Marco legal sobre libertad religiosa y su aplicación efectiva
La Asamblea General de las Naciones Unidas, el Consejo de Seguridad de la ONU y el Tribunal de Justicia Internacional consideran que los territorios palestinos se encuentran bajo la ocupación israelí. Los territorios palestinos nacieron en junio de 1967, cuando Israel conquisto zonas situadas más allá de las líneas establecidas en el armisticio de 1949, y que estaban hasta entonces en poder de Jordania y Egipto: Jerusalén Este, Cisjordania y la Franja de Gaza. En 1993, como resultado del llamado proceso de paz de Oslo, Israel y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) se reconocieron mutuamente de forma oficial. Un año después, la Autoridad (Nacional) Palestina se estableció como institución de autogobierno palestino en varias zonas de Cisjordania y Gaza, pero no en Jerusalén Este, que Israel considera parte integrante de su capital y donde la Autoridad Palestina no tiene potestad.
Las negociaciones bilaterales entre israelíes y palestinos dirigidas a crear un Estado palestino junto a Israel nunca han tenido éxito. En 2005, Israel abandonó Gaza pero sigue controlando el acceso a la Franja. El partido islamista Hamás tomó el control político de Gaza en 2007. Desde entonces, los territorios palestinos han estado divididos entre el gobierno de la Autoridad Nacional Palestina, internacionalmente reconocido en Ramala (Cisjordania), y Gaza, controlada por Hamás. Durante este tiempo, Israel y Hamás se han enfrentado militarmente en varias ocasiones. En noviembre de 2012, la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció a Palestina como Estado observador no miembro.
Actualmente, 139 Estados reconocen a Palestina, entre ellos la Santa Sede. En 2015, la Santa Sede y el Estado de Palestina firmaron un Acuerdo Global, que entró plenamente en vigor en enero de 2016. El acuerdo global trata aspectos esenciales de la vida y la actividad de la Iglesia católica en Palestina, como el derecho de la Iglesia a operar en territorio palestino y el de los cristianos a practicar su fe y participar plenamente en la sociedad.
Los palestinos son en su mayoría musulmanes suníes, pero existe una comunidad cristiana autóctona de alrededor de 50 000 miembros (incluidos los que residen en Jerusalén Este) y una minúscula comunidad samaritana de unos 400 miembros que vive cerca de Nablus. Más de 650 000 colonos judíos viven en los territorios palestinos y Jerusalén Este, en asentamientos que la legislación internacional considera ilegales.
Palestina no tiene una constitución permanente, pero la Ley Básica Palestina sirve como carta magna temporal. En ella se dispone que «el islam es la religión oficial en Palestina. Se mantendrá el respeto por la santidad del resto de las religiones divinas. Los principios de la sharía islámica serán la fuente principal de la legislación» (artículo 4). Garantiza que «todos los palestinos serán iguales ante la ley y el poder judicial, sin distinción de raza, sexo, color, religión, opinión política o discapacidad» (artículo 9). Igualmente, «están garantizadas la libertad de creencia, culto y celebración de las ceremonias religiosas, siempre y cuando no perturben el orden o la moral públicos» (artículo 18). Por su parte, la Ley declara que los asuntos que entran bajo la jurisdicción de la sharía y el estatuto personal serán tratados en tribunales de sharía y religiosos, conforme a la ley (artículo 101).
La conversión desde el islam a otra religión no está explícitamente prohibida, pero en la práctica no se produce debido a la fuerte presión social. El proselitismo sí está prohibido.
En virtud de un decreto presidencial de 2017, los alcaldes de Ramala, Belén, Beit Yala y otros siete municipios tendrían que ser palestinos cristianos, aunque los cristianos no sean mayoría en esas ciudades. Otro decreto presidencial de 2021 reserva siete escaños a los cristianos en el Consejo Legislativo Palestino, de 132 miembros. El presidente palestino Mahmud Abás tiene ministros y asesores cristianos. Los cristianos también están representados en el servicio exterior y en la administración interna de la Autoridad Palestina.
