Padre Germain Arama: la reconciliación es uno de los principales retos de la Iglesia Católica en Mali

El Padre Germain Arama estuvo de paso en Königstein el jueves, 21 de abril de 2016. Nacido en Mopti, estudió en el seminario de Bamako y ejerce actualmente de Ecónomo diocesano de la Diócesis de Mopti, en cuyo territorio viven unos 3 millones de personas.

En un país mayoritariamente musulmán, agitado por las rebeliones de los tuareg y la amenaza yihadista, ¿cómo es la situación de la Diócesis de Mopti, en el centro de Mali?

Estamos registrando una progresión considerable del número de católicos y de los sacramentos administrados, a saber, tan solo en 2015 tuvimos 1.400 bautizos, 674 confirmaciones, casi otras tantas comuniones y 140 bodas. Para que se puedan hacer una idea, en 2012 solo fueron entre 600 y 700 bautizos (!).

¿Cómo se explica este aumento?

Cuando la gente ve cómo viven los cristianos y lo que hacen por el prójimo, se convence de que estos han elegido el camino correcto. La gente se dice: “Ah, ciertamente, no son muchos, pero lo que hacen es realmente loable”. Hay muchas conversiones desde la religión tradicional de nuestros ancestros hacia el Catolicismo. Por ejemplo, un día una parroquia ayudó a la gente a construir pozos aquí y allá. Cuando los habitantes del pueblo se dieron cuenta de que eran cristianos los que los ayudaban, el jefe animista se convirtió al Catolicismo junto con toda su familia, diez personas en total.

¿Aumenta el número de sacerdotes proporcionalmente al número de bautizados?

Proporcionalmente, no es así, pero en mi diócesis contamos actualmente con unos 30 sacerdotes, de los cuales cinco fueron ordenados el año pasado. Y, si todo va bien, cuatro más serán ordenados en los próximos dos años. En el seminario mayor hay ocho futuros sacerdotes. Sin embargo, en ciertas regiones, todavía queda mucho por hacer. ¡Todavía hay zonas donde solo cuatro sacerdotes atienden a 250 parroquias o comunidades con capilla!

¿Qué necesidades concretas tiene su diócesis?

Nosotros confiamos mucho en vuestras oraciones, pero también tenemos necesidades materiales. En total, contamos con 7 parroquias y cada una de ellas tiene su propia lengua. Acabamos de inaugurar una nueva parroquia que todavía carece de casa parroquial. Necesitamos formación. En algunos poblados hay entre 4 y 5 magníficas mezquitas, mientras que nosotros, los católicos, estamos en algo parecido a un hangar. También es preciso que se asienten aquí congregaciones religiosas para ayudarnos en la pastoral, pero para ello es preciso que podamos alojarlas.

La Iglesia no se ha reinstalado realmente en el norte desde 2012, ni en Gao ni en Tombuctú, debido a la inseguridad reinante. No hay sacerdotes residentes ni Iglesia de forma estable. ¿Realmente es así?

Ciertamente, la situación es difícil. Están los atentados suicidas, las bombas que hacen explosión aquí y allí. Toda la pastoral está parada, en espera. El único sacerdote que acude de vez en cuando para celebrar la Misa se desplaza en un avión pilotado por militares; o, si acude en coche, invierte una jornada completa en los desplazamientos, pues son al menos entre 600 y 700 kilómetros los que hay que recorrer. Ahora es imposible que se asiente alguno en la zona. En el norte, cuando sales para trabajar, dices adiós a la familia por la mañana, pero… ¿volverás a encontrártela a tu regreso? Nadie tiene un control sobre su vida. Cristiano o no cristiano, todos pueden ser golpeados por la misma desgracia. Yo creo que tenemos que mantener viva la esperanza e invitar a la paz y a la reconciliación.

¿Se siguen registrando tensiones entre cristianos y musulmanes en el país?

Los cristianos y musulmanes conviven las 24 horas del día y los problemas no vienen de ahí. Al inicio de la rebelión, algunos pensaron que las causas eran confesionales, pero, de hecho, no es así. La región del norte llamada Azawad quería la independencia y se aprovechó de la crisis en Libia para obtener ayudas para sus combates. Ahí reside principalmente el problema.

¿Cuáles son los principales retos que afronta actualmente la Iglesia Católica?

La reconciliación. Los cristianos han perdido a sus padres. Los musulmanes también han perdido alguno a un tío, otro a un hermano. ¡Ha habido tantos complots! Es preciso que la gente realmente acepte reconciliarse. Y si nosotros, los cristianos, queremos una paz duradera, tendremos que recorrer el camino de la reconciliación. Es inevitable.

La versión completa (en francés) de esta entrevista está disponible en la web de ACN Francia:

https://www.aed-france.org/mali-catholiques-prohibes-nord-renouveau-centre/

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