Marco legal sobre libertad religiosa y su aplicación efectiva
La Constitución de la República de Estonia estipula en su artículo 40 que no hay Iglesia de Estado y que «todo individuo tiene derecho a la libertad de conciencia, de religión y de pensamiento»; proclama que cada cual es libre «de pertenecer a cualquier Iglesia o sociedad religiosa» y de practicar cualquier religión, individual o colectivamente, en público o en privado, salvo que sea «perjudicial para el orden, la salud o la moral públicos». También establece que nadie puede ser discriminado por sus creencias religiosas y que «la incitación al odio étnico, racial, religioso o político, a la violencia o a la discriminación está prohibida y castigada por la ley» (artículo 12). Los objetores de conciencia tienen derecho a negarse a cumplir el servicio militar por motivos religiosos, pero la ley les obliga a realizar un servicio alternativo (artículo 124). Por último, la Constitución estipula que cualquier tratado internacional ratificado por el «Riigikogu» (Parlamento estonio) prevalece sobre la legislación estonia (artículo 123). Esto incluye los tratados que protegen la libertad religiosa, como el Convenio Europeo de Derechos Humanos (CEDH).
La Ley de Iglesias y Congregaciones de 2002 establece el registro de las asociaciones religiosas, definidas como «Iglesias, congregaciones, asociaciones de congregaciones y monasterios» (sección 2.1). Las sociedades religiosas se definen como «asociaciones voluntarias», cuyas actividades principales son de naturaleza religiosa o ecuménica relacionadas con «la moral, la ética, la educación, la cultura, confesionales o ecuménicas, de labor diaconal o de rehabilitación social, externas a las formas tradicionales de los ritos religiosos de una Iglesia o congregación y que no necesitan estar vinculadas con una asociación eclesial específica de congregaciones o una congregación» (sección 4.1).
Las Iglesias, congregaciones y asociaciones de congregaciones están obligadas a establecer comités de gestión propios con sede en Estonia «independientemente de dónde se localice su centro espiritual» (sección 6.2). Para solicitar el registro oficial, la asociación religiosa tiene que contar con un mínimo de 12 miembros adultos. El registro de asociaciones y sociedades religiosas se rige por la Ley de Asociaciones sin Ánimo de Lucro (artículos 5.2 y 4.2). Las asociaciones y sociedades religiosas registradas disfrutan de algunas exenciones fiscales. Los grupos religiosos no registrados pueden llevar a cabo actividades religiosas, pero no pueden actuar como personas jurídicas, por lo que no pueden acogerse a beneficios fiscales. En octubre de 2020 había más de 500 asociaciones religiosas registradas en Estonia.
La educación religiosa optativa en las escuelas municipales y estatales es aconfesional y se basa en un plan de estudios nacional que abarca diferentes religiones y formas de entender el mundo (usundiõpetus). En los colegios privados, la educación religiosa voluntaria puede ser de carácter confesional (usuõpetus).
Como «portadoras de la tradición histórica y cultural», todas las asociaciones religiosas pueden solicitar financiación para mantener y restaurar edificios religiosos. Según el Informe de Libertad Religiosa 2021 del Departamento de Estado de Estados Unidos, el Gobierno asignó 646 000 euros al Consejo de Iglesias de Estonia, formado por 10 Iglesias cristianas entre las que se encuentran la Iglesia luterana y la Iglesia ortodoxa estonia-Patriarcado de Moscú y la Iglesia ortodoxa apostólica estonia, tres de las mayores Iglesias del país. El Gobierno y el Ministerio del Interior concedieron diferentes subvenciones para compensar las distintas pérdidas y perjuicios causados por las restricciones de la COVID-19 a todas las asociaciones religiosas registradas que lo solicitaron, por un importe total de 2 168 179 euros. Además, la Junta del Patrimonio Nacional destinó 100 000 euros a la restauración de la iglesia ortodoxa de Narva-Jõesuu, en la frontera norte con Rusia, que sufrió dos incendios en febrero y junio de 2021. Se sospecha que ambos fueron provocados.