Un decreto presidencial de 2008 reconoce oficialmente 13 confesiones cristianas. Entre ellas están la Iglesia católica romana, la ortodoxa griega y la apostólica armenia. Los tribunales eclesiásticos juzgan las cuestiones de estatuto personal como el matrimonio, el divorcio y las herencias, conforme a las leyes de cada una de estas Iglesias. Otras Iglesias, sobre todo las evangélicas, no están oficialmente registradas pero pueden funcionar con libertad. No obstante, no gozan de los mismos derechos en los asuntos de estatus personal. En 2019, se le otorgó reconocimiento legal al Consejo de Iglesias Evangélicas Locales de Palestina.
Incidentes y acontecimientos
Año 2021
En mayo de 2021, el ministro palestino de Asuntos Exteriores, Riyad al Maliki, declaró que la Autoridad Palestina considera a los cristianos palestinos como «parte integral, esencial y sólida del pueblo palestino, no importa cuál sea el porcentaje de cristianos de Palestina». En la entrevista con la Agenzia Fides, el ministro al Maliki declaró: «No vemos a los cristianos como una comunidad diferente [...] Estaban en Palestina antes que los musulmanes. Por lo tanto, si hablamos de antigüedad, en Palestina tienen prioridad sobre los musulmanes».
En mayo de 2021, el obispo católico emérito Giacinto-Boulos Marcuzzo, vicario patriarcal del Patriarcado Latino de Jerusalén para Palestina y la Ciudad Santa, criticó los bombardeos aéreos israelíes de Gaza por no ser proporcionados. Las incursiones israelíes se produjeron tras el lanzamiento de misiles por parte de grupos islamistas hacia el territorio de Israel. Previamente, Hamás había dado un ultimátum a Israel para que retirara sus fuerzas del Monte del Templo (la Explanada de las Mezquitas), situadas allí a raíz de unos enfrentamientos con palestinos. Durante las incursiones en Gaza, resultaron dañadas algunas casas cristianas, además del convento y la guardería de las Hermanas del Rosario. El conflicto en el que murieron más de 250 personas, la mayoría en Gaza, terminó con un alto el fuego. Fathi Hamad, miembro de la oficina política de Hamás, declaró más tarde, durante una concentración organizada en Gaza en memoria de los fallecidos, que los «judíos son un pueblo traicionero. No puede haber paz con los judíos». En mayo de 2021, Hamás también convocó un «día de furia» en Cisjordania para protestar por la reanudación de las visitas de fieles judíos al complejo de la mezquita de Al Aqsa y el Monte del Templo de Jerusalén, que se habían suspendido.
En junio de 2021, la publicación de un estudio financiado por la Unión Europea sobre los libros de texto palestinos suscitó gran polémica. El estudio concluía que en los libros de texto del curso académico 2020/2021 no solo estaban infrarrepresentados los puntos de vista femeninos y cristianos, sino que además contenían textos e imágenes que fomentan la división, entre ellos una serie de modificaciones en una unidad didáctica que añadían contenido antisemita. Según la ONG IMPACT-se, los nuevos libros de texto son «más radicales» y destacan por «incluir de forma sistemática alusiones a la violencia, el martirio y la yihad en todos los cursos y asignaturas».
En agosto de 2021, fue bombardeado un balneario de Gaza por celebrar un concierto mixto. No hubo víctimas. Previamente, un predicador salafista había denunciado el concierto como «corrupción organizada en la tierra de la yihad».
En septiembre de 2021, funcionarios palestinos criticaron al Patriarcado Armenio de Jerusalén por arrendar terrenos de la Iglesia ubicados en Jerusalén al ayuntamiento y a un inversor judío. Según el sitio de noticias sobre Oriente Medio Al-Monitor, Ramzi Jury, jefe del Comité Presidencial Superior de Asuntos de las Iglesias de Palestina, envió una carta al catolicós de Todos los Armenios, el patriarca Karekin II, calificando las transacciones de tierras del Barrio Armenio de la Ciudad Vieja de Jerusalén de violación del derecho internacional, ya que la zona del interior de la Ciudad Vieja es «parte integrante de los territorios palestinos ocupados» que se rigen por las resoluciones internacionales pertinentes.
