La Constitución bahameña subraya en su preámbulo el respeto a los valores cristianos y al Estado de derecho. También hace referencia a la supremacía de Dios y consagra los derechos y las libertades fundamentales del individuo.
El artículo 15 de la Constitución establece que todo individuo tiene derecho a la protección de sus derechos y libertades fundamentales, incluidas las de conciencia, expresión, reunión y asociación, sujetos siempre al respeto a los derechos y libertades de los demás y al interés general, sin distinción de raza, lugar de origen, opinión política, color, credo o sexo.
El artículo 18 garantiza el derecho a la objeción de conciencia al servicio militar.
Conforme al artículo 22 (1), no se impedirá a nadie el ejercicio de su libertad de conciencia, incluidas la libertad de pensamiento y religión, la libertad de cambiar de religión o de creencias y la libertad de manifestarla y difundirla mediante el culto, la enseñanza, la práctica y la observancia, ya sea individual o colectivamente, en público o en privado.
El artículo 22 (2) establece que no se obligará a nadie que asista a un centro educativo a recibir formación religiosa ni a participar en ninguna ceremonia u observancia que no sea de la religión que profesa, sin su consentimiento (o el de su tutor, en el caso de los menores de 18 años).
El artículo 22 (3) estipula que no se prohibirá ni impedirá a ningún organismo o confesión impartir formación religiosa a sus miembros, reciba o no subvenciones estatales.
Finalmente, el artículo 22 (4), afirma que no se puede obligar a nadie a prestar juramento de forma contraria a su religión o creencias.
La comunidad rastafari reclamó que le sea reconocido el derecho al uso religioso del cannabis. En junio de 2019 anunciaron sus planes de demandar al Gobierno por negarse a permitirlo, argumentando que es una violación de su derecho constitucional a la libertad religiosa.
En junio de 2019, tuvo lugar una ceremonia con ocasión del inicio de la reconstrucción de la iglesia de la Comunidad baptista de Sión, destruida por un incendio. Al acto asistieron pastores de otras Iglesias.
Varias Iglesias con sede en Estados Unidos acudieron en ayuda de los bahameños tras la devastación causada por el huracán Dorian en septiembre de 2019.
En noviembre de 2019, se celebraron los 130 años de la educación católica en las Bahamas.
En marzo de 2020, las autoridades civiles y religiosas tomaron medidas para prevenir la propagación de la pandemia de COVID-19, entre ellas el cierre temporal de las iglesias y otros lugares de culto.
En mayo de 2020, el obispo Walter Hanchell, presidente de la Iglesia Gran Comisión, se quejó de que, a la hora de aliviar las restricciones del confinamiento, el Gobierno daba prioridad a «negocios que fomentan el vicio» antes que a la Iglesia.
Ese mismo mes, el Gobierno permitió la reapertura de las Iglesias bajo unas estrictas normas de distancia social. El primer paso fue autorizar los «servicios con asistencia desde el coche»: los fieles permanecen en su automóvil sin posibilidad de recibir la comunión.
En el período 2018-2020, no se han denunciado incidentes de intolerancia o racismo contra grupos religiosos, salvo para la religión que promueve el uso sacramental del cannabis y alega discriminación. La situación permanece sin cambios significativos y las perspectivas para la libertad religiosa en un futuro próximo son positivas.