Primera catedral consagrada a la Madre Teresa de Calcuta en el mundo, construida en Kosovo con el apoyo de ACN

[vc_row][vc_column][vc_column_text]Veinte años tras la muerte de la Madre Teresa de Calcuta, miles de cristianos y musulmanes se congregaron para celebrar la consagración de la Concatedral Católica en Pristina. La catedral de Santa Teresa es, además, la única del mundo dedicada a la santa albanesa. La ceremonia llevada a cabo el 5 de septiembre – en el primer aniversario de la canonización de la Madre Teresa de Calcuta– no fue una mera inauguración, sino también un acto interreligioso y ecuménico.

La primera piedra de la catedral la puso en agosto de 2005 el ya fallecido primer presidente de Kosovo, Ibrahim Rugova. Las obras propiamente dichas comenzaron en 2007. Aid to the Church in Need (ACN) ha contribuido con un total de 1,4 millones de euros a la construcción de la catedral en las diferentes fases del proyecto (2007, 2009, 2014 y 2016). El Obispo, Mons. Dode Gjergji, dió así las gracias a la Fundación pontificia: “Nos embarcamos en este proyecto confiando en la Providencia divina, la fuerza de nuestra nación y las contribuciones de nuestra gente. Pensábamos que las obras durarían décadas. Aid to the Church in Need ha sido nuestro principal apoyo en este proyecto. ¡Gracias por la buena cooperación!”.

En nombre del presidente internacional de la ACN, el cardenal Mauro Piacenza, el asistente espiritual internacional, padre Martín Barta, dijo en su discurso: «Estoy extremadamente feliz de que la Fundación Pontificia ACN haya contribuido activamente a la construcción de esta Con-catedral. Santa Teresa de Calcuta: ruega por todos nosotros, hijos de Dios; ruega para que en esta tierra – demasiado tiempo bañada por la sangre y las lágrimas, herida por la violencia – esta iglesia que lleva tu nombre pueda ser un espacio de oración pura, encuentro, diálogo y respeto».

Aunque la Santa Sede todavía no ha reconocido la independencia lograda en 2008 de Serbia, el Papa Francisco nombró al Cardenal Ernest Simoni (88) enviado especial para dirigir la ceremonia. Mons. Simoni, de origen albanés, sobrevivió como sacerdote a casi 30 años de tortura en campos de trabajos forzados y fue condenado a muerte en dos ocasiones bajo la dictadura comunista de Enver Hoxha.

A la ceremonia acudieron Obispos ortodoxos de las Iglesias Ortodoxas Albanesa y Serbia, así como autoridades de varias comunidades musulmanas, pues aunque la comunidad católica sea una minoría en este país predominantemente musulmán, goza de un gran respeto y autoridad. Los musulmanes albaneses ven en los católicos y sus sacerdotes los salvaguardias de la identidad y la historia albanesas, y los poderes políticos kosovares han mostrado su especial reconocimiento hacia la Iglesia Católica kosovar al aprobar la construcción de la catedral de la Madre Teresa de Calcuta en Pristina, la capital.

Hace unos años, el anterior presidente de la Asamblea de Kosovo, Jakup Krasniqi, dijo que el apoyo político al proyecto es debido al lugar único que la Iglesia ocupa en su cultura e identidad nacional, pues los primeros testimonios escritos en lengua albanesa como, por ejemplo, la fórmula bautismal y las Escrituras, provienen de la Iglesia Católica. Esto, según Krasniqi, es el motivo por el que ambas religiones –el Islam y el Cristianismo– han convivido una al lado de la otra, lo cual es algo prácticamente único en esta zona de los Balcanes.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

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