y activista franco-argelina Amira Buraui fue condenada a dos años de cárcel por «atentar contra los preceptos del islam y del Profeta». Tras pasar unos meses en prisión, fue puesta en libertad y regresó a Francia.
El 6 de junio de 2021, un tribunal de apelación impuso al pastor Rachid Seigir y al dependiente de su librería, Muh Hamimi, una condena condicional de un año y una multa de 200 000 dírhams (1360 euros) por «quebrantar la fe» de los musulmanes con literatura cristiana en su librería de Orán. Las autoridades argelinas detuvieron a Mohamed Derrab, cristiano, en Tizi Uzu en enero de 2022 por predicar y ofrecer una Biblia a una persona en la calle. Condenado a 18 meses de prisión, las autoridades registraron su casa y confiscaron las Biblias que poseía.
En julio de 2021, un tribunal de Ain Defla, ciudad situada al oeste de la capital, Argel, condenó al cristiano converso Fudil Bahlul a una pena suspendida de seis meses de prisión y a pagar una multa de 100 000 dinares (680 euros) por haber recibido una transferencia de 200 euros de un amigo de Alemania, que se consideró «donación no autorizada». Se le acusó formalmente de distribuir Biblias para «difundir ideas venenosas entre jóvenes desempleados». En diciembre de 2021, rechazaron el recurso de Bahlul y mantuvieron su condena suspendida.
El 26 de septiembre de 2022, la administración argelina notificó a los miembros de la asociación cultural Azday Adelsan, creada en 1989, que eran objeto de una acción judicial para su disolución por transgredir la ley que rige la actividad asociativa y «escudarse en la asociación para la propagación del cristianismo distribuyendo CD y folletos en los municipios de Aokas y Tizi N'Berber». Además, la organización benéfica católica Cáritas Argelia cerró sus puertas definitivamente el 1 de octubre de 2022, a petición de las autoridades públicas argelinas.
Se observan tendencias preocupantes en la creciente islamización de la vida pública y la intolerancia contra las minorías religiosas en Argelia. El presidente del Alto Consejo Islámico y exministro de Asuntos Religiosos, Buabdellah Ghlamallah, desató la polémica en las redes sociales al afirmar, en un discurso pronunciado el 5 de mayo de 2021 con motivo del 90 aniversario de la Asociación de Ulemas Musulmanes Argelinos (creada en 1931 durante la colonización francesa), que «un argelino solo puede ser musulmán» y que «islam y nacionalismo son dos caras de la misma moneda».
En la mañana del 15 de febrero de 2022 los argelinos vieron por primera vez desde que Argelia se independizó de Francia en 1962 a una presentadora de informativos con velo dando una noticia en la televisión estatal. La Autoridad de Regulación del Sector Audiovisual (Arav) decidió cerrar definitivamente el canal de televisión «Al Adywa» después de que emitiera el domingo por la noche «escenas ofensivas y contrarias a los valores de nuestra sociedad y nuestra religión». Un imán hizo comentarios insultantes sobre los ciudadanos que asistían a una gala de arte musical, llamándoles «escoria» e «irreligiosos», según algunos de los presentes. Los comentarios se emitieron por los altavoces de la mezquita.
En diciembre de 2022, la famosa estatua de una mujer desnuda que adorna la fuente de Ain El Fuara, en el centro de Sétif, fue objeto de actos de vandalismo que algunos interpretaron como una intensificación de la intolerancia religiosa. El ministro de Comercio y Promoción de las Exportaciones, Kamel Rezig, lanzó en enero de 2023 en Argel una campaña nacional de sensibilización sobre productos como juguetes, artículos escolares, ropa e incluso el Corán «que contienen colores y símbolos perjudiciales para la religión y los valores morales de la sociedad argelina», con el fin de «proteger los intereses morales del consumidor argelino».
En 2022 se incautaron y destruyeron 38 542 productos, entre ellos artículos escolares y juguetes infantiles que presentaban colores y símbolos considerados «contrarios a la religión y a los valores de la sociedad argelina», además de 4561 ejemplares del Corán en cuyas páginas se habían utilizado colores etiquetados como «contrarios a la religión». El número de mujeres consideradas guías religiosas musulmanas (murchidas) pasó de 200 en 2002 a más de 1500 en 2022. La administración argelina de asuntos religiosos cuenta con 14 institutos de formación de imanes y líderes religiosos, además de una Escuela Nacional dependiente del mismo departamento. Siguiendo la política marroquí, se va a crear en Níger un nuevo instituto especializado en la formación de imanes y líderes religiosos, así como de guías religiosas (murchidas), cuya supervisión correrá a cargo de profesores argelinos especializados en orientación religiosa.
Tras la firma de un acuerdo entre el Ministerio argelino de Asuntos Religiosos y la Mezquita de París, todos los productos franceses importados en Argelia tendrán la certificación halal. Argelia envía cada año 120 imanes a Francia, donde son destinados a diferentes mezquitas. Además, Argelia financia la Mezquita de París, la más importante de Francia.
Se ha informado de que los cristianos cabiles son presa de un nivel de persecución sin precedentes. Esto se ha traducido en el cierre de sus lugares de culto, en la citación de líderes cristianos por parte de la gendarmería y la policía, y en el acoso y la apertura de procedimientos judiciales por hacer proselitismo o practicar una religión distinta del islam sin autorización. Los grupos de la oposición han acusado a las autoridades nacionales de reclutar a no menos de 100 imanes para enseñar árabe y el Corán con el fin de proseguir la arabización de las aldeas cabilas.
Dadas las circunstancias internas (el creciente descontento de la población argelina, la fractura constitucional y la tendencia dictatorial del Gobierno), no se espera que mejore la situación de las minorías religiosas, en particular la de los cristianos y ahmadíes, sino que probablemente aumentará la intolerancia y la discriminación que sufren, convirtiéndolas en blanco fácil de ataques. A pesar de estas tendencias, y en el marco del fomento del diálogo entre las comunidades musulmana y cristiana, la basílica de Nuestra Señora de África de Argel organizó la 7ª edición de la famosa Jornada Mariana Musulmano-Cristiana (JMIC) celebrada en Argelia el 7 de mayo de 2022, como parte de las celebraciones del 150 aniversario de la basílica.
Futuro de la libertad religiosa
En Argelia solo queda una aparente libertad de culto, y un mero hilo de diálogo interreligioso que ha sobrevivido a leyes anticonversión y a la imposición de límites a la libertad de expresión cada vez más restrictivos. El concepto de derechos humanos parece aplicable solo a los musulmanes, según los preceptos del Gobierno y como resultado de la presión social. Si a esto se añade la abierta «arabización» de las zonas cabilas y el cierre de la organización pontificia de ayuda Cáritas Argelia, las perspectivas para la libertad religiosa en Argelia siguen siendo negativas y deben observarse por si se deterioran aún más.