Incidentes y acontecimientos
En los años 2021 y en 2022, la Oficina de Instituciones Democráticas y Derechos Humanos (OIDDH) de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) no recibió informes de la policía ni del Gobierno estonios sobre delitos motivados por el odio. No obstante, informes de otras fuentes indican que durante este período se han producido delitos de odio antirreligioso en el país.
El Observatorio de la Intolerancia contra los Cristianos en Europa (OIDAC Europa) informó del caso ya mencionado del incendio provocado en la iglesia ortodoxa de Narva-Jõesuu; en junio de 2021 fue atacada por segunda vez y el interior de la iglesia quedó destruido. Vladimir Svet, teniente de alcalde del Departamento de Medio Ambiente Urbano y Obras Públicas de Tallin y del Departamento de Policía Municipal, informó de que en agosto habían aparecido en Tallin pintadas antisemitas sobre un cartel que anunciaba las vacunas contra la COVID-19. Según el informe sobre libertad religiosa de 2021 de la embajada de Estados Unidos en Estonia, la policía «no presentó cargos oficiales ante la falta de pruebas y de sospechosos».
En cuanto a las restricciones gubernamentales a la libertad religiosa, la polémica surgió en mayo de 2021, cuando el Ministerio de Defensa anunció una «reestructuración de la capellanía de las Fuerzas de Defensa estonias», que suponía su disolución debido a los recortes presupuestarios del Estado. Al considerarse un ataque a las libertades religiosas, protegidas por la legislación estonia como se indica más arriba, esto causó la indignación generalizada de quienes sostienen la importancia de la ayuda espiritual en las fuerzas armadas.
Desde la invasión rusa de Ucrania en 2022, también se han producido tensiones en el seno de la sociedad estonia, el Gobierno y la Iglesia ortodoxa estonia-Patriarcado de Moscú (EOC-MP), cuyos partidarios acusan a las autoridades estonias de violar su libertad religiosa e «interferir en los asuntos internos de la Iglesia». Esta Iglesia ha denunciado casos de «provocaciones» contra ellos, como un suceso en abril de 2022, cuando un individuo presentó una denuncia falsa ante la policía sugiriendo que una de sus parroquias vendía tazas con el retrato del presidente ruso Vladimir Putin.
El 7 de octubre de 2022, el Ministerio del Interior estonio pidió al metropolitano de Tallin y Toda Estonia, Eugenio, primado de la Iglesia ortodoxa estonia-Patriarcado de Moscú, que se pronunciara en un plazo de cinco días sobre tres asuntos relativos a la guerra en Ucrania, bajo amenaza de iniciar un procedimiento para revocar el permiso de residencia del metropolitano por ser ciudadano ruso. El metropolitano Eugenio atendió la solicitud y respondió condenando la guerra y manifestando su desacuerdo con algunos comentarios del patriarca Kirill de Moscú. La respuesta fue satisfactoria para el Ministerio del Interior y se desestimó la solicitud de revocar el permiso de residencia del metropolitano. Sin embargo, esta solicitud de las autoridades estonias fue considerada por algunos como una injerencia en los asuntos de la Iglesia. En una entrevista concedida por el metropolita Eugenio ese mismo mes, reiteró su condena de la guerra, pero también expresó su sorpresa por «la forma categórica en que se le había planteado» la consulta.
En octubre de 2022, la catedral católica de Tallin recibió una reliquia de san Juan Pablo II para ser colocada en el altar. En 2023, la Iglesia estonia celebrará el 30º aniversario de una visita del entonces Papa a su capital y tiene previsto realizar varios actos conmemorativos.
Futuro de la libertad religiosa
A pesar de algunas tensiones sociales debidas a la situación geopolítica de 2022, la situación de la libertad religiosa en Estonia se mantiene estable. Aparte de la reestructuración de la capellanía de las fuerzas armadas, no se ha informado de ninguna otra restricción a la libertad religiosa, y el número de incidentes de violencia antirreligiosa sigue siendo bajo.