Marco legal sobre libertad religiosa y su aplicación efectiva
La Constitución australiana prohíbe que el Gobierno promulgue «cualquier ley dirigida a establecer una religión, o a imponer una observancia religiosa, o a prohibir el libre ejercicio de cualquier religión, o establecer requisito religioso alguno como condición para acceder a cualquier cargo o mandato público».Australia está integrada en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos que garantiza la libertad de pensamiento, conciencia y religión. El derecho a la libertad religiosa se puede restringir en algunas circunstancias, por ejemplo cuando sea necesario para proteger la seguridad, el orden o la salud públicos o los derechos y libertades fundamentales de otros. Tasmania es el único estado o territorio australiano cuya Constitución garantiza expresamente «la libertad de conciencia y la libre profesión y práctica de la religión».La discriminación por motivos de religión o de antecedentes étnico-religiosos está explícitamente prohibida por la ley en siete de los estados y territorios, con la única excepción de Australia del Sur. Todos ellos, salvo este último, cuentan con organismos que investigan las denuncias de discriminación religiosa.En agosto de 2016, la Asamblea Legislativa del Territorio de la Capital Australiana, el órgano representativo de la capital federal de Camberra y sus alrededores, aprobó una ley contra la denigración en relación con el odio religioso. Dicha ley tipifica como delito la incitación al «odio, rechazo, profundo desprecio o ridiculización grave de una persona o grupo de personas» por causa de las convicciones religiosas.Los grupos religiosos no tienen obligación de inscribirse en ningún registro estatal, pero, para conseguir la exención de impuestos, las organizaciones religiosas sin ánimo de lucro tienen que solicitarla a la Oficina Tributaria Australiana.La escuela pública de todos los estados y territorios australianos imparte algún tipo de formación religiosa; en algunos funciona un sistema de «adhesión» y en otros de «exclusión». En 2016, el estado de Victoria introdujo un nuevo plan de estudios en la escuela pública con la opción de adhesión: se eliminó la formación religiosa pero se permite que los alumnos soliciten las clases de religión y las reciban en el centro escolar durante «un máximo de 30 minutos semanales, a la hora de comer o en la hora previa o posterior al horario escolar»El partido One Nation (‘Una Nación’) obtuvo cuatro escaños en el Senado en las elecciones federales de julio de 2016. El programa del partido incluía los siguientes puntos: frenar la inmigración musulmana, prohibir el uso del burka y el nicab en público, no permitir la construcción de nuevas mezquitas y vigilar las existentes. Su líder, Pauline Hanson, fue criticada por llevar un burka al Parlamento como maniobra para apoyar la prohibición de la vestimenta musulmana. El fiscal general George Brandis advirtió a Hanson que se cuidase de ofender «los sentimientos religiosos de los australianos» y declaró que «burlarse de la vestimenta religiosa [de una comunidad] es algo deplorable»En junio de 2016, el Tribunal Supremo federal denegó un recurso de apelación contra la construcción de una mezquita en Bendigo, Victoria, y condenó en costas al demandante principal. En 2017, el Gobierno encargó un estudio sobre las reacciones suscitadas por la presencia de la mezquita en Bendigo para comprender mejor las consecuencias de la polémica por la división creada entre los habitantes y, especialmente, sobre la comunidad musulmana.En septiembre de 2017, tres miembros de un grupo de ultraderecha fueron condenados por incitar a menospreciar y ridiculizar a los musulmanes durante una manifestación que se llevó a cabo en octubre de 2015 contra la construcción de la mezquita de Bendigo. Durante el acto, degollaron a un muñeco con una espada de juguete en el exterior del Ayuntamiento de Bendigo mientras cantaban Allahu Akbar (‘Dios es el más grande’) y vertían sangre falsa.Según un informe de 2017, «la comunidad judía es la única comunidad de Australia cuyos lugares de culto, colegios, organizaciones comunales y centros de la comunidad necesitan, por motivos de seguridad, estar protegidos por vallas altas, guardas armados, detectores de metales, cámaras de vigilancia, etc. Las fuerzas de seguridad reconocen esta necesidad que surge del arraigado antisemitismo de las culturas occidental y musulmana cuya consecuencia es una gran incidencia de agresiones físicas contra los judíos y los edificios comunales judíos a lo largo de las tres últimas décadas, además de amenazas continuas».En noviembre de 2016, la ciudad de Sídney aprobó de forma retroactiva un eruv construido un año antes en el barrio de St. Ives. «Un eruv es un sistema de conducción por cables colocados a varios metros de altura aprovechando los postes de la luz en terrenos públicos. Permite a los miembros practicantes de la comunidad judía realizar en sabbat actividades que sin este sistema no podrían llevar a cabo». Miembros de la comunidad cristiana defendieron la medida, llegando uno de ellos a decir: «No hay sitio para la exclusión, la discriminación o el antisemitismo».En agosto de 2017, un tribunal mantuvo la prohibición de construir una nueva sinagoga en Bondi, barrio periférico de Sídney, impuesta por un ayuntamiento local ante el temor a que constituyera «un riesgo inasumible para la seguridad» como posible objetivo del Dáesh. El jefe de la comunidad judía local manifestó que la decisión del ayuntamiento y del tribunal «no tiene precedentes», y añadió que «tiene unas consecuencias enormes. Implica, básicamente, que no se debería permitir a ninguna organización judía ubicarse en zonas residenciales. Acabará borrando la existencia y la actividad judía de Sídney y, en realidad, de toda Australia, ya que supondrá un precedente, además de que, por extensión, será una victoria del terrorismo». A finales de septiembre de 2017, se presentó al ayuntamiento un proyecto modificado con mayores medidas de seguridad.Incidentes
