Las Islas Marshall, situadas entre Hawái y Australia, son «un archipiélago constituido por un grupo de 29 atolones distribuidos en dos cordilleras, formada cada una de ellas por numerosos islotes y cinco islas».
La Constitución del país garantiza el derecho de toda persona al «libre ejercicio de la religión» (artículo II, 1, 1). La ley puede imponer «restricciones razonables» al ejercicio de este derecho en caso de que «sea necesario para preservar la paz, el orden, la salud o la seguridad públicos, así como los derechos y libertades de otras personas» (artículo II, 2, 2a).
Conforme al artículo II (2, 2c), tales limitaciones tienen que perseguir este objetivo utilizando los medios menos restrictivos posibles y no pueden «sancionar conductas por estar en desacuerdo con las ideas o creencias expresadas».
No es obligatorio que los grupos religiosos se inscriban en ningún registro gubernamental. Conforme a la Constitución del país, ninguna actuación ejecutiva ni judicial discriminará por causa de la religión, ya sea de forma expresa o en su aplicación práctica (artículo II, 12, 2).
La Constitución permite también que el Gobierno financie «instituciones sostenidas por grupos religiosos» (artículo II, 1, 3) que ofrezcan servicios educativos, médicos u otros de carácter social, con la condición de que no haya discriminación entre los distintos grupos en el acceso a dicha financiación.
Los marshaleses son mayoritariamente cristianos y el cristianismo ha sido la principal influencia cultural desde que los misioneros occidentales llegaron a las islas en el siglo XIX. Aunque no es la religión oficial del Estado, los actos gubernamentales y otras reuniones oficiales públicas suelen comenzar y concluir con una oración cristiana.
Los grupos religiosos más importantes son la Iglesia unida de Cristo, las Asambleas de Dios y la Iglesia católica romana. Entre los grupos minoritarios se cuentan los bahaíes, la Iglesia ni Cristo, los judíos, los hindúes, los musulmanes ahmadíes y los baptistas; estos y otros grupos minoritarios constituyen en conjunto menos del 5% de la población.
En 2012, la comunidad islámica ahmadí abrió su primera mezquita en la capital, Majuro. Sigue siendo la única mezquita de las Islas Marshall.
El país es miembro del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
Aunque la comunidad islámica ahmadí ha denunciado algunos casos de intolerancia social (relacionados principalmente con informaciones aparecidas en los medios de comunicación que vinculan el islam con la violencia), durante el período estudiado en este informe normalmente se ha respetado a los ahmadíes de las Islas Marshall y han tenido libertad para practicar su religión. James Matayoshi, alcalde del atolón Rongelap, declaró que «los cristianos han mostrado algunos prejuicios contra ellos (los musulmanes ahmadíes)», aunque Sayid Iqbal, imán de la mezquita de Majuro, afirmó que «los ahmadíes de las Islas Marshall son conscientes del privilegio que supone practicar su religión libremente».
Las perspectivas de la libertad religiosa son positivas y no hay nada que indique que la situación de la libertad religiosa en las Islas Marshall vaya a cambiar en un futuro próximo.