Los desafíos de la Iglesia católica en Asia y Oceanía son múltiples y varían grandemente según la zona. En la mayoría de los países de esta enorme región del planeta, los cristianos son una minoría y a menudo se ven sometidos a la discriminación. Además, la pobreza, las catástrofes naturales y, desde 2020, la pandemia de coronavirus dificultan la vida de la población, incluida también la de la Iglesia. ACN atendió a numerosas solicitudes de esa región, y en 2020 ayudó a la Iglesia de Asia y Oceanía con un total de 11,8 mill. euros. Una de nuestras prioridades fue la ayuda de emergencia contra el coronavirus.
El cristianismo nunca lo ha tenido fácil en los países de Asia. Con frecuencia, los cristianos son vistos como una influencia nociva del extranjero que amenaza al gobierno de turno y a la supuesta unidad religiosa de la nación. Movimientos nacionalistas, sistemas de gobierno autoritarios e incluso otras comunidades religiosas dificultan la vida de los cristianos y el libre ejercicio de su fe.

La Iglesia de Asia es testigo de la esperanza y de la compasión en medio de la crisis del coronavirus.
En algunos países, la discriminación social de los cristianos se ha agravado aún más durante la pandemia. Un ejemplo es el caso de Pakistán, donde la minoría cristiana ha sido excluida de las ayudas ofrecidas por el gobierno o las ONG locales. ACN ha facilitado allí ayuda de emergencia, principalmente en forma de materiales de protección y para garantizar el sustento de sacerdotes y religiosos, de modo que estos puedan seguir atendiendo a los más necesitados.
Pero también se producen acontecimientos esperanzadores. Asia y Oceanía son los únicos continentes –con excep–ción de África– en los que el número de ordenaciones de sacerdotes y religiosos va en aumento. Actualmente, solo en Asia viven alrededor de un 30% de los seminaristas de todo el mundo. ACN financia en todo lo posible su formación.