Según un informe del Consejo Ejecutivo de la Judería Australiana, en el período comprendido entre el 1 de octubre de 2016 y el 30 de septiembre de 2017, el número de incidentes antijudíos se elevó en un 9,5 % respecto al año anterior, debido principalmente al incremento de las pintadas y los carteles. Mientras el número de «agresiones» permaneció estable, las «amenazas» aumentaron en un 39 %. Este Consejo registró 230 incidentes: tres agresiones físicas, 76 casos de acoso, hostigamiento o intimidación, 66 de daños contra la propiedad, vandalismo o pintadas y un total de 85 amenazas de distintos tipos.Entre las agresiones físicas, destaca la sufrida por un judío en el aparcamiento de un centro comercial de Melbourne, donde empezaron a insultarle para después darle un puñetazo y tirarlo al suelo. Es también reseñable la de un estudiante judío al que insultaron en un autobús de Sídney, después le escupieron, y finalmente le dieron patadas y puñetazos en el pecho. Los casos de acoso y hostigamiento se han producido en los alrededores de sinagogas y de otros centros judíos, y destacan los insultos y amenazas proferidos desde coches en marcha.Entre los incidentes de vandalismo se cuenta el sufrido por un rabino cuando lanzaron piedras contra la ventana de su casa. En varias ocasiones han grabado esvásticas en coches propiedad de judíos. En agosto, septiembre y diciembre de 2016 rompieron en varias ocasiones los cables del eruv de St. Ives y en septiembre de 2016 hicieron añicos el cristal de la puerta principal de una sinagoga de Camberra. En febrero de 2017 hackearon el sistema de ordenadores de una organización judía utilizando el nombre del Dr. Mengele.En un informe que estudia 14 meses entre los años 2014 y 2015 (el último disponible), se analizan los 243 incidentes recogidos en el Registro de Islamofobia de Australia. Una de las conclusiones es que las mujeres que llevan la cabeza cubierta constituyen el objetivo principal de la islamofobia. El informe también manifiesta que las personas que presencian los hechos se muestran reacias a intervenir, ya que solo el 25 % de las víctimas declaró que los testigos se habían involucrado.En junio de 2016, arrojaron bombas incendiarias contra un coche y pintaron mensajes antimusulmanes con espray en el muro exterior de la mezquita de Perth mientras cientos de personas estaban rezando dentro. Esa misma semana, otra mezquita de Perth sufrió un ataque vandálico con pintadas y la colocación de una cabeza de cerdo en el exterior de la puerta principal. En julio de 2016, se cometió un acto de vandalismo contra una mezquita de Adelaida en la que se pintó un grafiti con las palabras «Musulmanes no» y símbolos nazis.En abril de 2017 pintaron con espray un grafiti antimusulmán y racista en una valla en Bundaberg, Queensland. Los líderes de la comunidad respondieron pronunciándose en contra de la intolerancia y la ignorancia, y apoyando a la comunidad musulmana. En julio de 2017, en la entrada principal de la Universidad Islámica Internacional de Brisbane, dejaron una cabeza de cerdo y una mochila con una esvástica.En mayo de 2016, las autoridades investigaron varios incendios provocados en iglesias ortodoxas de Melbourne y Sídney. Además, en los meses de abril y mayo de 2016, unos pirómanos destruyeron dos lugares de culto en Geelong: una iglesia presbiteriana y la mezquita principal ubicada en una antigua iglesia cristiana.En diciembre de 2016, un activista condujo un camión hasta la puerta de un edificio propiedad del Australian Christian Lobby y lo hizo explotar, provocando daños por valor de 100 000 USD. El autor confesó a la policía que había atentado contra esa organización porque le disgustaba «su postura en el tema sexual» y porque «las religiones han fracasado».En abril de 2017, cuatro hombres insultaron a un varón ortodoxo que llevaba un crucifijo grande al cuello. Además, le arrancaron el crucifijo y lo pisotearon. Un ministro baptista comentó que se trata de la cuarta agresión por motivos religiosos contra los cristianos de la que ha oído hablar en seis meses.En octubre de 2017, se realizó una encuesta por correo sobre la ley del matrimonio en Australia con el fin de ganar apoyo para el matrimonio entre personas del mismo sexo. En ese tiempo varias iglesias fueron profanadas con pintadas con lemas como «Golpead a los fanáticos» y «Crucificad a los que voten “no”», a pesar de que las iglesias no habían dicho a los fieles qué debían votar en la encuesta.Futuro de la libertad religiosa
Durante el período estudiado en este informe, el Gobierno australiano no ha introducido nuevas restricciones a la libertad religiosa ni ha aumentado las que había. Sin embargo, se observa que en Australia se ha incrementado el riesgo de intolerancia social hacia las religiones, alimentada por cuestiones culturales como el matrimonio, los conflictos geopolíticos y los sentimientos en contra de la inmigración.