En Fiyi, la religión está estrechamente unida a la etnia. En torno al 55% de la población está compuesta por indígenas fiyianos (iTaukei) que son mayoritariamente cristianos, mientras los indofiyianos, el segundo grupo étnico más numeroso (el 37,5% de la población) son fundamentalmente hindúes con un amplio componente musulmán. Alrededor de la tercera parte de la población de Fiyi es metodista .
Fiyi es un Estado laico conforme a la Constitución de 2013 que establece la separación entre el Estado y la religión (sección 4,3) así como la libertad de religión, conciencia y creencias (sección 4,3). La Constitución prohíbe la discriminación basada en la religión y penaliza la incitación al odio, incluida la debida a motivos religiosos (sección 17, 2, c, l, y sección 26, 3, a).
El principio de libertad religiosa se suele respetar. Las autoridades exigen que los grupos religiosos se registren.
Se permite la formación religiosa, que no es obligatoria. Los grupos religiosos pueden dirigir colegios propios siempre y cuando mantengan los estándares prescritos por ley. También pueden tener propiedades, a través de síndicos, después de haberse inscrito en el registro del Gobierno.
En agosto de 2018, Fiyi firmó el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (ICCPR) que entró en vigor en noviembre del mismo año.
En octubre de 2018, el Fiji Times informaba de que, para la mayor parte de los partidos políticos que participaban en la campaña que culminaría en las elecciones generales de noviembre, «la raza y la religión son cuestiones que importan a la ciudadanía y que es esta ciudadanía la que las suscita y expresa». Sitiveni Rabuka, líder del Partido Social Demócrata Liberal (SODELPA), en la oposición, declaró que el primer ministro Voreqe Bainimarama se equivocaba al sugerir que el SODELPA es etnocéntrico, solo porque lo apoyan sobre todo iTaukei cristianos.
Tras realizar unas mil entrevistas, el Fiyi Sun concluía, en julio de 2018, que el 60% de los entrevistados estaba de acuerdo con la afirmación de que «la oposición está utilizando en su campaña la raza y la religión». Además denunciaban que Jashwant Lal, residente en Nukuloa, había contado que un candidato provisional del partido Federación Nacional, en la oposición, le había instado a votar a su partido, pues «si gana el Fiji First [partido en el Gobierno], el fiscal general Aiyaz Sayed-Jaiyum hará que todos sean musulmanes». Además acusaban a otros tres candidatos provisionales del Partido Federación Nacional de haber «expresado sentimientos antimusulmanes en sus campañas políticas». Los candidatos negaron estas acusaciones y el presidente de la Comisión Electoral afirmó que no se iba a tolerar este comportamiento.
El Fiji Sun también informó de que en el período previo a las elecciones del 14 de noviembre de 2018 se había producido un incremento general del número de entradas antimusulmanas en las redes sociales.
Respecto a la pandemia de la COVID-19, como pequeña nación aislada que es, Fiyi está bien situada geográficamente para poder manejarla. Desde el 8 de septiembre de 2020 no tiene ningún caso nuevo y solo ha registrado 32, de los cuales 8 siguen enfermos .
Sin embargo, como en el resto del mundo, el virus ha tenido consecuencias: el mercado del turismo y los viajes ha quedado destrozado, se ha interrumpido la cadena de abastecimiento, se ha incrementado la violencia doméstica, etc. Al principio de la pandemia, en Fiyi también se suprimieron los servicios religiosos para atajar el brote.
En Fiyi está establecida y protegida la libertad religiosa y nada indica que esto vaya a cambiar en un futuro próximo. Sin embargo, la religión, la raza y la política están íntimamente relacionadas en la sociedad fiyiana y en ocasiones es difícil aislar los elementos religiosos y culturales de algunos incidentes.
En un pasado no tan lejano, los indofiyianos sufrieron leyes y políticas discriminatorias; las tensiones culturales también han tenido repercusiones sobre la sociedad civil. Actualmente, los fiyianos ya no padecen estos problemas a pesar de haberse producido algunos incidentes aislados. El principio de libertad religiosa se presenta con frecuencia como un valor importante en el ámbito púbico.