Respecto al control israelí de Jerusalén, en octubre de 2021, la máxima autoridad religiosa del Estado palestino, el gran muftí Muhamad Huséin, declaró en la televisión de la Autoridad Palestina que la ciudad «ciertamente será liberada y volverá al abrazo del islam, noble y fuerte, con sus santos lugares y su gente, y el mal pasará, si Alá Todopoderoso lo quiere».
En noviembre de 2021, el Tribunal Supremo israelí rechazó un recurso palestino para impedir la construcción de un ascensor en la Tumba de los Patriarcas, la Mezquita de Ibrahim (Abrahán) en Hebrón.
En noviembre de 2021, retiraron del tejado de la mezquita de Nabi Samuel una menorá (candelabro judío) de Janucá tras las protestas palestinas. Según el periódico The Times of Israel, la menorá que los guardas de la Autoridad de la Naturaleza y Parques de Israel habían instalado en la tumba de Nabi Samuel, lugar sagrado para judíos y musulmanes, se trasladó a una sinagoga a la entrada. Este lugar se encuentra en Cisjordania, pero está controlado por Israel. Anteriormente, los residentes musulmanes se habían quejado de que se les había denegado su petición de colocar una media luna luminosa en lo alto de la mezquita. En agosto de 2021, las autoridades israelíes aprobaron un plan para la urbanización del yacimiento arqueológico y sagrado de Nabi Samuel. La ONG Emek Shaveh criticó dicho plan afirmando que ignora el pueblo de Nabi Samuel/Samwil, adyacente al yacimiento arqueológico, que carece de permisos de construcción porque no se ha aprobado ninguno de los planes directores.
En noviembre de 2021, un hombre armado de Hamás mató a tiros a un guía turístico israelí e hirió a otros cuatro cerca de la puerta del Haram al Sharif de Jerusalén. La policía israelí mató a tiros al agresor. Posteriormente, Hamás calificó el ataque de heroico.
En noviembre de 2021, Hamás advirtió de las repercusiones que tendría una visita prevista del presidente israelí Isaac Herzog a la Tumba de los Patriarcas/Mezquita de Ibrahim de Hebrón con motivo de la festividad judía de Janucá. Durante su visita, Herzog afirmó que «está fuera de toda duda la conexión histórica judía con Hebrón, con la Tumba de los Patriarcas, con el legado de los Patriarcas y las Matriarcas». En diciembre de 2020, el imán Mahmud al-Habásh, máxima autoridad islámica de la Autoridad Nacional Palestina, condenó la colocación de una menorá en el tejado del santuario por tratarse de un «sacrilegio» y una «profanación» del lugar sagrado. En diciembre de 2021, un israelí resultó herido leve tras ser apuñalado por una palestina cerca del santuario.
En diciembre de 2021, The Times of Israel informó de que en Cisjordania las agresiones violentas por parte de colonos judíos israelíes extremistas contra palestinos habían aumentado casi un 50% en 2020, y que, sin embargo, las detenciones y acusaciones siguen siendo relativamente pocas, salvo en los casos más extremos. Políticos de derechas criticaron al ministro de Seguridad Pública de Israel, Omer Barlev, por decir a un alto funcionario estadounidense que Israel se tomaba en serio el repunte de violencia de los colonos y que se ocuparía de ello.
En diciembre de 2021, un alumno judío de una escuela religiosa murió y otros dos resultaron heridos leves en un atentado cerca de Yenín, en Cisjordania. Posteriormente, las fuerzas de seguridad israelíes detuvieron a seis sospechosos palestinos.
En diciembre de 2021, una multitud de palestinos atacó a dos judíos ultraortodoxos israelíes que habían entrado en el centro de Ramala; la multitud prendió fuego a su coche. Las fuerzas de seguridad palestinas escoltaron a los israelíes, ilesos, hasta la salida.
