Conclusiones principales
1. Este informe sobre Libertad Religiosa en el Mundo pone de manifiesto que en el período estudiado, la libertad religiosa ha disminuido en 11 (casi la mitad) de los 23 países clasificados como de “Persecución”. En otros siete de los países incluidos en esta categoría, los problemas ya son tan agudos que apenas pueden empeorar. Nuestro análisis también demuestra que de los 38 países que sufren violaciones graves de la libertad religiosa, el 55 por ciento se ha mantenido estable en lo que a la libertad religiosa se refiere y en el 8 por ciento de ellos (es decir, tres países: Bután, Egipto y Qatar) la situación ha mejorado.
2. El informe demuestra que, contrariamente a la opinión generalizada, los gobiernos no son los principales responsables de la persecución. Agentes no estatales (por ejemplo organizaciones fundamentalistas o terroristas) son los principales perseguidores en 12 de los 23 países en los que se cometen los peores atropellos (categoría “Persecución”).
3. Durante el período estudiado se ha asistido al surgimiento de un nuevo fenómeno de violencia basada en la religión que podríamos llamar “hiperextremismo” islamista, un proceso de máxima radicalización con una violencia sin precedentes. Se caracteriza por:
a) El credo extremista y el sistema legal y de gobierno radicales.
b) El intento sistemático de aniquilar o expulsar a cualquier grupo que no se ajuste a sus opiniones, entre los que se cuentan sus correligionarios moderados y los grupos que siguen tradiciones diferentes a las suyas. c) El trato cruel a sus víctimas.
d) El uso de las redes sociales, sobre todo para reclutar a sus seguidores y para intimidar a quienes se les oponen mediante la exhibición de una violencia sin límites.
e) La repercusión a nivel mundial favorecida por grupos extremistas asociados y el apoyo de redes dotadas con abundantes recursos.
Este fenómeno nuevo ha tenido efectos negativos sobre la libertad religiosa en todo el mundo:
a) Desde mediados de 2014 se han cometido violentos atentados islamistas en uno de cada cinco países del mundo, desde Suecia hasta Australia pasando por 17 países africanos.
b) En algunas zonas de Oriente Medio, entre ellas Siria e Irak, el hiperextremismo está eliminando toda forma de diversidad religiosa y amenaza con seguir haciéndolo en otros lugares de África y del subcontinente indio. Se pretende sustituir el pluralismo religioso por una sola religión.
c) El extremismo y el hiperextremismo islamista que se observan en países como Afganistán, Somalia y Siria han
constituido un factor clave en el repentino incremento del número de refugiados que, según las cifras aportadas por las Naciones Unidas sobre el año 2015, ha aumentado de 5,8 millones a 65,3 millones. d) En Asia Central, los regímenes autoritarios están utilizando la violencia hiperextremista como pretexto para imponer medidas desproporcionadamente fuertes sobre las minorías religiosas, restringiendo todo tipo libertades civiles, entre ellas la religiosa; e) En Occidente, este hiperextremismo corre el riesgo de desestabilizar el tejido social y religioso. En concreto, en países que esporádicamente son objetivo de los fanáticos y que están sometidos a la presión de recibir una cantidad de refugiados sin precedentes con una fe diferente a la de las comunidades autóctonas, en su mayoría. Un claro efecto dominó ha llevado al surgimiento de grupos de derechas y populistas, a restricciones a la libertad de movimientos, a discriminación y violencia contra los miembros de los credos minoritarios y al deterioro de la convivencia hasta en los colegios públicos.
4. Se ha producido un repunte de los atentados antisemitas, especialmente en algunas zonas de Europa.
5. Los principales grupos islámicos están empezando a oponerse al fenómeno hiperextremista mediante declaraciones públicas y otras iniciativas en las que condenan la violencia y a quienes están detrás de ella.
6. En países como la India, Pakistán y Birmania, en los que una religión concreta se identifica con el Estado nación, se han dado pasos para defender los derechos de ese credo por encima de los derechos de los demás creyentes. Esto ha llevado a la imposición de restricciones más rigurosas a los grupos religiosos minoritarios, mayores obstáculos a la conversión y sanciones más elevadas a la blasfemia.
7. En los países clasificados en la categoría de “Persecución”, por ejemplo Corea del Norte y Eritrea, la continua penalización de la expresión religiosa supone la negación absoluta de los derechos y libertades, es decir, prolongadas penas de prisión sin juicio justo, violación y asesinato.
8. En los regímenes autoritarios como China y Turkmenistán se ha llevado a cabo una nueva campaña contra los grupos religiosos que se niegan a seguir la línea del partido. Por ejemplo, en la provincia de Zheijang (China) y en las circundantes se han demolido las cruces de más de 2.000 iglesias.
9. Al definir el nuevo fenómeno del hiperextremismo islamista, el informe apoya las afirmaciones generalizadas de que los ataques a cristianos, yazidíes, mandeos y otras minorías que llevan a cabo el Daesh y otros grupos fundamentalistas constituyen una violación de la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio de las Naciones Unidas.
Religiøse symboler@Zahard/PantherMedia