Año 2022
En abril de 2022, unos palestinos irrumpieron en la Tumba de José, en Nablus, y causaron graves daños en el lugar. Rompieron la lápida de la tumba y prendieron fuego a las salas del recinto. Anteriormente, en diciembre de 2021, las fuerzas de seguridad de la Autoridad Palestina habían frustrado dos intentos de palestinos de prender fuego a ese lugar, venerado por los judíos. También en septiembre de 2021, palestinos armados atacaron unos autobuses que llevaban a unos 500 fieles judíos a rezar a la Tumba de José; las tropas israelíes respondieron al fuego y dos soldados israelíes resultaron heridos. En agosto de 2022, unos palestinos abrieron fuego contra israelíes que visitaban la Tumba de José. Dos visitantes resultaron heridos.
En abril de 2022, la Autoridad Palestina puso en libertad al pastor evangélico palestino Johnny Shahwan tras 40 días en prisión acusado de promover la «normalización» con Israel. En marzo, Shahwan había recibido en el centro donde ejerce su ministerio en Beit Yala al exparlamentario israelí Yehuda Glick. Glick es conocido como promotor de un nuevo Templo judío en el Monte del Templo (Explanada de las Mezquitas) de Jerusalén. El centro declaró que el pastor desconocía la identidad del visitante.
En abril de 2022, Hamás condenó la decisión del Tribunal Supremo israelí de limitar el número de cristianos autorizados a visitar la iglesia del Santo Sepulcro para la ceremonia ortodoxa del Fuego de Pascua a tan solo 4000 personas. Basem Naim, jefe de Relaciones Políticas y Exteriores de Hamás en Gaza, hizo extensiva la «felicitación [de la organización] a todos los cristianos palestinos por la celebración de esta fiesta religiosa». La Autoridad Palestina también condenó la decisión israelí afirmando que se trataba de «un desafío flagrante y peligroso a las religiones celestiales y sus santuarios, una provocación y un desprecio por todos los valores humanos y religiosos».
En agosto de 2022, Israel bombardeó Gaza, tratando de destruir infraestructuras de la Yihad Islámica Palestina. En respuesta, este grupo apoyado por Irán lanzó cohetes contra Israel. Al menos 44 palestinos murieron antes de que un alto el fuego pusiera fin al conflicto. Más tarde, el párroco de la iglesia católica de la ciudad de Gaza comentó que incidentes como el ocurrido entre Israel y la Yihad Islámica «alimentan el deseo de huir y un sentimiento de resignación y profundo desánimo, especialmente entre los cristianos».
Futuro de la libertad religiosa
El Islam suní es la religión oficial en los territorios palestinos, por lo que ningún residente —ni en Cisjordania, gobernada por Fatah, ni en Gaza, controlada por Hamás— disfruta de plena libertad religiosa, pues en la mayoría de las tradiciones islámicas no se contempla el aspecto fundamental de la libertad para cambiar de religión. Los cristianos de las Iglesias registradas solo gozan de libertad de culto, tanto individual como colectiva. Esto es especialmente cierto en Cisjordania, donde la Autoridad Palestina intenta mantener una buena relación con las Iglesias tradicionales.
Sin embargo, la sociedad musulmana, enormemente conservadora, impone límites estrictos a la actividad cristiana. Las restricciones son más severas en Gaza, donde Hamás y otros grupos islamistas controlan la vida cotidiana de musulmanes y no musulmanes. En Gaza y Cisjordania, ni los musulmanes ni los cristianos tienen libre acceso a Jerusalén Este, ocupada por Israel, pues dependen de los permisos israelíes para acudir a santuarios musulmanes y cristianos durante las festividades.
El actual conflicto político con Israel sigue debilitando la presencia cristiana en Cisjordania, pero aún más en Gaza. Los recientes y encarnizados enfrentamientos militares, la penuria económica agravada a causa de la COVID-19 y el temor omnipresente a nuevos conflictos pesan sobre la minoría cristiana.
La situación de la libertad religiosa no ha cambiado y las perspectivas de un cambio positivo hacia la plena libertad religiosa son escasas.